Publicado: noviembre 8, 2025, 12:07 am

Izquierda Unida, la pieza más codiciada en la reconfiguración de la izquierda alternativa para el nuevo ciclo electoral, por ser la fuerza que intentan atraer tanto Sumar como Podemos para ganar su particular guerra, establece sus condiciones de cara a las negociaciones para armar alianzas. Por un lado, avisa a Yolanda Díaz de que el próximo candidato se tendrá que elegir en «primarias» —algo que no sucedió en 2023— y, por otro, advierte a Podemos de que ningunea su órdago de hacerles «elegir» entre Sumar y los morados para firmar los pactos. Porque no acepta vetos.
Todo esto se desprende del borrador del Informe Político que presentará este domingo el líder de IU, Antonio Maíllo, ante la Coordinadora Federal de la formación —el máximo órgano de debate y dirección entre asambleas—, y al que ha tenido acceso EL MUNDO, donde hace reflexiones sobre el inicio del nuevo ciclo de elecciones.
En éste, queda claro que por mucho que Ione Belarra apriete en su órdago, IU no va a aceptar el marco de tener que «elegir» entre Sumar y Podemos para configurar las próximas alianzas electorales. Ni para las autonómicas, que asoman para los próximos meses, ni para las generales, que ya no se ven tan lejos como antes. Al contrario, Maíllo redobla su apuesta por construir un «frente amplio».
O, como también lo describe, «candidaturas unitarias que confluyen para ser instrumentos de cambio y transformación, y que se abren a que se incorporen cuantas organizaciones crean en la fuerza de la unidad para ser herramientas de la clase trabajadora». Esto significa que sin exclusiones.
Extremadura, Castilla y León y Andalucía —a priori en este orden— votarán en los próximos meses y marcan una tendencia que IU quiere trasladar a también a las generales. Y la máxima que defiende Maíllo es que hay que ponerse a trabajar ya en esa futura candidatura al Congreso. Para levantar ese nuevo Sumar —por llamarlo así aunque podría cambiar de nombre—. «Es tiempo de acelerar este proceso», apremia, «no hay tiempo que perder». El líder de IU incluso detecta que hay «mejores condiciones para ello».
En este punto, es relevante como Maíllo lanza un mensaje a Díaz. Cuando habla de «acelerar» el proceso significa que se abran las negociaciones para abordar y acordar las condiciones que van a rodear esa futura candidatura. El punto más importante es utilizar las primarias «como método de participación amplia y colectiva en la elección de las personas referentes» del proyecto.
Es decir, que si la vicepresidenta segunda quiere volver a encabezar la candidatura —decisión que no ha desvelado cuando se le pregunta—, se tendrá que someter al refrendo de los simpatizantes y ser elegida por ellos en unas elecciones primarias, donde también puedan presentarse otros aspirantes. Esto no sucedió en 2023, cuando no hubo ningún tipo de votación.
En su informe a la dirección de IU, Maíllo explica cómo tiene que ser ese «frente amplio» de las fuerzas de la izquierda alternativa. Es un espacio en el que las organizaciones políticas sean «parte de la solución» y diseñen «instrumentos que incorporen a cuanta más gente mejor a título individual, pero que sean copartícipes de las decisiones más importantes que se vayan tomando». Por eso los trabajos que pide «acelerar» van en la línea de armar un «proyecto político que justifique la unidad en el próximo ciclo», «acuerdos programáticos de obligado compromiso» para todos y «primarias como método de participación amplia y colectiva en la elección de las personas referentes que lo lleven a práctica».
«Estamos convencidas de que solo con un proceso movilizador —que interpele a votantes y gentes de izquierda, que reconecte a quienes esperan e incorporen a quienes aún no han dado el paso— pueden darse las condiciones de éxito para las procesos electorales que vienen, incluyendo las próximas elecciones generales», dice.
En su análisis de la situación, Maíllo considera que ha habido «un click en la opinión pública» y «un cambio en el estado de ánimo de la izquierda». Y lo justifica en varios episodios que han afectado a las fuerzas de la derecha: los incendios de este verano en Castilla y León y Extremadura, el «escándalo» de los cribados de cáncer de mama en Andalucía o la gestión de la dana en la Comunidad Valenciana.
Por otra parte, respecto a la situación política en la que se encuentra el Gobierno de coalición, Maíllo resta relevancia al «enésimo desmarque» de Junts y su anuncio de tumbar las leyes impulsadas por el Ejecutivo. «La materialización de su aparente ruptura solo se conseguiría con una moción de censura y su abrazo a PP y Vox», dice. «Lo demás pueden ser fuegos de artificio que no modifican el mantenimiento del Gobierno, aunque pueda paralizar la aprobación de nuevas leyes y también la de los Presupuestos Generales».
Precisamente, el líder de IU pide no dar pasos atrás. Al contrario. Presentar unos Presupuestos «que no se puedan rechazar». «Es más», ahonda, «cuyo rechazo debilite a quien se oponga a ellos para explicar las causas de medidas que beneficien a la población, independientemente de su adscripción política».
Relacionado con esto, exige al Gobierno acompañar esas cuentas con una reforma fiscal para justificar el aumento de ingresos. «El criterio de IU, la única fuerza política que ha propuesto una cantidad, justificada y posible, ha sido que, de aprobarse, sería el único presupuesto de la legislatura, por consiguiente, debe incluir todos los acuerdos de investidura para su cumplimiento antes de la finalización de la misma».
