El Gobierno se vuelca en mantener atado a Podemos y no depender del voto de Ábalos en el Congreso - España
Registro  /  Login

Otro sitio más de Gerente.com


El Gobierno se vuelca en mantener atado a Podemos y no depender del voto de Ábalos en el Congreso

Publicado: octubre 18, 2025, 1:07 am

La amígdala es la región del cerebro que regula las emociones. Se sitúa en la parte interna. Es una zona que en los últimos años el Gobierno ha desarrollado y ejercitado. La debilidad parlamentaria de la coalición genera miedo, tensión, incertidumbre… y también «desquicie» con algunos partidos. Es el caso del PSOE con Podemos. La manera de actuar y negociar de los morados en los últimos tiempo, buscando marcar perfil y encarnando el rol de «azote» del Ejecutivo, ahonda el sinvivir de los socialistas, que ya tenían en Carles Puigdemont su particular espada de Damocles. «La relación con Podemos es compleja, porque ellos no son socios del Gobierno», exponen fuentes parlamentarias. «Se van acumulando elementos y, al final, el camino del Gobierno y el nuestro parece que cada vez están más separados», exponen desde la formación que lidera Ione Belarra.

En los últimos tiempos, y debido a la trama corrupta destapada por la UCO y la incógnita de si José Luis Ábalos acabará en prisión, fuentes gubernamentales reconocen que la «estrategia parlamentaria» ha pasado por «intentar no depender de su escaño», pese a que con la ex mano derecha de Pedro Sánchez hay cierta interlocución en el Congreso para trasladarle el sentido del voto del PSOE y, de hecho, éste suele votar en consonancia. Pero de los asientos que dependen sí o sí son de los cuatro de Podemos. «Aunque, a veces, algunos no lo crean así, los votos de izquierdas, nuestros votos, valen tanto como los del resto en el Congreso», explican desde Podemos, en alusión al hecho de que La Moncloa muchas veces centre esfuerzos y priorice lograr el apoyo de Junts.

Podemos celebra este fin de semana en Madrid la Universidad de Otoño de la Alianza de Izquierda Europea. Una oportunidad para tener foco y afianzar ideas y planteamientos. Un factor clave en la relación entre socialistas y morados es la batalla con Sumar y otras formaciones por liderar el espacio a la izquierda del PSOE. «Ellos consideran que el Gobierno no es suficientemente de izquierdas, que la izquierda verdadera son ellos. Y ése es su espacio político: la gente que en España cree que no somos suficientemente de izquierdas. Por eso son azote», analizan fuentes socialistas. «La gente está viendo que necesitamos que en España haya una izquierda fuerte que sea capaz de hacer frente al golpismo judicial y también de gobernar sin corrupción», fue el dardo este viernes de Irene Montero.

La dureza del discurso y la distancia de Podemos se notan en aspectos como que mientras la mayoría de socios conceden un voto de confianza al PSOE y oxígeno siempre y cuando la trama corrupta no escale o no se constate la financiación irregular, los morados hablan ya sin tapujos de «caso PSOE» y de que «hay corrupción en el PSOE», chocando con el discurso de La Moncloa de tratar de encapsular la trama a Cerdán, Koldo y Ábalos. En Podemos defienden que mientras otros socios tienen interés superiores para permanecer junto a Sánchez, «nosotros no tenemos ninguna atadura. No tenemos un acuerdo de gobierno con ellos». Lo constatan fuentes parlamentarias: «No son un aliado estándar».

La interlocución entre ambas partes la llevan Félix Bolaños, por parte del Gobierno, e Ione Belarra, por parte de Podemos. Pese a que la convivencia se ha instalado en una tensión permanente, hay línea. E, incluso, «la relación tiene frutos», como se evidenció con el embargo de armas y la ley de movilidad. Ambas medidas salieron adelante porque Podemos cambió su posición, negociación mediante sobre todo en la segunda iniciativa. Los morados defienden que no importa tanto el desgaste de variar el voto y sí el abrir debates y poner encima de la mesa «contradicciones» y «mentiras» del Gobierno.

«Vamos a seguir utilizando nuestros votos, en la medida de nuestras posibilidades, para empujar transformaciones cuando sea posible. Cuando no lo sea, al menos los utilizaremos para frenar retrocesos y recortes», dicen en la dirección morada.

En el Congreso, el Gobierno y el PSOE hay «inquietud» con Podemos, no terminan de saber si sus órdagos son reales. «Tienen que entender la importancia de apoyar al Gobierno. No entendemos que ahonden en las diferencias», señala un ministro.

La percepción en La Moncloa es que a ninguno de sus socios, tampoco a Podemos, les debieran interesar ahora unas elecciones. «Ellos negocian duro y quieren que haya reflejo de su participación. Que se note que hacen cosas y tienen impacto. Nosotros no les subestimamos». «Con Podemos siempre hay que intentarlo», señala un miembro del Gobierno.

La reflexión que trasladan desde Podemos es que hay asuntos y materias en las que «se acumula» el desencuentro. «Es evidente que representamos intereses muy diferentes, sino opuestos, como en inmigración, vivienda, los toros…». Ven al PSOE «en precampaña: muchos anuncios, pero no concretan ninguna medida que mejore la vida de la gente, como pasa con la vivienda». Del lado socialista rebajan decibelios y creen que pese a que «las posiciones políticas son las que son», la convivencia «es normal» y que entra dentro de la dinámica a la que se ve obligada el Ejecutivo el dejar espacio a los demás y a encajar munición dialéctica.

La distancia y tensión, al menos públicamente, ha ido incrementándose. La pregunta surge entonces, como cada vez que hay distancia con un socio. ¿Harán caer al Gobierno? ¿Va a caer el Ejecutivo por alguno de sus socios? «No se trata de hacer caer o no», defienden desde Podemos. «Se trata de que hay cosas que no podemos avalar ideológicamente porque no las compartimos o que el PSOE plantea cosas poco comprensibles por parte de un Gobierno progresista». En el otro lado hacen este análisis: «Hace un mes había la sensación de que el Gobierno no tenía apoyos, que se acababa. No teníamos posibilidad de seguir. Y ahora, tras lo sucedido las últimas semanas, la sensación es la contraria. Conseguimos apoyos. Hacemos negociaciones que consiguen resultado. Por tanto, el Gobierno tiene gasolina».

Related Articles