Publicado: noviembre 9, 2025, 1:07 am
Las tres primeras sesiones del juicio al fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, por la filtración de datos reservados de la pareja de Isabel Díaz Ayuso ha puesto de relieve que este caso ha sido «único» dentro del Ministerio Fiscal. No hay precedentes de una actuación así en la Fiscalía General del Estado. Nunca antes había sucedido nada similar.
Además, el juicio también ha sacado a relucir las tensiones internas que estos hechos han generado dentro de la institución hasta fracturarla en dos, entre partidarios y adversarios del fiscal general. García Ortiz, a quien se le ha visto abatido en la vista celebrada en el Tribunal Supremo, sin la característica sonrisa que tanto lucía antaño, se enfrenta a penas de prisión por un delito de revelación de secretos del artículo 417 del Código Penal. A continuación se detallan algunos de los hitos que han marcado las primeras jornadas de un juicio histórico.
ABOGACÍA DEL ESTADO. Durante la primera semana de vista oral, se ha podido percibir cómo la estrategia de defensa del fiscal general tiene una gran carga política. Durante los interrogatorios practicados tanto por la abogada del Estado Consuelo Castro -ex abogada general con el anterior Gobierno de Pedro Sánchez– como por el abogado José Ignacio Ocio, los letrados de García Ortiz han insistido en la tesis de que la Fiscalía quiso combatir una campaña de desprestigio que estaba lanzando la Comunidad de Madrid -con Miguel Ángel Rodríguez al frente- contra el Ministerio Público.
Para ahondar en esa tesis, un tanto alejada de la cuestión jurídica que se está juzgando en el Alto Tribunal sobre el delito de revelación de secretos, la Abogacía del Estado se ha aferrado a los mensajes en la red social X sobre la fiscal jefe de Madrid, Pilar Rodríguez, y su vinculación con el Gobierno de Zapatero. También al mensaje divulgado por el jefe de Gabinete de Ayuso, Miguel Ángel Rodríguez, sobre las falsas «órdenes de arriba» para frenar el pacto entre el abogado de Alberto González Amador y la Fiscalía de Delitos Económicos de Madrid.
Por su parte, nada más arrancar el juicio, en la fase de cuestiones previas, la Abogacía del Estado pidió anular los informes de la UCO y puso el foco en que «el fiscal general del Estado ha sido sometido a un juicio injusto» en la primera fase de investigación en el Supremo. La Fiscalía secundó esa tesis y añadió que existe la sospecha de falta de imparcialidad de los magistrados que juzgan a García Ortiz porque cinco de ellos -el tribunal está compuesto por siete integrantes- formaron parte de la Sala que decidió en octubre del año 2024 abrir causa contra el fiscal general.
Almudena Lastra, fiscal superior de Madrid.
TESTIGOS DE CARGO. El juicio a García Ortiz también ha puesto de relieve que la Fiscalía como institución está rota. Desde el primer día, en la sala de vistas se percibió una clara guerra interna entre quienes defienden al fiscal general y quienes sospechan de su culpabilidad. Dentro de los denominados testigos de cargo, el testimonio más relevante fue el de la fiscal superior de Madrid, Almudena Lastra. Ella fue la fiscal que se encaró con García Ortiz en los momentos de la filtración clave que centra el procedimiento judicial.
Durante su interrogatorio, la fiscal superior señaló que la mañana del 14 de marzo de 2024 recibió una llamada telefónica a las 9.10 horas en la que no dio «ni los buenos días» al acusado y directamente le dijo: «¡Has filtrado los correos!», en claro tono de reproche. El fiscal general le respondió: «Eso ahora no importa. Hay que sacar la nota cuanto antes». «A mí sí me importaba. Eso se me quedó clavado en el alma», dijo Lastra en el Supremo. Asimismo, la fiscal superior indicó que hubiera bastado con sacar una nota de prensa desmintiendo que el acuerdo de conformidad de González Amador fuese parado «por órdenes de arriba». Bastaba, según la testigo, con proporcionar cualquier información para desmentir aquella falsedad, difundida por el jefe de Gabinete de Ayuso, que «no supusiese desvelar la estrategia de defensa de un imputado». «Con señalar que la información era falsa, que se sigue el procedimiento de siempre y que no había instrucciones sobre una propuesta de conformidad bastaba. No había que decir si se habían reconocido o no los hechos. No es nuestro papel desvelar la estrategia de defensa de nadie», subrayó la testigo.
ALMUDENA LASTRA: «Me dijo que no importaba la filtración. Se me quedó clavado»
Asimismo, el fiscal de Delitos Económicos, Julián Salto, contó que le extrañó cuando el 7 de marzo de 2024 desde la secretaría de la fiscal jefa de Madrid, Pilar Rodríguez, le llamaron para preguntarle por las diligencias preprocesales de Maxwell Cremona, empresa del novio de Ayuso. «Me asombró un poco porque pensaba que esto ya estaba visado y presentada la correspondiente denuncia». Salto no entendía por qué le estaban reclamando la información hasta que supo que González Amador era la pareja de la presidenta de la Comunidad de Madrid. El fiscal siempre entendió que el presunto fraude de González Amador era un «asunto no de mucha enjundia y en principio de ninguna trascendencia». «No era un fraude fiscal agravado»; en palabras del testigo era «un fraude fiscal sin más».
Julián Salto también confirmó las prisas que guiaron a García Ortiz la noche del 13 de marzo. El fiscal dejó claro que cuando su jefa Pilar Rodríguez le reclamó los correos electrónicos le dijo que el fiscal general «no podía esperar». Salto, que aquella noche tuvo que abandonar un estadio en un partido de Champions, sostuvo que era la primera vez en su vida profesional, el «único caso», en el que le pedían de forma tan insistente sus superiores una información.
JULIÁN SALTO: «No era un fraude agravado», era «un fraude fiscal sin más»
SE FILTRÓ TODO. La vista oral del Tribunal Supremo ha puesto de relieve también que la nota de la Fiscalía General del Estado, con los pormenores de las conversaciones entre el fiscal y el letrado fiscalista Carlos Neira, también fue filtrada antes de ser enviada por el conducto oficial -el gabinete de prensa de la Fiscalía Superior de Madrid- a los medios de comunicación a las 10.22 horas del 14 de marzo de 2024. Durante su comparecencia, la directora de Comunicación de García Ortiz, Mar Hedo, acabó admitiendo que el contenido de la nota de prensa que ella redactó, con los datos de los correos electrónicos del novio de Ayuso, fue publicada en primer lugar por el diario El País. En concreto, a las 7.14 horas del día 14 de marzo. Es decir, varias horas antes de ser distribuida al resto de medios de comunicación.
El letrado de González Amador, Gabriel Rodríguez-Ramos, le preguntó a Hedo, tras cotejar la textualidad del documento con la noticia del periódico de Prisa, lo siguiente: «¿Expresaba a las 7.14 la noticia de El País el contenido del borrador de su nota?». La testigo, tras dar un rodeo inicial, terminó respondiendo que «sí». El abogado recalcó: «Es decir, ¡qué también se ha filtrado la nota!». La periodista contestó entonces que «se filtran muchas cosas en España». De esta forma, el expediente tributario y la denuncia del novio de Ayuso fueron filtrados a eldiario.es, el correo de la confesión realizada por su letrado a la Cadena Ser y la nota de prensa de la Fiscalía General acabó en primer lugar en El País.
Alberto González Amador, pareja de la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, durante su declaración.
GONZÁLEZ AMADOR ESTALLA. Uno de los momentos de mayor tensión se produjo cuando la pareja de la presidenta de la Comunidad de Madrid, mirando a los ojos al acusado, dijo: «Yo pasé a ser el delincuente confeso del Reino de España. Estaba muerto. El señor García Ortiz, el fiscal general del Estado, me había matado públicamente, me había destrozado por completo». El empresario, que describió el gran perjuicio que la filtración le ha producido, añadió: «En el momento en que fiscal general del Estado dice que soy un delincuente confeso con esa nota de prensa y lo sostiene el presidente del Gobierno, prácticamente todo el Consejo de Ministros, el delegado del Gobierno, diferentes diputados, periodistas… actúan como un boletín oficial del Estado de esa condena pública que venía impuesta por el fiscal general del Estado hacia mi persona».
GONZÁLEZ AMADOR: «Pasé a ser el delincuente confeso. Me había matado»
Y, además, el testigo -que también ejerce de acusación particular- quiso dejar claro que ésta es «una cuestión personal» suya. «Ella [en referencia a Ayuso] va a seguir en Madrid ganando elecciones. Sánchez puede seguir en su sitio, el fiscal general del Estado sigue aquí, de hecho. A mí es al que han destrozado la vida. […] El punto de inflexión es la nota de prensa que saca el fiscal general. Es el origen, es la raíz por la cual yo estoy indefenso, sin presunción de inocencia y muerto jurídicamente, socialmente y económicamente», relató. Al final de su interrogatorio y como desahogo le dijo al tribunal: «O me voy de España o me suicido». El presidente, Andrés Martínez Arrieta, le respondió: «No le recomiendo ninguna de las dos cosas. En todo caso, hable con su abogado».
Pilar Rodríguez, fiscal jefe de Madrid.
TESTIGOS DE DESCARGO. En la vista también se han escuchado testimonios que han favorecido al fiscal general, como son el de Pilar Rodríguez o el de la mano derecha de García Ortiz, el teniente fiscal de la Secretaria Técnica, Diego Villafañe (ambos fiscales llegaron a estar imputados en este procedimiento). Rodríguez justificó que desde Fortuny se contactara con ella en marzo de 2024 -y no con la fiscal superior- para obtener una copia de todo el expediente tributario de la pareja de Ayuso una semana antes de la filtración. Además, durante su comparecencia, la testigo también defendió la necesidad dar información ante la confusión que se había generado. La fiscal confesó que, desde la filtración, no volvió a hablar por el móvil con su jefa directa, Lastra. En 20 meses tan sólo lo hizo «dos veces» por una línea de teléfono fijo.
Por su parte, el fiscal Villafañe declaró que le parecía bien que la nota de prensa de la Fiscalía incluyera los datos principales de la confesión del novio de Díaz Ayuso. También sostuvo que Almudena Lastra tiene «animadversión» contra la cúpula de la Fiscalía General. «Puedo decir que la animadversión de la fiscal superior de Madrid hacia el fiscal general del Estado, la anterior fiscal general del Estado y hacia mí era evidente», dijo la mano derecha del acusado.
Por otro lado, el juicio también ha tenido otro hecho nada habitual y es que profesionales de la información han declarado en descargo del fiscal general y alguno de ellos con un inequívoco alegato a favor de su inocencia. El periodista de eldiario.es José Precedo, al término de su interrogatorio, señaló sin que nadie se lo preguntara: «En 22 años de carrera, Álvaro García Ortiz no me ha pasado un papel nunca. Y nunca es nunca. Y aquí tengo un dilema moral bastante gordo que tenemos todos los periodistas muchas veces, que es que yo sí sé quién es la fuente de esta historia. La sé. No la voy a decir por secreto profesional». Ahí Martínez Arrieta le cortó: «Una cosa es que no la diga y otra cosa es que… No nos amenace con que la sabe…».
La vista se retomará este martes con el testimonio del decano del Colegio de la Abogacía de Madrid, Eugenio Ribón. Esta institución ejerce de acusación popular por la grave vulneración que este caso supone para el derecho de defensa de los ciudadanos.



