Publicado: marzo 2, 2025, 12:07 am
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Entre las decenas de semblanzas que los medios de comunicación han realizado sobre los fallecidos por la dana no está la de la niña de origen chino H. S., de 11 años. La historia de muerte de la pequeña es una de las muchas que saca a la luz el sumario del caso.
A las 19.00 horas del 29 de octubre de 2014, H. S. se encontraba en el bar que su familia regenta en Benetússer. Además de sus padres, en el local se encontraba un hermano pequeño, de cuatro años. Sólo faltaba la hermana mayor, de 16.
La madre, en su declaración dos días después ante agentes de la Policía Judicial de la comandancia de la Guardia Civil de Alicante, explicó que el nivel del agua comenzó a subir mucho dentro del local sobre las 19.40 horas. Unos minutos después -20.00 horas-, ya acorralados por la riada, decidieron pedir ayuda a los vecinos del piso de arriba, quienes les tiraron una cuerda. No pudieron usarla para escalar a la vivienda porque resultó ser muy corta.
A H. S., de 11 años, la acorraló la riada en el bar que regenta su familia
Los de arriba consiguieron entonces hacerles llegar una escalera, contaba X. L. a la Guardia Civil con ayuda de un intérprete chino. «La primera que intentó subir por ella fue su hija, pero al comenzar a subir, como la fuerza del agua era tan grande, tiró la escalera y su hija fue arrastrada por la corriente. El padre de la niña se tiró al agua, pero no pudo alcanzarla y se agarró a un coche para no ahogarse», recogen los agentes en la diligencia el contenido del testimonio de la madre, de 40 años de edad.
En cuanto bajó el agua, el padre comenzó a buscar a la niña. «Y no fue hasta el 30 de octubre de 2024 [el día después de la dana] a las 17.00 horas, que, enseñando una fotografía de su hija, la Guardia de Alfafar le dijo que el cuerpo de su hija había aparecido cerca del Leroy Merlin de Massanassa (Valencia)», se lee en el documento policial.
Vecinos le dieron una escalera pero se cayó y su padre se lanzó tras ella
Un relato similar realizó el padre de la menor, quien declaró ante el juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 4 de Catarroja este 12 de febrero. El hombre, de 41 años, explicó que en principio, cuando el agua comenzó a entrar en el local, no pensó que fuera para tanto. A las 20.00 horas, sin embargo, le llegaba ya a la cadera y 30 minutos después se encontraron, literalmente, con el agua al cuello. Para cuando la alerta le llegó al móvil, aseguraba, el nivel alcanzaba ya «dos metros y medio» en el bar, que se encuentra muy cerca de la desembocadura del barranco del Poyo.
No pudo salvarla y el día siguiente se halló el cuerpo a un kilómetro
El agua, continuaba, rompió la puerta del bar y pidieron ayuda a los vecinos de arriba. La escalera que les hicieron llegar para que subieran desde la acera era muy corta. «Que su mujer quería que subiera su hijo pequeño, pero que su hija se mostró voluntaria para ser la primera, que, como no alcanzaba, se bajó y se cayó al agua. Que el declarante la siguió, se tiró para sacarla del agua, pero que se quedó en un tapón de coche que había y la fallecida se fue por otro sitio», recogió el juzgado sus palabras. El cadáver de su hija fue hallado a un kilómetro de distancia, cerca del centro comercial MN4.
«Siempre te recordaré en el columpio diciéndome ‘qué haces, Laura’. Te llevamos en nuestros corazones. Una estrella en el cielo», se podía leer en el cartel que en los días siguiente dejaron, junto a unas velas, a las puertas del bar, un local de tapas tradicional, espíritu que la familia china mantuvo al hacerse con las riendas del negocio en el que el matrimonio sigue volcado.
Ni estaba recibiendo tratamiento psicológico ni quería recibirlo, contestaba el padre preguntado por el juez que le tomó declaración. «Qué está volcado en el trabajo. Que su mujer no quiere recibir tratamiento psicológico, que su hija, de 16 años, sí está recibiendo tratamiento psicológico del Ayuntamiento de Benetússer, concretamente Servicios Sociales. Que no quiere ser explorado por el médico forense en este momento, que sólo quiere dedicarse al trabajo».
Supervivientes de un bazar chino relatan el drama psicológico ahora
Sí precisó ayuda psicológica otro ciudadano chino que perdió a su madre al sorprenderlos el torrente en el bazar que poseían en Massanassa. «No está trabajando porque está de baja médica, todas las noches sueña que está dentro del agua, cuando se levanta quiere escapar, correr del agua. Que está en tratamiento médico para dormir con tranquilidad», arranca la declaración que prestó el 12 de febrero pasado en los juzgados de Catarroja.
A las 19.45 horas, él y su madre se encontraban en la tienda solos, arreglando unas flores. Al llegar la riada, intentaron bajar la persiana del negocio, pero no lo lograron y el agua comenzó a entrar. El torrente arrastró una furgoneta hasta la entrada de la tienda bloqueándoles la salida.
«Que al subir el agua, pudieron subir al capó de la furgoneta, porque el agua les permitía flotar un poco, y desde allí pasaron al techo de la furgoneta, y pensaron que estaban a salvo; que su madre no sabía nadar, la cogió de la mano para que subiera al techo de la furgoneta, que los dos estaban en el techo; se sujetaron a la rejilla de metal de la tienda con las manos, y los pies seguían en el techo de la furgoneta, pero el agua venía con más fuerza, y la furgoneta se movió y se fue, quedándose ellos enganchados con las manos en la rejilla, pero su madre aguantó un par de segundos como mucho», explicaba el hombre, de 39 años. «Que al soltarse de la rejilla, el declarante cogió a su madre de la axila para nadar y llegar a la esquina donde hay un bar con una ventana. Llegaron a la ventana, cogieron unas sábanas que tiró el dueño del primer piso, atadas al balcón, pero la misma furgoneta de antes iba hacia ellos. El declarante quería que su madre subiera a un contenedor, pero no pudo, y el declarante sólo vio la mano de su madre fuera del agua. El chico del primer piso ayudó y llegó a salvar a siete personas. Que necesita trabajar otra vez porque tiene hijos».
Se recoge también en el sumario el testimonio de la otra hija de la fallecida, quien relataba que esa tarde/noche recibió varios audios de su madre, el último a las 20.15: «Le dice que no sabe de dónde viene tanta agua, que estaban atrapados en el agua, y después ya no le contesta nada».
La mujer entregó durante su declaración un vídeo de Tik Tok grabado por unos vecinos de enfrente en los que se ve a su madre y a su hermano dentro de la tienda, cuando el agua comienza a arrastrar los primeros contendedores. «Que la declarante no está recibiendo tratamiento psicológico, pero le es imposible entrar en la zona afectada por la dana porque comienza a llorar«, acaba su testimonio en sede judicial.