Publicado: octubre 17, 2025, 2:07 am

Gobiernos y activistas animales sabían desde 2021 que Wikie y Keijo -dos orcas, madre e hijo- tendrían, tarde o temprano, fecha de desalojo de su tanque en la Costa Azul francesa. La aprobación ese año de una ley que prohibía el uso de cetáceos en espectáculos marinos inició la cuenta atrás. En estos cuatro años, los depredadores continuaron dándose chapuzones en Marineland Antibes (el más grande de Europa con 26 hectáreas) mientras asociaciones animalistas, onéges, gobiernos y zoológicos decidían cómo reubicarlos. Entre las propuestas, estaba el Loro Parque, a donde el propio Marineland y el Ministerio de Transición Ecológica francés, solicitaron por segunda vez el 8 de octubre, el traslado a la isla. Sin embargo un informe negativo de la Autoridad Científica (CITES) española impide el traslado y la falta de remisión de dicho informe al zoológico, en el plazo estipulado por la ley (un mes) ha motivado al Loro Parque a presentar un contencioso administrativo contra CITES y un requerimiento ante el Consejo de Transparencia y Buen Gobierno.
Además de España, Japón y Canadá eran otros posibles destinos, concretamente, el Parque Acuático Suma, en Kobe, o el santuario marino de Nueva Escocia. Pero Francia, con la «prioridad» de asegurar su «bienestar», sólo valoraba un destino dentro de los límites europeos. Así, a principios de 2025, el Ministerio de Transición Ecológica, bajo la dirección de Agnès Pannier-Runacher, pidió ante los medios su trasladado a Tenerife.
De esta forma empezaron las comunicaciones entre las autoridades competentes de ambos países para decidir el futuro de madre e hijo. Tras la petición formal de Marineland para el traslado a Tenerife, la autoridad científica española (CITES) hizo una recomendación negativa basándose en un informe desfavorable sobre el zoológico. Haciendo uso de su derecho a acceso a la información ambiental (recogido por la Ley 27/2006, de 18 de julio), el Loro Parque -que no cuenta con «incidencias en relación con el bienestar animal en ninguna de las inspecciones realizadas desde el año 2006» en sus instalaciones, como recoge un informe independiente realizado por la Dirección General de Ganadería, Medio Ambiente y Seguridad del Gobierno de Canarias– realizó el 12 de julio una petición de información para conocer dicho informe contrario al traslado de las dos orcas.
«Nuestro parque ha recibido innumerables reconocimientos internacionales por su excelencia en bienestar animal y ha superado con éxito todas las auditorías y certificaciones internacionales. No parece creíble que se pretenda cuestionar nuestra labor a través de un informe inexistente y que no se dé acceso a la información científica que justifique tal recomendación», señala el presidente del Grupo Loro Parque, Wolfgang Kiessling.
Desde el zoológico, siempre han sido fieles a su consigna, como explicó meses atrás el propio Kiessling a EL MUNDO, «si un animal necesita nuestra ayuda, siempre estaremos». Y es que en este reducto animal de Puerto de la Cruz ya conviven tres orcas: Adan, Tekoa y Morgan, esta última rescatada en 2010 en Holanda. Precisamente, gracias a esta hembra -con abrasiones en la piel, inflamación y desnutrición- se pudo desarrollar un sistema pionero para comunicarse con ella y entrenarla. Tras el traslado al Loro Parque, en el periodo de cuidados se descubrió que padecía sordera y la necesidad de comunicación con sus entrenadores y cuidadores motivó a que desde la institución se apostase por la investigación.
Esta historia, sumada a otras de acogida por parte del zoológico como la de tres chimpancés incautados por la Policía Local, han ido conformado la filosofía del Loro Parque, un lugar que, como declara el propio Kiessling, «siempre ha estado y estará dispuesto a ayudar a los animales que necesiten un hogar».