Dos años de investidura de Sánchez: cerco judicial a su entorno, corrupción en el PSOE pero "determinación" para llegar a las elecciones  "en su mejor momento" - España
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Dos años de investidura de Sánchez: cerco judicial a su entorno, corrupción en el PSOE pero «determinación» para llegar a las elecciones  «en su mejor momento»

Publicado: noviembre 16, 2025, 5:07 am

Actualizado Sábado,
15
noviembre
2025

22:51

En vísperas de la sesión de investidura de Pedro Sánchez de la que este domingo 16 se cumplen dos años, el PP convocó manifestaciones de muchos miles de españoles para protestar por el pacto con Junts en el que se cambió La Moncloa por la Ley de Amnistía, considerada inconstitucional y una traición a España. Así lo había pensado también el PSOE antes de que las generales de julio del 23 le hicieran rehén de los votos de Puigdemont. El candidato a presidente hizo «de la necesidad virtud» y fue investido. Pedro Sánchez sabía que la investidura era lo más difícil y que una vez allí, la democracia española otorga amplios poderes al jefe del Ejecutivo. Que solamente puede ser removido del cargo por una moción de censura, una cuestión de confianza o una convocatoria anticipada. Las dos últimas posibilidades dependen de él. Junts, al contrario de lo que presumía Puigdemont y sostenía el PP, no tiene capacidad para tumbar a Sánchez y provocar elecciones. Salvo que opte por pactar con el PP y Vox una moción de censura.

Dos años más tarde ha quedado en evidencia que, si un presidente quiere, como es el caso, tiene resortes más que de sobra para permanecer en el cargo. Con o sin mayoría parlamentaria. Con o sin casos de corrupción. Con o sin presupuestos durante toda la legislatura. Con o sin numerosos sumarios abiertos que afectan al partido gobernante.

En estos dos años, Sánchez ha vivido en una montaña rusa a punto de caer al vacío. Ha visto cómo los jueces imputaban a su mujer, a su hermano y al fiscal general del Estado; estuvo a punto de tirar la toalla por su situación familiar en los cinco días de abril, su último secretario de Organización está en la cárcel acusado de corrupción, y el penúltimo, José Luis Ábalos, ya en el banquillo por lo mismo. Además de haber asestado un golpe seco y duro al relato feminista del presidente. El trato hacia las mujeres de Ábalos y su lugarteniente Koldo es motivo de vergüenza para los socialistas. Además de todo ello, el Gobierno de coalición ha sufrido severas derrotas parlamentarias y una oposición sin piedad que sólo ha permitido el consenso para elegir al CGPJ, y de milagro.

Regalo de aniversario

A pesar de todo ello y de parecer que está cercado por todas partes, el presidente del Gobierno se dispone a resistir hasta completar la legislatura. Mientras que la oposición del PP y de Vox lo ve «acabado» y lo califica como «paréntesis» en la Historia de España, Sánchez -como dijo el ministro de la Presidencia en el Congreso en vísperas de los dos años de mandato- se convertirá en 2026 en el presidente más longevo de la democracia. Sólo superado en años de gestión por el ex presidente Felipe González. El paréntesis del que habla Feijóo durará nueve años en 2027, año en el que expira la legislatura.

Casualmente, el regalo de aniversario más valioso se lo ha proporcionado el abogado del Tribunal Superior de Justicia de la UE, dictaminando que la amnistía no choca con el derecho de la Unión, ni es una autoamnistía. La tesis más repetida por González y el PP desde la aprobación de la ley.

«Lo más notable de estos dos años ha sido la fortaleza personal y determinación política de Pedro Sánchez. Llegará a las elecciones en su mejor momento. Y serán disputadas. La economía funciona. La vivienda será lo único que importa electoralmente. Y a Feijóo no le va bien, no sabe qué hacer con Vox», señalan fuentes próximas al presidente. Sánchez carece de críticas internas dentro del PSOE –Page resiste casi en solitario-, nadie le ha pedido que asuma su responsabilidad política por haber nombrado a dos presuntos corruptos sucesivamente para controlar el partido, y los ministros asisten con admiración y asombro a la capacidad del jefe del Gobierno de normalizar algunas cosas inéditas en la democracia que incumplen las reglas de compromiso institucional marcadas por todos los presidentes. Como incumplir la obligación constitucional de enviar el proyecto de ley de presupuestos al Congreso. Tampoco los casos de corrupción parecen haberle penalizado en su intención de voto. Ni sus múltiples cambios de opinión cuando son necesarios para conservar su puesto.

«Tiene la habilitad de normalizar situaciones que son anómalas y de resistir ofensivas que a cualquier otro le hubieran llevado a tirar al toalla. La clave de su continuidad a pesar de todo la tiene sin duda la oposición destructiva y muy desagradable que estamos sufriendo. Y la debilidad de un Feijóo que no convence ni a los suyos», resumen dirigentes socialistas.

«Nosotros vamos a seguir trabajando para conseguir mayorías y aprobar leyes, como hemos hecho desde 2018, a pesar del impasse en el que se encuentra Junts por sus malos pronósticos electorales», señalan fuentes de Moncloa.

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