Publicado: noviembre 26, 2025, 9:07 pm
Cuatro menores han sido condenados por un caso de acoso escolar continuado contra un compañero de instituto en Cáceres. Según la sentencia, la víctima sufrió insultos, burlas, amenazas y agresiones durante años, desde sexto de Educación Primaria hasta Tercero de la ESO, cuando se vio obligado a cambiar de centro educativo al recibir insultos como «calvo hijo de puta, no vales para nada, puto gay…».
El hostigamiento también incluyó el acoso físico, con patadas, zancadillas, empujones, etc. Ni tan siquiera el hecho de abandonar el instituto frenó el hostigamiento, que duró se trasladó también fuera de los centros educativos hasta que la familia del menor acosado presentó una denuncia ante la Policía Nacional.
Habían pasado más de tres años desde la primera vez que sufrió ‘bullying’. La familia pensó que con el cambio de centro educativo se iba a frenar el acoso, pero no fue así. Con el cambio de instituto, la situación no mejoró porque lo esperaban fuera del recinto a la salida de las clases y comenzaban así de nuevo las vejaciones, en plena, calle, en el parque…
Los acusados, que cuando ocurrieron los hechos tenían 14 años, han reconocido los hechos y aceptado su responsabilidad. El juez les ha impuesto medidas socioeducativas de ocho meses para tres de ellos y seis meses para el cuarto, además de una orden de alejamiento y prohibición de comunicación durante un año, que les impide acercarse a menos de 50 metros de la víctima.
El abogado de la familia, Rafael Corvillo, ha señalado que «desde que el menor puso el caso en sede judicial, está tranquilo y seguro» y ha destacado la importancia de la intervención judicial para frenar una situación que se prolongó durante años y que afectó gravemente a la vida del joven. No ha trascendido el nombre del centro educativo que tuvo que abandonar la víctima y no los acosadores.
El menor acosado se trataba de un joven «con altas capacidades y maduro», según su abogado, que no quería «falsos perdones» y sí que se hiciera justicia por lo ocurrido.
El despacho de abogados que ha defendido al menor ha destacado la profesionalidad con la que han actuado tanto la Fiscalía de Menores como la Policía Nacional tras la denuncia de los hechos. Tras la sentencia, el menor acosado se encuentra «contento y estable» después de unos años en los que sufrió «un calvario», según su abogado.
