Publicado: octubre 26, 2025, 9:07 am
Carles Puigdemont prepara la ruptura con el PSOE impelido por el crecimiento de Aliança Catalana y la presión de sus cuadros territoriales, que viven instalados en el pánico a ser barridos por el partido de Sílvia Orriols en las próximas elecciones municipales. El prófugo se ha visto forzado a escuchar el grito de alerta de sus bases y les concederá la última palabra en una consulta vinculante en la que se tendrá que validar el divorcio con Pedro Sánchez. Pero el presidente de Junts se niega a perder el control de la voladura del acuerdo de Bruselas; pretende diseñar personalmente el fin del pacto de investidura, vestirlo como una decisión inevitable por los incumplimientos de los socialistas y que la votación de la militancia se convierta en un mero trámite para certificar la defunción de la alianza con el Gobierno de España.
Según relatan fuentes de Junts a EL MUNDO, Puigdemont reunirá el domingo a la ejecutiva permanente del partido, esto es, al núcleo duro y reducido que capitanean el secretario general Jordi Turull y la vicepresidenta y líder en el Congreso, Míriam Nogueras. En ese cónclave, el clan de Bruselas tomará casi totalmente la decisión que el lunes se entregará mascada a la ejecutiva ampliada, es decir, al resto de la dirección. «La reunión del lunes será un paripé, porque en Junts sólo manda uno», señalan fuentes neoconvergentes, que dan por hecho que Puigdemont apostará por anunciar que el partido heredero de Convergència dejará de respaldar al PSOE en el Congreso para llevar la legislatura a una «vía muerta», pero que no se atreverá a proponer una moción de censura «instrumental» con el PP y Vox para expulsar a Sánchez de La Moncloa.
Además, apuntan las mismas voces, los neoconvergentes se reservarán el derecho a seguir apoyando cuestiones que «favorezcan a Cataluña» para poder continuar promocionándose como el partido que vela por los intereses de la «nación» y que aporta «soluciones», con el fin de diferenciarse de opciones «populistas» y «de moda» como la Aliança.
Preocupa especialmente a Puigdemont que Orriols le afee que ha vuelto de la aventura con Sánchez con las manos vacías -sin catalán en Europa o sin competencias de inmigración-, de ahí que el ex presidente de la Generalitat quiera preservar la posibilidad de apoyar o promover cuestiones en el Congreso que puedan resultarle rentables electoralmente. Fiscalidad, ocupaciones, multirreincidencia, inmigración y lengua son y seguirán siendo asuntos primordiales para Junts.
Jordi Turull lideró la negociación del pacto de investidura con Santos Cerdán, con el que también acordó la redacción de la Ley de Amnistía.ARABA
Puigdemont delegará en sus 6.400 militantes la decisión última para seguir alimentando la idea de que Junts es un partido moderno y democrático, muy alejado de la vieja Convergència, pero no espera sobresaltos como el que se produjo tres años atrás, cuando ya sometió a consulta la salida del Govern que formaba con ERC y que presidía Pere Aragonès. En aquella ocasión, el abandono del Ejecutivo independentista de coalición sólo salió adelante con un 55% de votos favorables y un 42% en contra.
«Aquello generó unas heridas que aún hoy no han cicatrizado y dejó para siempre una huella en la marca de Junts, que dejó de ser percibido como un partido de Govern para pasar a serlo como un partido de activistas, como un partido poco útil, poco fiable e imprevisible», relatan fuentes del partido críticas con aquella decisión.
«El resultado fue ajustado a pesar de que Puigdemont, Laura Borràs, Josep Rius, Jordi Turull o Josep Rull eran favorables a marchar», añaden las mismas fuentes, que no prevén que ahora -con el sector pragmático del partido más debilitado y los fieles de Puigdemont aupados a los puestos destacados de la dirección- se contradiga en la consulta la decisión que la ejecutiva permanente tome el domingo y que la ejecutiva completa refrende, sin objeción, el lunes. «Ahora no hay en la ejecutiva el mínimo de pensamiento crítico ni debate», acreditan. Cabe recordar, en este sentido, la reciente dimisión del líder de ese sector posibilista, Jaume Giró, que se despidió por discrepancias con «las orientaciones actuales del partido».
La ruptura con Sánchez cuenta con el beneplácito de la mayoría de votantes de Junts. Según la última encuesta de Sigma Dos para EL MUNDO, publicada a mediados de septiembre, un 49% defiende dejar de respaldar al PSOE frente a un 40% que apuesta con conservar la alianza que ya sirvió para investir al socialista y que ha permitido al Ejecutivo central rebasar el ecuador del mandato. La misma muestra demoscópica apunta a que el 71% de los electores neoconvergentes se opone a que su partido apoye una hipotética moción de censura con PP y Vox contra el Gobierno del PSOE. No obstante, esta opción ya no es descartada por la dirección de Junts de forma tan vehemente como meses atrás, cuando su número dos, Turull, la calificaba de «fantasía».

