Publicado: octubre 30, 2025, 1:07 pm

Juana Rivas niega que se le notificara la sentencia italiana de 18 de febrero que la obligaba a devolver a su hijo pequeño con su padre, por orden de la Justicia italiana, aunque su abogado, Carlos Aranguez, emitió notas a la prensa informando de ello.
La mujer granadina ha declarado este jueves en Instrucción 4 de Granada, imputada por sustracción de su hijo menor, de 11 años, desde enero hasta julio de este año. El padre, Francesco Arcuri, la denunció después de que Rivas hiciera caso omiso a la sentencia civil italiana que la obligaba a devolverle al menor, resolución notificada a ella el 18 de febrero, y que es la tercera que valora que sólo el padre puede cuidar del menor en los últimos seis años.
Rivas, según fuentes judiciales, se ha defendido negando la mayor: no pudo cumplir la sentencia porque, ha asegurado -protegida por la capacidad de mentir que la ley otorga al imputado-, no fue informada de dicha sentencia.
Rivas se ha amparado en presuntos abusos de Arcuri al menor, que durante años fueron archivados, hasta que cuatro de ellos se juzgan ahora en Italia, como ha anunciado a la prensa su letrado. Para ello, ha negado haberse enterado de la sentencia que la obligaba a devolver al menor, «siguiendo la misma estrategia que tras su sustracción de 2016», ha explicado el abogado de Arcuri, Enrique Zambrano, «negar la notificación y ampararse en presuntas agresiones, entonces a ella».
Sin embargo, no sólo el abogado de Rivas, Carlos Aranguez, informó a los medios de dicha sentencia cuando se produjo, sino que un mes después el propio equipo legal de Rivas en Italia presentó recurso de casación a dicha sentencia, y el hecho de que sí se le notificó fue certificado por el juzgado italiano que la puso, al cumplimentar el formulario europeo enviado a España para exigir la ejecución y la entrega del menor.
En ese certificado, que vela por el buen entendimiento de distintos ordenamientos jurídicos, se especifica que Rivas sí fue notificada, y en ningún caso la mujer ni sus abogados lo recurrieron. Todo ello sucedió entre marzo y abril. Rivas sólo devolvió al menor el 25 de julio, cuando un juzgado español la forzó a ello, y tras una primera entrega fallida, entorpecida por las maniobras tanto de la madre como del hermano mayor, Gabriel, en el Punto de Encuentro Familiar de Granada.
Rivas ya fue condenada en 2019 a dos años y medio de prisión por sustraer a sus dos hijos del padre, tras lo cual fue indultada por el Gobierno de Pedro Sánchez. Sin embargo, el perdón fue concedido a condición de que no volviera a cometer el mismo delito en cuatro años. Ese periodo terminaba este mes de octubre. Si fuera condenada de nuevo, tendría que cumplir, pues, también la primera pena.
En su declaración, sin aceptar preguntas ni siquiera de la juez, ni del fiscal, ni tampoco de su contraparte, Rivas ha mencionado presuntas agresiones de Arcuri a sus hijos, y ha pretendido que se escucharan y vieran en sala audios y vídeos sobre ellas. La magistrada, según fuentes judiciales, se ha negado a ello, aunque le ha permitido, de forma garantista, hablar con libertad.
Las denuncias de Rivas y su hijo mayor, Gabriel, han sido archivadas recurrentemente en Italia, donde tres pormenorizadas sentencias apoyadas en informes psicosociales de todo tipo han dado siempre la custodia al padre -y han llegado a mandar a tratamiento a la madre-, considerando que Gabriel, que vive desde los 16 años con ella, ha aceptado e interiorizado las «manipulaciones» de la madre, prefiriendo su «estilo de educación» al del padre, más serio.
Hasta que en 2024 un nuevo fiscal encargado de la causa decidió procesar a Arcuri por cuatro de esa veintena larga de denuncias. Después de eso, tanto la Fiscalía de Menores, en informe de enero pasado, como el tribunal civil, en febrero, han estimado que las denuncias no se sostienen, pero el procedimiento penal se ha abierto y Rivas declarará en él el próximo mes de febrero de 2026.
