Ferraz no logra frenar la rebelión de las mujeres del PSOE por el 'caso Salazar': "Hay que ser más contundentes" - España
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Ferraz no logra frenar la rebelión de las mujeres del PSOE por el 'caso Salazar': «Hay que ser más contundentes»

MADRID, 20/06/2022.- (De izq a der) El secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán; la presidenta del partido, Cristina Narbona; el secretario general, Pedro Sánchez, la vicesecretaria Adriana Lastra, y la secretaria de Igualdad, Andrea Fernández, asisten a una reunión de la Ejecutiva de la formación política, este lunes, en Madrid. EFE/ Sergio Pérez

Publicado: diciembre 5, 2025, 3:07 am

El Gobierno de Pedro Sánchez echó a andar el 1 de junio apoyado, entre otras, en dos patas claves: la lucha contra la corrupción y la bandera del feminismo. Hoy, esas dos banderas ondean agujereadas y con jirones. La trama Ábalos/Koldo/Cerdán y el caso Salazar son dos heridas por las que sangra el PSOE. Al shock por haber aupado a todopoderosos secretarios de Organización a dos «manzanas podridas» se suma la gestión de las denuncias por acoso sexual de Francisco Salazar -otra persona de confianza de Sánchez- a trabajadoras de Moncloa. La revuelta interna obligó ayer a Ferraz a pedir «perdón» y «disculpas» a las víctimas, después de que hayan pasado cinco meses y no se contactara con ellas e, incluso, los escritos desaparecieran de la plataforma de denuncia anónima del PSOE.

«La sensación que se traslada es que no hemos hecho suficiente. Hay que hacer más, hay que ser más contundentes con Salazar», resumen mujeres socialistas consultadas por este diario. «Esto hay que arreglarlo», trasladan en el partido. El escándalo abre, además, en canal el partido con un sector partidario de dar ya traslado a la Fiscalía de las denuncias, al que pone voz y rostro Adriana Lastra, ex número dos del PSOE hasta 2022, y Ferraz, que prefiere esperar a que finalice la investigación interna que debe efectuar el Órgano contra el Acoso del PSOE -nombrado por la dirección nacional- para determinar en ese momento si acuden o no. El traslado a la Fiscalía fue una petición que se hizo por parte de varias federaciones en la reunión de urgencia convocada por Ferraz el miércoles por la noche para tratar el asunto. «Vamos a esperar a que haya un informe». Sánchez obvió ayer por completo este asunto en el arranque de campaña de las elecciones en Extremadura junto a Miguel Ángel Gallardo.

La tormenta, lejos de escampar, embarra un terreno que ya estaba de por sí enfangado. Fuentes socialistas al más alto nivel reconocen el «error» de haber tardado tanto tiempo en contactar con las víctimas. De hecho, sólo se hizo esta semana después de que eldiario.es diera cuenta del contenido de los escritos de denuncia y que nadie hubiera contactado con las víctimas. Recibieron un acuse de recibo de forma automática como todo feedback.

Las fuentes consultadas admiten que no se ha gestionado bien, pero matizan que no había intención de ocultar nada. Pero la presión interna para mostrar más firmeza y agilidad no cesa. «La bola de nieve se está haciendo más grande», señalan en el seno de la formación. Ni siquiera una reunión telemática improvisada en la noche del miércoles con las responsables de Igualdad del partido y las portavoces parlamentarias calmó las aguas. Ante las quejas por la precipitación y la escasez de tiempo para hablar, se ha convocado otra cita, ésta presencial, la próxima semana.

El malestar interno obliga a la dirección a entonar un mea culpa. Ministros y cargos socialistas se apresuran a censurar los «comportamientos indebidos» de Salazar, a elevar un cortafuegos y mostrar apoyo a las víctimas. «Repugnancia», «tristeza», «vomitivo», «asqueroso», «daño»… «Salía del baño a medio vestir y no se subía la cremallera hasta que estaba cerca de tu cara (porque tú estabas sentada y él de pie)»; «Escenificó un día en medio del despacho una felación con todo lujo de detalles sin venir a cuento»; «Llegaba por la mañana y te decía el buen culo que te hacía ese pantalón o te pedía que le enseñaras el escote», son sólo una parte de los testimonios publicados por eldiario.es de las mujeres que han denunciado.

Adriana Lastra y Andrea Fernández asisten a una Ejecutiva del PSOE en junio de 2022.

Adriana Lastra y Andrea Fernández asisten a una Ejecutiva del PSOE en junio de 2022.EFE

Pilar Bernabé, secretaria de Igualdad del PSOE -además de delegada del Gobierno en la Comunidad Valencia- circunscribió a un «fallo» el que no se hubiera contactado con las víctimas y hubieran desaparecido las denuncias. «Hemos detectado el problema y hemos puesto la solución y vamos a seguir haciéndolo».

El caso Salazar supone además revivir pugnas internas, cuentas pendientes latentes. Lastra perdió el pulso contra el tándem Santos Cerdán-Francisco Salazar por controlar el partido. Dimitió como vicesecretaria general en julio de 2022. No sólo fue ella. Su círculo de confianza también abandonó en distintas fechas puestos de responsabilidad –Mario Moreno dejó de ser gerente; Felipe Sicilia dejó de ser portavoz, Andrea Fernández dejó de ser secretaria de Igualdad-. La ahora delegada del Gobierno en Asturias, que formó parte de ese núcleo más cercano al Sánchez que reconquistó el PSOE y llegó a La Moncloa, pidió ayer públicamente elevar «de manera inmediata» a la Fiscalía la documentación recopilada sobre las denuncias internas, frente al criterio expuesto por Ferraz.

Lastra ya el pasado 5 julio, cuando estalló el caso Salazar, fue la primera voz autorizada que también públicamente censuró el ascenso de éste como secretario de Organización en la sombra. Y en junio acusó a Cerdán de someterla a una campaña «de acoso y derribo hasta que yo dimití enferma y embarazada».

El escándalo por las denuncias de acoso ha acabado teniendo un efecto boomerang para el PSOE. En un primer momento logró aplacarlo en apenas 10 horas. La dirección de Ferraz lo obligó a marcharse de forma fulminante a pesar de admitir que no le constaba que estas acusaciones hubieran sido trasladadas por «ninguno de los canales internos habilitados» para hacerlo y anunció que abriría «unas diligencias previas de información». La polémica quedó sepultada por la celebración de un Comité Federal tenso tras la entrada en prisión de Santos Cerdán, quien hasta hacía tres semanas había sido el máximo responsable del control del aparato, por presuntamente liderar una trama de cobro de mordidas por amañar adjudicaciones públicas.

En aquel momento la cúpula socialista no podía arriesgarse a que otro incendio político quedara fuera de control. Aun así, la celeridad con la que se actuó llevó a que en la siguiente reunión de la Ejecutiva presidida por Pedro Sánchez alguno de los asistentes planteara la necesidad de lograr un equilibrio entre la contundencia frente a señalamientos de actitudes no ejemplares por parte de miembros del partido y la presunción de inocencia.

Ahora la situación se ha dado totalmente la vuelta contra la actuación de Ferraz. La «falta de diligencia» en la tramitación de las denuncias, después de que finalmente se comunicaran por el canal interno del partido hace casi cinco meses, que se borraran del sistema cuando el acusado se dio de baja como militante la semana pasada y, sobre todo, el contenido de las mismas ha terminado por enervar a muchas mujeres del PSOE, que no están dispuestas a callar. Aunque en Ferraz insisten en que el expediente por posible acoso sigue abierto y el proceso seguirá su tramitación hasta el final, a efectos prácticos ya no se aplicará ninguna medida disciplinaria al haber dejado de ser afiliado.

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