Durante una semana, la Guardia Civil buscó por tierra y aire a Humberto González Rodríguez como sospechoso del asesinato machista de su ex pareja en la localidad pontevedresa de Baiona. Le buscaron con helicópteros y extendieron la búsqueda a Portugal hasta que, finalmente, esta madrugada, él mismo se entregó porque, según explicó, no podía soportar la presión de la búsqueda.
Este hombre de 38 años se había escondido durante seis días en los alrededores de su pueblo, Belesar, el mismo donde supuestamente cometió el crimen. Los investigadores habían descartado su presencia en las viviendas de familiares y amigos y le habían cercado tanto que ya no pudo sostener la fuga.
Su madre llamó a la Guardia Civil durante la madrugada explicando dónde estaba su hijo y que no aguantaba la presión. Se entregó poco antes de las 7.00 horas de la mañana en Belesar, muy cerca de la vivienda de su propiedad en la que supuestamente mató a su víctima, Estela Blach Silva, de 36 años.
Según relató, llevaba cinco días escondido en un galpón en el que finalmente fue detenido. Había estado todo ese tiempo sin comer y, según ha explicado el subdelegado del Gobierno en Pontevedra, Abel Losada, «en condiciones físicas bastante duras, bastante difíciles».
El cadáver de la víctima fue localizado sobre las 5 de la madrugada del viernes 8 de noviembre a las puertas de la casa del hombre. Él mismo alertó al 112 de que había una persona herida en la puerta de su casa y, cuando llegaron los sanitarios, les dijo: «yo no me voy a comer ese marrón». Entonces, huyó del lugar corriendo, antes de que llegasen la Guardia Civil y la Policía Local de Baiona.
Orden de alejamiento en vigor
La víctima tenía en vigor una orden de alejamiento dictada por el Juzgado de Violencia sobre la Mujer de Vigo que impedía que el ahora detenido se acercase a menos de 200 metros de ella y estaba registrada en el sistema de protección VioGén como un caso de «riesgo medio».
Según ha revelado la investigación, llevaba varias horas muerta cuando fue atendida por los servicios de emergencia. El hombre contó, cuando llamó al 112, que la había encontrado herida a las puertas de su vivienda y que él mismo la metió en el domicilio y la sentó en una silla y la tapó, pero la autopsia revela que la muerte había ocurrido ya horas antes. La hipótesis de los investigadores es, por lo tanto, que la mató durante la noche y luego intentó aparentar que él no había sido llevándola en una silla hasta la entrada.
Los sanitarios atendieron a la víctima, que era su competencia, pero ya solo pudieron confirmar su fallecimiento. Presentaba múltiples golpes en distintas partes del cuerpo, si bien la causa de la muerte habría sido un traumatismo en la cabeza.
La casa en la que apareció el cadáver es propiedad de este hombre, con el que la víctima había tenido una relación sentimental. Según ha podido saber este periódico, no cumplía las mínimas condiciones de salubridad.
Tras la detención, el hombre fue trasladado al cuartel de la Guardia Civil de Vigo, a la espera de ser puesto a disposición judicial.