Publicado: noviembre 22, 2025, 5:07 pm
En la Casa Real, cualquier gesto tiene una intención, y el almuerzo privado que tiene lugar este sábado en el palacio de El Pardo con motivo de los 50 años de la Monarquía ha estado lleno de significados. Sólo la manera de llegar de los invitados explica mucho de la situación actual de la familia Borbón y Grecia, con un padre, Juan Carlos I, aireando su inconformismo en unas memorias, y el resto de la familia aguantando la expectación en silencio.
Don Juan Carlos aterrizó en Madrid minutos después de las once y media de la mañana en un avión procedente de Abu Dhabi. Una hora y cuarenta minutos después, se convertía en una de las primeras personas en atravesar la puerta lateral del palacio de El Pardo. Lo hacía en el asiento del copiloto de un coche en el que no le acompañaba ningún familiar. Llegó solo al Pardo.
Tuvo que pasar un cuarto de hora para que accedieran a este edificio, concebido como pabellón de caza de los Austrias y luego residencia privada de Francisco Franco, para que el grueso de los invitados llegara, organizados en coches y vehículos de siete plazas. Encabezaba la comitiva de vehículos un todoterreno gris en el que iban la Infanta Cristina y la Reina Sofía.
La Familia Real llega al PardoEFE
Detrás, han entrado los cuatro nietos Urdangarin, dos de ellos con sus novias, Victoria Federica y los Grecia. En un vehículo viajaba el aspirante al Trono de los Helenos, Pablo, junto a su esposa, Marie Chantal, y su madre, la reina Ana María de Grecia, viuda de Constantino y cuñada de Doña Sofía. Les seguía Felipe de Grecia sin su esposa, Nina Flohr; y su hermana Alexia con su marido, Carlos Morales y sus hijas.
Unos minutos después, en otro vehículo llegaba la Infanta Elena junto a Froilán de Marichalar, que conducía el coche. La tercera en la línea de sucesión saludaba animosa en la puerta.
El grueso de los asistentes al almuerzo ingresaban al Palacio por la puerta principal, donde se había colgado de un balcón el estandarte del Rey Felipe VI y estaba izada la bandera de España. En el interior del Palacio de El Pardo estaban también Konstantin de Bulgaria, padrino de la Infanta Sofía; y Luis Alfonso de Borbón.
A las dos en punto de la tarde, los Reyes Don Felipe y Doña Letizia, acompañados por la Princesa Leonor y la Infanta Sofía, llegaban al Palacio. Iban todos en un coche marca Lexus conducido por el Monarca. Han tenido la deferencia de bajar la ventana y detenerse un momento para saludar. Una vez entraron los Reyes, miembros de la Guardia Real cerraron la puerta, dada por zanjada la entrada de más invitados.
La jornada festiva de la Familia del Rey terminó a las cinco de la tarde, cuando el último invitado abandonó el Pardo. Como a la entrada, Juan Carlos I salió solo, seguido en un coche por su nieto Froilàn de Marichalar. Minutos después salía el Felipe VI en el mismo coche en el que entró, pero sin la Reina y sus hijas, que se marcharon en un vehículo distinto. Doña Sofía abandonó El Pardo junto a Victoria Marichalar e Irene Urdangarin, seguida en otros vehículos por el resto de nietos y su familia Grecia.
Según ha sabido EL MUNDO, el almuerzo se ha celebrado en una única mesa corrida, en la que se han sentado en torno a 60 invitados, en un ambiente distendido, todos han quedado contentos por la cita en homenaje a la Reina Sofía.
Don Juan Carlos se ha marchado directo al aeropuerto, donde a las seis de la tarde despegaba su avión rumbo a Abu Dhabi. El Emérito ha pasado en total 12 horas volando para permanecer cinco en El Pardo y tres con su hijo
