Publicado: octubre 30, 2025, 3:07 am

Los responsables de controlar los pagos del PSOE reflejaron ayer en el Tribunal Supremo el «descontrol» del sistema que empleaban para abonar en efectivo los gastos que en nombre del partido habían tenido los ex secretarios de Organización José Luis Ábalos y Santos Cerdán.
El ex director gerente Mariano Moreno y la secretaria del área de Organización Celia Rodríguez Alonso comparecieron como testigos ante el magistrado Leopoldo Puente a raíz del informe de la UCO sobre el patrimonio de Ábalos que desvelaba descuadres en los gastos enviados por Ferraz al Alto Tribunal. El mismo informe que arroja sombras sobre los movimientos de efectivo en el PSOE es el que ha llevado a que el presidente del Gobierno comparezca este jueves en la comisión de investigación del caso Koldo impulsada por el PP en el Senado.
Como testigos, tanto el gerente como la secretaria tenían ayer obligación de responder a todas las preguntas. Lo hicieron ante un instructor que se mostró sorprendido por la operativa de Ferraz y que repreguntó intentando encontrar los sistemas internos de control, sin hallarlos. «Eso no es una comprobación. Si Ábalos reclamaba unas cantidades, ¿el control era que lo reclamaba Ábalos? Eso no es un control», le dijo el instructor a Moreno, que ejerció de director gerente durante cuatro años (junio de 2017 a octubre de 2021), coincidiendo con la etapa de Ábalos como secretario de Organización.
La respuesta del gerente a ese comentario del juez no fue profundizar en los elementos de verificación de los gastos, sino hacerle saber que lo que sucedía en la secretaría de Organización se extendía al resto del partido. «Funcionaba así para la Secretaría de Organización y para toda la Ejecutiva. No era esta secretaría, eran todas», dijo el testigo, según fuentes conocedoras de la declaración. «No parece un control muy efectivo», repitió el juez.
Ante las suspicacia del juez frente al sistema de pagos en efectivo en lugar de a través del banco, el testigo se escudó en que él había heredado el sistema: «Esto ya era así cuando yo llegué como gerente. Estaba dentro de la cultura organizativa del funcionamiento de la Comisión Ejecutiva Federal».
La primera en declarar fue la secretaria, que describió cómo procedía cuando alguien del área de Organización se le presentaba con gastos que pedía reintegrar. «Yo rellenaba unos impresos de liquidaciones de gastos. Una vez firmados por Ábalos, los bajaba a Administración, donde revisaban si estaban bien hechas las sumas. Cuando ya tenían el dinero me avisaban».
Según el juez, esas explicaciones habían dejado «un poco en el aire» que existiera un verdadero control de que los gastos reclamados correspondieran a gastos realmente efectuados por quien los presentaba. Intentó precisarlo con quien había sido su superior. «Es de suponer que Administración hacía una comprobación de que esos gastos se habían realizado por la persona que los reclamaba», planteó el magistrado a Moreno. «Eso en ese momento no se comprobaba», dijo el gerente, lo que llevó al instructor a señalar que, en esas circunstancias, cualquiera podría recoger los tickets de un restaurante de otras personas y pasar el gasto.
«Es que para eso hay controles en las organizaciones», añadió ante un gerente que repetía «no se comprobaba eso». «¿Entonces la comprobación de Administración en qué consistía?», concluyó el juez tras escuchar varias veces la frase. La respuesta fue que la comprobación era que constaba la firma de la secretaría de Organización en la reclamación y que no «había un superior» a ellos. «Eran los máximos responsables».
Al cuestionamiento del instructor, el ex gerente indicó que todos los sistemas evolucionan con el tiempo, lo que llevó a Puente a indicar que el comprobar que el que reclamaba la comida la había pagado ya se producía en 1950. «No es nada tecnológico», dijo, el juez, antes de pedir una vez más al testigo, ya a punto de cerrar su parte del interrogatorio, que intentara recordar si había «algún tipo de control». La respuesta de que no se podía presentar cualquier tipo de gasto y que las fechas debían coincidir no satisfizo al magistrado del Supremo. «No me diga usted que eso es un control», afirmó, antes de dar paso a las preguntas de la Fiscalía Anticorrupción.
El fiscal jefe, Alejandro Luzón, preguntó tanto al gerente como a la secretaria si se hacían pagos con billetes de 500 euros. Ambos lo negaron. «No, no, estoy seguro», afirmó Moreno. «Si hay entregas de 500 euros, ¿proceden de otra fuente en metálico distinta de la cuenta del banco? ¿Existía alguna otra fuente?». La respuesta es que la cuenta de funcionamiento del PSOE era «la única» fuente. Luzón tenía en mente que el informe de la UCO recoge conversaciones de Ábalos con su entonces asesor Koldo García usando lenguaje «un lenguaje convenido para referirse a billetes de alto valor». Las «chistorras» eran los billetes de 500.
Tras abordar los de Ábalos, el fiscal jefe quiso que la secretaria recordara los pagos en metálico en la etapa de Cerdán. La testigo no los recordaba. «Quince liquidaciones», le precisó el fiscal jefe. No recordaba. «Son del 2024, hace poco tiempo», insistió. No las recordaba. Minutos más tarde, repreguntada por el abogado del PP, Alberto Durán -que agrupa a las acusaciones populares– sí afirmó que en ocasiones había hecho entregas de efectivo a Cerdán.
De las dos declaraciones de ayer se desprende también que el recaudador y repartidor era Koldo, pese a no tener ningún cargo en Ferraz. Casi siempre era él quien iba a recoger el dinero de los gastos del área de Organización, según las explicaciones de Celia Rodríguez. Cuando Administración daba el visto bueno a los gastos y le entregaba el dinero, ella avisaba «a Koldo o a su mujer». «Dejaba un sobre en la recepción de Ferraz para que pasaran a por él». Lo recogía Koldo, Patricia -también investigada- y a veces «un motorista».
Al juez le pareció «extraño» que el dinero lo pudiera recoger «cualquier» persona que dijera Koldo. La testigo también confirmó al juez que el dinero lo metía en sobres con el anagrama del partido, en los que anotaba el nombre de quien lo iba a recibir. Como los que aparecen en el informe de la UCO.
Ya en el primer interrogatorio de la mañana, el de la secretaria, el juez había mostrado su sorpresa por el descontrol en la devolución de gastos. En particular, porque la testigo incluía los gastos en una nota sin individualizarlos, bajo el genérico de Secretaría, agrupando así «gastos de varios compañeros». «¿Qué control se podía hacer sobre esos gastos en esas condiciones?», preguntó Puente. La testigo imaginaba que eran gastos de viaje. «¿Pero cómo se podría comprobar eso?», se preguntó el magistrado.
