Publicado: febrero 26, 2025, 1:07 am

He tenido durante años la creencia de que Podemos había copiado su nombre de un partidito venezolano, Por la Democracia Social, que se autodenominó con su acrónimo, pero el tiempo y las experiencias han venido a quitarme la razón como casi siempre. Suele ocurrir en las mejores ocasiones, pensemos en el nombre de Hollywood, que todo fue fruto de un error gramatical. Lo llamaron Podemos porque no sabían escribir la j. Ya en este plan era inevitable que confundieran cúpula con cópula.
Hace ya tiempo que El Español publicó un diagrama en el que incluía a 16 dirigentes de Podemos con la expresión de las relaciones afectivas entre ellos. Quiero suponer que las relaciones eran sucesivas y no contemporáneas; no era el esquema de un corral de cuernos por usar la expresión de Quevedo con la que Javier Krahe tituló uno de sus discos, aunque si así fuera tampoco me llamaría a escándalo. Lo había explicado Woody Allen: «El sexo entre dos personas que se aman es hermoso. Entre cinco es fantástico».
Contaba ayer ABC que Monedero no acude a la facultad desde que se destapó lo suyo, su acoso, no ya a sus compañeras de partido, sino a una alumna que ha presentado una denuncia, investigada por la facultad. En los lavabos para mujeres los grafiti no son las obscenidades habituales de los masculinos, sino avisos para que las chicas se pongan en modo de precaución con él, que vayan a sus clases convenientemente cubiertas y que si tienen que acudir a su despacho mantengan la puerta abierta. Lo más demoledor para Juanqui, como le llama familiarmente Pablo, es que sus alumnas le apodan el babas. Con eso está dicho todo; no hay más preguntas, señoría.
El asunto no ha servido solo para destapar a un abusador, un tipo que se prevale de su posición de dirigente o de profesor para magrear a mujeres subordinadas en su condición de militantes o de alumnas de su clase en la Complutense.
¿Y cómo ha reaccionado Podemos a este asunto? Pues entre la insuficiencia cultural, política y moral y la escapada. Ione Belarra, que acudió ayer a la Comisión de Igualdad del Congreso y que llegó a participar al debatirse una proposición de ley contra la violencia vicaria, no lo hizo al debatirse la proposición no de ley socialista para apoyar a las unidades de igualdad en las universidades a pesar de que tenía presentada enmienda y optó por marcharse de la comisión, como los Bildu en el homenaje a Buesa y su escolta.
Belarra había dado la vuelta graciosamente a la acusación de no haber hecho nada año y medio después de las primeras denuncias: «Tenemos un país donde a los hombres con poder solo se les aparta de sus responsabilidades cuando se desata la crisis mediática, en Podemos actuamos cuando nadie miraba y esa es una diferencia muy sustancial con lo que estamos acostumbrados a ver». Asombroso. El mérito está en la discreción y en el respeto a las víctimas: no han ido más allá porque las acosadas no querían. Al parecer, estas pobres discapacitadas no consideran en su ignorancia que el acoso y la agresión sean delitos perseguibles de oficio, sino un conflicto entre partes que decae si la víctima no insiste.
Las víctimas han de ser protegidas, pero su voluntad no es la instancia determinante del delito ni de la actuación de la justicia. Ni en casos de violación, ni en los de atraco o en los delitos de terrorismo. ¿Cómo extrañarse de que al hacer su famosa ley Sisí hayan conseguido espacios de impunidad o abaratar las penas a los violadores?