Publicado: febrero 23, 2025, 5:07 am
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Muchos se saludaban por primera vez. Aunque desde hace semanas formaban parte de un ente -los críticos de Vox-, algunos aún no se ponían cara. Al «movimiento», reconocen, le faltaba una imagen «de unidad»; una firma conjunta que diera entidad a sus demandas. Por eso se reunieron ayer, aunque sin demasiadas esperanzas.
Al llegar, nadie preguntaba por el carné de afiliado. Eran pocos los que lo conservan y, vaticinaban, puede que no por mucho tiempo. Pero ya no les importa. «Si nos echan por pedir democracia interna, será un honor», reivindicaba una de las asistentes que todavía ostenta un cargo en nombre de los de Santiago Abascal. «No nos quepa duda de que somos Vox, nosotros sí somos patriotas», decían.
El cónclave, organizado como una sucesión de intervenciones y que terminó convertido en una asamblea abierta, fue una síntesis -de tres horas- de las críticas que se vienen pronunciando en las últimas semanas desde las bases de Vox. Hubo reproches en tono político -«han convertido a Vox en ariete del PP, impidiendo la alternativa»- y también con un matiz más personal -«no me quito la chaqueta para que no veáis las puñaladas»-, aunque la diana de la mayoría de los dardos fue la falta de «democracia interna». La eliminación de las primarias para elegir a los líderes regionales la entienden como una «traición» del «Vox de Abascal» -con esa coletilla se referían una y otra vez al partido-: «La cúpula tiene las manos libres y puede eliminar a cualquiera que discrepe».
«La formación se convirtió en un chiringuito», denunciaron, y aparecieron entonces sobre la palestra nombres como Gabriel Ariza, asesor de Abascal e hijo del dueño del Grupo Intereconomía. «Vox ya no es el partido de los valores, sino de los intereses comerciales de unos pocos», proclamó otro asistente entre aplausos de los demás. Fueron varios los cargos y ex cargos provinciales que refirieron la poca transparencia del partido en materia económica.
Un centenar de críticos -entre parlamentarios, concejales y militantes- acudieron a la cita en Barajas. Entre ellos, los dos diputados recién expulsados en Castilla y León –Ana Rosa Hernando y Javier Teira– y dos de los que pertenecen al ala díscola en el Parlament balear –Agustín Buades e Idoia Ribas, la única de estos que sigue adscrita a Vox-. Había también concejales venidos de diversas provincias de España, muchos de ellos ya salidos del partido (sin renunciar al cargo electo que ostentan), pero también otros que siguen formando parte de la militancia de Abascal.
Más allá de los presentes, las recurrentes odas a Iván Espinosa de los Monteros, Macarena Olona y otros ex de la formación hicieron a estos protagonistas. Un asistente llegó incluso a reivindicar que deben apoyarse en «la red de think tanks [laboratorios de ideas] conservadores» para refundar «lo que un día fue Vox», unas palabras que apuntan directamente a su pretensión de respaldar la iniciativa que prepara Espinosa en este sentido. De los que un día fueron caras visibles del partido, solo uno se presentó en el cónclave -por sorpresa-: Rubén Manso, el que fuera gurú económico de los de Abascal, purgado de las listas para las elecciones generales de 2023.
Los reunidos firmaron una declaración cuya redacción no estuvo exenta de debate. Una ex miembro del Comité Ejecutivo Nacional del partido -su máximo órgano de dirección- alzó la voz en contra de que el documento criticara la alianza con «el grupo de extrema derecha Patriots«, en esos términos. Frente a ella, otra asistente tomaba notas en una libreta con el logo del ECR -el grupo de Giorgia Meloni que Abascal abandonó por el de Viktor Orban-. Como el resto de los presentes no manifestó oposición a ese redactado, así quedó plasmado en el texto final.
Más allá de ese matiz, la declaración pide una «refundación» de Vox con unos nuevos estatutos que «garanticen un funcionamiento democrático». Los firmantes remitirán ahora el documento a la dirección nacional, que viene restando importancia a este movimiento crítico. Los asistentes al encuentro de ayer también denunciaron eso: «Quienes dicen que esta reunión no tiene nivel están muy equivocados; en la base está el músculo».