Publicado: noviembre 2, 2025, 5:07 am
El fiscal general dio orden el 14 de marzo de 2024 de difundir los detalles del pacto de conformidad que el empresario Alberto González Amador, imputado por fraude fiscal y falsedad documental, estaba negociando con la Fiscalía Provincial de Madrid. Esta instrucción directa vino precedida de horas de enorme tensión entre la Fiscalía General del Estado y la Fiscalía Superior de Madrid, que dirige Almudena Lastra, testigo en el juicio que arranca este lunes en el Supremo.
García Ortiz presionó hasta que la nota de prensa fue distribuida. Previamente, se filtró a la Cadena Ser el correo del abogado del novio de Isabel Díaz Ayuso donde se admitía que «ciertamente se han cometido dos delitos contra la Hacienda Pública». La actuación de la Fiscalía aquel día carece de precedentes y puso en pie de guerra al Colegio de la Abogacía de Madrid, que decidió emprender acciones legales.
El Supremo ha defendido que el correo contenía información sensible relativa a aspectos y datos personales de un ciudadano en el marco de una «conversación privada» entre letrado y fiscal que está sujeta a «criterios de reserva y confidencialidad».
Todo comenzó el 13 de marzo de 2024, cuando este periódico publicó a las 21.29 horas una información titulada «La Fiscalía ofrece a la pareja de Ayuso un pacto para que admita dos delitos fiscales mientras judicializa el caso». En esa noticia, por primera vez, se contaba la existencia de conversaciones para llegar a un acuerdo. La información desvelaba un correo que el fiscal de Delitos Económicos de Madrid Julián Salto había enviado al letrado de González Amador, el fiscalista Carlos Neira. Le adjuntaba copia de la denuncia presentada el 5 de marzo de 2024 contra la sociedad Maxwell Cremona y la pareja de Ayuso. Horas antes, eldiario.es había informado de esa denuncia.
En la noticia de EL MUNDO se recogía que el fiscal de Madrid había comunicado literalmente al abogado que «aunque se ha denunciado también a otras personas, no será obstáculo para poder llegar a un acuerdo si usted y su cliente lo estiman posible». También se revelaba que el posible pacto tenía que pasar por la admisión de la comisión de dos delitos fiscales a cambio de una multa y una prisión que no implicase su cumplimiento efectivo. Tras la publicación de este periódico, distintos medios llamaron al gabinete de prensa de la Fiscalía General y la Superior de Madrid para confirmarlo. Esa misma noche, la directora de Comunicación de la Fiscalía General telefoneó a su homólogo de la Fiscalía Superior transmitiéndole que había que reaccionar ante la noticia. Pero la orden dada de la fiscal superior a su jefe de prensa era otra: ya se analizaría todo con calma al día siguiente.
Sin embargo, el fiscal general, Álvaro García Ortiz, se puso al frente de la operación que acabó con la insólita filtración. Según ha revelado la investigación, inmediatamente después de la publicación de EL MUNDO, el fiscal general inició una actividad frenética para recabar toda la información sobre las negociaciones entre la defensa de González Amador y el Ministerio Público. Reclamó los datos a la jefa de la Fiscalía Provincial. El equipo de García Ortiz quería demostrar que el pacto fue buscado en primer lugar por el novio de Ayuso, pese a la irrelevancia jurídica de ese dato.
Mientras García Ortiz reclamaba de manera insistente que los correos fueran enviados a su cuenta de Gmail personal, el fiscal del caso Julián Salto, que era quien los tenía en su poder, estaba en el Metropolitano viendo el Atlético- Inter de la Champions. Le llamó la fiscal jefe de Madrid, Pilar Rodríguez, y tuvo que dejar el estadio para enviar la información.
Una vez que García Ortiz tuvo en su poder los correos cruzados, se difunde uno anterior al publicado por este diario, en el que la defensa reconoce los dos delitos fiscales. Este correo es el que acabará centrando la investigación junto a la difusión de la nota de prensa.
Esa noche, después de que el fiscal Salto cumpliera la orden de Rodríguez de enviar los correos, la Cadena Ser publicó la noticia «El novio de Ayuso ofreció a la Fiscalía llegar a un pacto declarándose culpable de dos delitos fiscales para evitar el juicio». La emisora explicaba que había tenido acceso a un correo donde el abogado Neira mostraba su voluntad de llegar a un acuerdo. La noticia adelantaba lo siguiente: «La Fiscalía de Madrid prepara un comunicado al respecto que será publicado en las próximas horas». A la mañana siguiente se hizo pública esa nota de prensa.
A primera hora del día 14 de marzo, prensa de la Fiscalía General envía una primera versión del comunicado al responsable de Comunicación de la Fiscalía Superior de Madrid, quien se niega a enviarla por contener datos reservados de la defensa de González Amador. A su vez, su jefa, la fiscal superior Almudena Lastra, se había mostrado contraria a airear datos de la negociación para llegar a un pacto de conformidad. Consideraba que, si tenían que enviar una nota, ésta tenía que ser redactada por ellos. Ante ese bloqueo, García Ortiz llamó a la fiscal superior para decirle que enviaran ellos a todos los medios la nota con los datos de los correos. Desde la Fiscalía General se transmitió que el contenido del comunicado estaba consensuado con la Fiscalía Provincial, aunque su responsable, Pilar Rodríguez lo negó con posterioridad en sede judicial y aseguró haber intervenido en su redacción.
EL MUNDO desveló en exclusiva los mensajes que García Ortiz remitió a Lastra en aquellas horas de máxima tensión. «Si dejamos pasar el momento nos van a ganar el relato […]. Es imperativo sacarla», sostuvo. El fiscal general escribió a las 9.03 horas del 14 de marzo un primer mensaje a Lastra: «Ya tenemos la nota. Consensuada con Pilar y con Virna. Que Íñigo la dé cuanto antes», en referencia al jefe de prensa de Madrid, la fiscal provincial y la decana de Delitos Económicos, Virna Alonso.
Acto seguido, se produjo una conversación entre Lastra y García Ortiz donde la primera indicó que creía que la nota contenía errores. La llamada se cortó y el fiscal general envió a las 9.25 horas otro whatsapp a la fiscal superior: «Almudena, la nota está correcta en fechas y contenido. Hay que sacarla, si tardamos se impone un relato que no es cierto y parece que los compañeros no han hecho bien su trabajo. Es imperativo sacarla».
Al ver que Lastra no le respondía, tres minutos después envió otro mensaje: «Nos están dejando como mentirosos». Finalmente, a las 9.37 horas García Ortiz envió el último de sus whatsapps: «Almudena, no me coges el teléfono. Si dejamos pasar el momento nos van a ganar el relato. La actuación de los compañeros y de la Fiscalía es impecable y hay que defenderla».
Mensajes del fiscal general insistiendo para que le enviasen los correos.E.M.
A las 10.25 horas, 12 horas después de que EL MUNDO revelara los contactos para llegar a un pacto, el gabinete de prensa de la Fiscalía Superior distribuyó una nota que revelaba el contenido de las conversaciones entre la Fiscalía y el abogado de González Amador. Informaba de que el novio de Ayuso había mostrado su voluntad de reconocer los hechos y «satisfacer las cantidades presuntamente defraudadas».
El comunicado contenía en el encabezado «Fiscalía Provincial de Madrid. Nota informativa». Se había quitado el membrete habitual de «Fiscalía de la Comunidad de Madrid. Oficina de prensa» que llevan las notas distribuidas por este departamento. La nota fue enviada desde el gabinete de prensa de la Fiscalía General, por parte de la directora de comunicación de Álvaro García Ortiz, al gabinete de la Fiscalía Superior.
La filtración sobre el novio de Ayuso tuvo, además, una vertiente política que también fue objeto de investigación. El juez Ángel Hurtado indagó sobre la conexión con el Palacio de La Moncloa. El frenesí de la noche del 13 de marzo continuaba a primera hora del 14. A las 8.29 horas, cuando ningún medio había reproducido aún la imagen del correo, el documento entraba en un mensaje de WhatsApp al teléfono del entonces líder de los socialistas madrileños, Juan Lobato. Se lo enviaba Pilar Sánchez Acera, mano derecha de Óscar López cuando el ministro era jefe de Gabinete del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
Que aquello era un documento reservado lo reflejó su reacción: «¿Cómo tenemos esto?», preguntó inmediatamente a Sánchez Acera, que quería que lo exhibiera ante Ayuso en el Pleno de esa misma mañana. «La carta cómo la tenemos? Se ha publicado en algún sitio? […] Porq si no parece q me la ha dado la fiscalía», insistió Lobato. Ante tanta reticencia, Sánchez Acera le pidió tiempo. A las 9.29h le mandó un vínculo a El Plural, que acababa de reproducir el papel. «Ya está». Poco después, Lobato agitaba ante Ayuso una hoja con el correo.
Lo sucedido entre ambos se conoce porque el ex líder socialista lo llevó ante un notario. Cuando se supo, le costó el cargo y los dos tuvieron testificaron en el Supremo. El juez Hurtado concluyó que la Fiscalía General había hecho llegar el documento a La Moncloa, pero la Sala que revisa sus decisiones no vio indicios suficientes y dejó la rama política fuera del auto que llevaba el caso a juicio.
El instructor puso de relieve que la investigación no pudo avanzar más debido a que García Ortiz borró sus teléfonos móviles, cambió de terminal y eliminó su cuenta de Gmail en plena instrucción del caso. El fiscal general se había convertido en «un obstáculo» para la investigación.


