En una de sus reflexiones en El Espectador, sostuvo Ortega que la gente prefiere no saber la verdad, que como mucho se contenta con una pátina de veracidad. Seguramente fuera así en la sociedad española de 1916, ¡no dudaremos del maestro en el erial!, pero un siglo después la España de Sánchez va incluso más allá y prefiere vivir en la inopia total de los Broncano. Una tras otra, aquellas cuestiones que deberían centrar la conversación pública po
Hazte Premium desde 1€ el primer mes
Aprovecha esta oferta por tiempo limitado y accede a todo el contenido web
Si lo prefieres
<!–
–>
<!–
–>