Publicado: noviembre 25, 2025, 12:07 am
Alberto Núñez Feijóo continúa desgranando las medidas penales que articulará si llega a La Moncloa. Ayer, el presidente del PP incidió en una que afecta a tres de los ejes principales de su programa político: inmigración, seguridad y lucha contra la violencia machista.
Durante un acto con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, que se conmemora cada 25 de noviembre, el líder de la oposición se comprometió a endurecer las penas para los agresores sexuales, pero, además, discriminando por nacionalidad. «Si el delincuente es español, se aumentarán las penas de cárcel, y si es extranjero, además de esto, se le expulsará de España».
Feijóo centró el grueso de su discurso en la lucha contra la violencia machista. El 25 de noviembre significa, dijo, «la oportunidad de reconocer los avances», pero también «el recuerdo muy presente de que siempre, siempre nos quedará algo por hacer», porque «la violencia cambia de rostro, pero permanece en la sociedad». A esos «rostros» quiere disuadirlos con medidas más duras.
En ese sentido, el presidente del PP prometió «derogar la Ley del sólo sí es sí y sustituirla por una ley que proteja a la mujer de verdad». Y tiró de datos para cargar contra Pedro Sánchez: «Con este Gobierno, las agresiones sexuales con penetración han aumentado un 231% en toda España desde 2018. Con este Gobierno, el conjunto de delitos contra la libertad sexual se ha incrementado un 61%. Este Gobierno ha convertido España en un país más inseguro para las mujeres y yo no me resigno ni me voy a quedar quieto».
La apelación a ser más duro con los extranjeros se repite en el nuevo plan de medidas contra la inmigración que ultima el PP, que contiene medidas para potenciar la llegada «ordenada» y «legal» de personas a España. La principal de tiodas ellas es la creación de un «visado por puntos» que prime a los inmigrantes que lleguen de países que «ayuden» a frenar la inmigración, que hablen español o que quieran trabajar en los sectores que requieren más mano de obra foránea, como el campo o la construcción.
«La inmigración ilegal es un desafío que hay que afrontar, porque para la mayoría de los españoles es un problema, y porque el Gobierno se lo quita de encima. Es inhumano que el único criterio de reparto sea molestar lo mínimo a sus socios separatistas, y tratar a los inmigrantes como moneda de cambio de su permanencia», dijo Feijóo recientemente. Y es «un desafío que hay que afrontar porque si no se alienta la xenofobia», agregó, en una referencia velada a Vox.
O sea, que cada inmigrante es sujeto de derechos pero también de deberes muy estrictos, opina Feijóo, y, por tanto, «ni es una víctima que no es dueña de sus actos, como afirma el PSOE, ni es un delincuente por defecto, como dice Vox». «Ninguno de los dos extremos es verdad. Ni regularizarlos a todos ni echarlos a todos al mar. La solición es poner orden y seguridad. Cumplir la ley. Y entonces se podrá convivir», añadió recientemente.
Otra medida fundamental del plan del PP es la de ligar las «ayudas» al empleo. «Contribuir tiene que ser condición para permanecer». Ése es el mensaje sobre el que gira el plan migratorio del PP. «Las ayudas sociales no pueden convertirse en un efecto llamada a la ilegalidad» y en consecuencia, tal como adelantó este diario, las prestaciones no contributivas como el Ingreso Mínimo Vital se reservarán, si gobiernan los populares, para quienes cuenten con un permiso de residencia «de larga duración».
