Publicado: diciembre 3, 2025, 1:07 am

«Nunca en la vida» se imaginó Juanfran Pérez Llorca que se convertiría en presidente de la Generalitat Valenciana. Y menos para relevar a quien fue su mentor político, Carlos Mazón. Pero el alicantino tomó ayer posesión del cargo tras haber renunciado a ser alcalde de Finestrat, por lo que este miércoles presentará la que será la cuarta remodelación del Gobierno valenciano en lo que va de legislatura con un único objetivo: quitarse de encima la etiqueta de presidente provisional para consolidarse, a ojos de Génova, como el mejor candidato del PP en 2027.
Llorca sabe que tiene apenas año y medio por delante gracias a la bombona de oxígeno de Vox, por lo que introducirá cambios en el Ejecutivo autonómico con la vista puesta en reactivar la gestión. «Gestión, gestión» es el nuevo mantra que se escucha en el PP, que da por hecho que habrá nuevas caras en la portavocía y en el núcleo duro de Presidencia.
El nuevo presidente valenciano quiere ampliar el foco más allá de la reconstrucción tras la dana, por lo que ayer quiso comenzar un nuevo capítulo pidiendo perdón a las víctimas -que lo consideraron «insuficiente»- y esbozando algunas de las ideas que tiene en mente: vivienda, política fiscal y reducción de trámites burocráticos.
El acto protocolario en las Cortes Valencianas, en cuyo hemiciclo Mazón ha quedado relegado a la última fila de escaños, sirvió también a Llorca para exhibir ante Miguel Tellado la unidad de todo el PP valenciano. El secretario general del PP fue el enviado de Génova para arropar al nuevo presidente de la Generalitat, que reunió en torno a su figura a los tres barones provinciales y a la alcaldesa de Valencia, María José Catalá. Esta vez, sin fisuras, porque Llorca ha pedido a los suyos una transición sin ruido. Al margen, eso sí, de los movimientos del ex presidente Francisco Camps, que este jueves reaparece en una conferencia en Valencia.
Llorca ha prometido un nuevo Consell «transversal y no sectario», mientras Vox ya le pone deberes en materia presupuestaria. La Consejería de Hacienda notificó ayer formalmente a las Cortes la prórroga de los presupuestos de la Generalitat de 2025. El borrador de las cuentas de 2026 nunca llegó a presentarse en tiempo y forma, pues el plazo venció a finales de octubre cuando comenzó a barruntarse la dimisión de Mazón.
Sin embargo, la primera exigencia de Vox al nuevo Gobierno será «elaborar los presupuestos bajo los principios rectores de reducción de todo el gasto superfluo y de reducción del déficit». Los de Abascal han presentado una proposición no de ley en las Cortes para instar al Consell a llevar a cabo además «una rebaja progresiva del tramo autonómico del IRPF para todas las rentas, dentro de las posibilidades presupuestarias y sin quebrantar la estabilidad presupuestaria y la sostenibilidad financiera». Vox quiere también implementar, «ya en los próximos presupuestos», una rebaja del Impuesto de Transmisiones Patrimoniales.
