Registro  /  Login

Otro sitio más de Gerente.com


Sánchez y la derecha 'putitrump' utilizan a Ucrania como coartada

Publicado: febrero 19, 2025, 7:07 am

En la derecha putitrump que orbita en torno a Vox y a organizaciones paleoconservadoras como HazteOír, se empieza a detectar un patrón de comportamiento calcado al del independentismo durante el procés: una negación nihilista de los hechos que contradicen su credo y una constante elucubración de todo tipo de estrafalarios argumentos y teorías conspiranoicas –Soros, el globalismo, USAID…- para justificar su posición política y su oposición al sentido común y la decencia.

El último invento de algunos de los voceros más conspicuos de la derecha putitrump es que no conviene seguir criticando públicamente al presidente de EE. UU., aunque el hombre peque de cierta vehemencia panocha, porque lo único que se va a conseguir con ello es apuntalar a Sánchez en La Moncloa. Una tesis que ahonda en esa concepción binaria de la realidad que también considera que atacar a Trump supone avalar el infecto wokismo, como si no fuera posible rechazar por igual al cretino de la Casa Blanca y a la ideología de la izquierda boba.

Este intento de vincular la suerte de Trump con el final del sanchismo es muy oportuno tras el inane cónclave de líderes europeos en París, ya que corrobora la que es una de las principales debilidades europeas respecto a Putin: desde el inicio de la invasión rusa, la mayoría de líderes y partidos han abordado el conflicto priorizando sus respectivas realidades domésticas, haciendo un balance de los costes y los beneficios electorales que comportaban cada uno de sus movimientos respecto a Ucrania.

Este tacticismo se explica por la creencia europea de que podría eternamente subcontratar la guerra -que EE. UU. y otros combatieran por ella bien lejos de su frontera- y explica por qué el apoyo militar de la UE a Kiev resultó más efectista que efectivo: nunca se le dieron a Ucrania las armas necesarias para ganar a Rusia, solo para evitar que acabara del todo conquistada, para no soliviantar a Putin y no ponerse en contra a una opinión pública que en Europa siempre vio lejana la trinchera ucraniana.

En paralelo a este dubitativo egoísmo, las emergentes derecha e izquierda ultras aprovecharon las consecuencias de la guerra en Europa, como el aumento de la inflación y el precio de la energía, para desprestigiar a la UE, su común objetivo, culpándola incluso de lo que no hizo: alimentar el belicismo y perpetuar la guerra.

De igual manera, Sánchez ha utilizado la crisis ucraniana para construirse un portfolio internacional de «hombre de Estado» que contrarrestara el desprestigio de su figura en España por los casos de corrupción y su alianza con el nacionalismo. No tuvo reparos en presentarse como el gran aliado de Zelenski, al tiempo que racaneaba la ayuda militar que le prometió, incumplía el compromiso con sus socios de la OTAN de inversión en Defensa y permitía que España fuese el país europeo que más gas líquido ruso compraba, financiando así la ofensiva militar putinista.

Sin embargo, el abrupto cambio en el tablero geopolítico provocado por Trump ha desnudado la hipocresía de Sánchez y, como le pasó a Zapatero cuando en 2011 tuvo que asumir la realidad de la crisis financiera y cambiar con urgencia la Constitución para pagar la deuda pública, le puede acabar obligando a explicar a los españoles la desagradable realidad: nuestro ejército es, hoy por hoy, una broma, sin material ni recursos, ni suficiente tropa (116 mil efectivos), y si no destinamos una inversión en Defensa muy superior a ese mínimo 2% del PIB previsto para el 2029, lo que exigirá recortes muy drásticos en otros sectores y un aumento fiscal, las Fuerzas Armadas no van a poder garantizar la integridad de España y su seguridad.

Related Articles