Publicado: noviembre 7, 2025, 1:07 am

El Ministerio del Interior ha pedido un imposible a los equipos de Policía Judicial de la Guardia Civil de las zonas rurales. Pese a ser plenamente consciente de que las carencias en las plantillas obligan a los agentes a realizar sus servicios en solitario en la España rural, ha emitido una orden obligando a hacerlo en parejas en atención a la Ley de Prevención de Riesgos Laborales. La indicación ha enervado a las plantillas, que aseguran que es «imposible» poner en práctica las pretensiones del Ministerio.
La Dirección General de la Guardia Civil ha enviado vía telemática a todas los equipos de Policía Judicial, incluida la Unidad Central Operativa (UCO), un aviso para hacer cumplir el Manual de Información de Prevención de Riesgos laborales, que elabora el propio Cuerpo. En él, tal como denuncian desde el Instituto Armado, se obliga a que las salidas sean de dos en dos. «Los equipos territoriales de Policía Judicial por lo general tienen una plantilla de cuatro a cinco componentes en el mejor de los casos. La gran mayoría está en cuadro. Con un personal tan limitado deben de dar respuesta a un servicio de guardia para las incidencias las 24 horas del día, los 365 días del año. Esto hace que las guardias se presten por un único agente, que ha de encargarse en solitario de las incidencias que surjan», explica a este periódico el jefe de un acuartelamiento de la España vaciada. Por este motivo, instan al ministro Fernando Grande-Marlaska a ampliar el catálogo de personal de los equipos de Policía Judicial en estas zonas.
Otro mando de la Guardia Civil explica que tener a dos personas en servicio de guardia diariamente mermaría «enormemente» la disponibilidad del personal para el día a día. «Sería muy complicado dar continuidad al servicio con normalidad así que, en este momento, lo que nos está pidiendo la Dirección General (de la Guardia Civil) es totalmente inviable», razona.
La España rural es una zona con una especial casuística ya que en la última década ha registrado el cierre de cuarteles, la reducción de horario de apertura y la merma de su plantilla. Los guardias civiles que trabajan en estas zonas cuentan con recursos limitados para cubrir un extenso territorio con poblaciones muchas veces dispersas que se agrava con la falta de agentes y la creciente inseguridad en el mundo rural. La dispersión de los cuarteles es otro punto adverso. Las demarcaciones acumulan robos, asaltos y otros delitos que, en ocasiones, se hacen muy difíciles de cubrir por la cantidad de kilómetros de distancia que los agentes deben hacer para acudir al lugar en el que se les requiere.
En la mayoría de las zonas, sólo hay una patrulla de vigilancia nocturna compuesta por un único efectivo que debe atender todos los hechos delictivos que se produzcan en una misma noche en los distintos pueblos de su demarcación. «Es inasumible y el ministerio está totalmente ajeno a las necesidades de los miembros no sólo por imponer este manual sino también por el abandono generalizado que sufrimos desde hace años», detallan.
Las fuentes del Instituto Armado consultadas insisten en los «graves problemas» que tienen para desempeñar sus funciones en la actualidad y critican que Interior «nunca» les haya dado soluciones.
