Publicado: febrero 25, 2025, 3:07 am
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Vox sostiene que su alianza con Donald Trump no es incompatible con su compromiso con Ucrania. Pese a los descalificativos que el presidente estadounidense ha dirigido a su homólogo ucraniano, Volodimir Zelenski, y los desaires que ha pronunciado sobre el papel que debe jugar el país agredido en un futuro acuerdo de paz -«no creo que sea muy importante que esté en las reuniones», dijo-, los de Santiago Abascal insisten en que su postura no presenta contradicciones. Para defender esto, se agarran a que las negociaciones encabezadas por Trump para poner fin a la invasión rusa están en una fase inicial y confían en que el estadounidense, finalmente, no dejará al margen a Zelenski, pues saben que eso les situaría en una coyuntura muy comprometida. Sobre todo cuando el PP ya empieza a apretarles cuestionando su postura a este respecto.
«No conocemos nada de las conversaciones», repiten en la sede de la calle Bambú, e insisten: «Trump no ha cerrado ningún acuerdo sin Ucrania». Se emplazan así al hipotético momento en que eso pueda ocurrir para entonces forjar un posicionamiento, pero avanzan que rechazarán y condenarán cualquier solución en la que no se tenga en cuenta al país agredido, aunque esto suponga contrariar a Trump. Por el momento, no quieren ponerse en esa situación y se aferran a que eso «no va a ocurrir».
Así, en Vox por ahora respaldan los pasos que está dando el presidente estadounidense para poner fin a la agresión rusa de Ucrania. Su portavoz nacional, José Antonio Fúster, lo calificó de «buen pacificador» y puso en valor su actuación frente a la de la Unión Europea, a la que ayer, como ya hiciera Abascal desde Washington, acusó de «abandonar a Ucrania y pagar la guerra a Rusia». En privado, en la sede de Bambú justifican la actuación de Trump señalando que Zelenski «también ha tenido sus equivocaciones», en referencia al apoyo del ucraniano a la candidatura de Kamala Harris. A eso achacan los desplantes del republicano que, dicen, «es muy rencoroso y tiene sus formas». En Vox no esperan «una paz que satisfaga completamente a todas las partes» -«eso es imposible»-, pero confían en que Trump dará voz a Ucrania pese a los desprecios que viene pronunciando en las últimas semanas.
Uno de ellos, precisamente, es el que generó el primer desmarque de los de Abascal respecto a su «socio» estadounidense. Cuando este calificó a Zelenski de «dictador», el eurodiputado Hermann Tertsch, que acompañaba a Abascal en su viaje a Washington para asistir a la cumbre trumpista, criticó sus palabras, a las que se refirió como «el primer gran borrón» del republicano. Pese a que Vox no se hizo eco de aquel posicionamiento en sus redes sociales, ayer su portavoz nacional aseguró que la postura manifestada por Tertsch es compartida por «todo el partido». «Fue un calificativo innecesario», apuntó Fúster, negando que haya discrepancias internas al respecto.
Además, en Vox aluden a este posicionamiento contrario a Trump para negar que vayan a respaldar al republicano si desprecia a Ucrania. Aunque, en su discurso en Washington, Abascal no condenó ese descalificativo ni mencionó expresamente la necesidad de contar con el país agredido en las negociaciones de paz -lo que habría supuesto confrontar con el presidente estadounidense-, ayer en Bambú insistieron en su apoyo a Ucrania, con la mirada puesta también en contrarrestar los ataques del PP.
«Es falso que Vox se haya entregado a Putin», reivindicó Fúster, quien también negó que su apuesta por Trump haya provocado que el partido «vire en el asunto de la soberanía nacional ucraniana». Respondía así el portavoz a las acusaciones venidas desde el resto de formaciones del espectro político español, el mismo día que Alberto Núñez Feijóo marcaba distancias con Abascal por su apoyo cerrado al estadounidense pese a la postura que sostiene respecto a la invasión rusa.
Fuentes de la dirección de Vox creen que el PP «va a utilizar ese argumento» para confrontar con ellos, presionando para poner de manifiesto posibles contradicciones en su discurso. Ya lo hizo ayer el presidente de los populares, que criticó la «pleitesía» de Abascal hacia Trump, al que, considera, le dice «a todo que sí». En Bambú, sin embargo, insisten en que su apoyo al estadounidense no confronta con su respaldo a Ucrania y restan importancia a las acusaciones que puedan venir en este sentido.
Así lo hicieron ayer ante las críticas que recibieron por parte de la fundación de José María Aznar. FAES, en un comunicado, reprochó la adhesión de los de Abascal a la «internacional nacionalista» y cargó contra el partido no solo por su alianza con Trump, sino también por su asociación con el primer ministro húngaro Viktor Orban, a cuyo grupo europeo pertenece desde que en julio del pasado año abandonara el de Giorgia Meloni. Aquel cambio no estuvo exento de polémica a raíz de la relación del húngaro con Putin. En esa línea, la fundación de Aznar acusó a la formación de Abascal de sumarse a la quinta columna del Putin club [en referencia al grupo de Orban]». Fúster, en respuesta, ironizó con el hecho de que les vayan a «dar lecciones» y le quitó relevancia.