Publicado: octubre 11, 2025, 1:07 am
Belén Martínez Carbonell es una diplomática española con una amplia trayectoria en las instituciones europeas. Actualmente es directora general de Asociaciones Internacionales de la Unión Europea, un cargo desde el que coordina las relaciones exteriores del bloque con países socios de todo el mundo.
Con una carrera de más de dos décadas en Bruselas, ha trabajado en ámbitos clave como la política exterior, la seguridad, la defensa y la cooperación internacional. Habla con El Mundo sobre el nuevo orden mundial y el papel que debe desempeñar la Unión Europea.
Pregunta: Usted estuvo en Estados Unidos entre 2003 y 2005. ¿Cómo ve ahora las relaciones entre la Unión Europea y Donald Trump respecto a entonces?
Respuesta: Entonces no estaba Donald Trump. Era un momento distinto en la historia de Estados Unidos y en la historia de la Unión Europea. Y bueno, cada relación corresponde a ese momento. Yo llegué a Estados Unidos después de los ataques en Bagdad. Y fue un momento muy complicado también. Ahora es complicado por otros motivos, el mundo ha cambiado mucho, pero en conjunto yo creo que si comparas con hace seis meses, estamos mucho mejor de donde muchos pensaron que íbamos a estar.
P.- Ayer hubo cierta polémica porque el presidente de Estados Unidos dijo que quizás habría que expulsar a España de la OTAN. Como secretaria general de la diplomacia de la Unión Europea. ¿Qué le parecen esas declaraciones?
R.- A mí me parece que España juega un papel fundamental tanto en la diplomacia de la Unión Europea como aliado en la OTAN. Y que ahora mismo no beneficiaría que España saliera de la OTAN. Tiene un papel muy importante en el flanco Este, por ejemplo, que es un área muy importante para la Unión Europea con todas las amenazas que tenemos. Y que ahora mismo corresponde al gobierno español responder, pero yo creo que España es un aliado muy importante que tiene mucho que contribuir a la OTAN.
P.- Se está negociando la paz en Gaza y la Unión Europea no está dentro de las conversaciones. ¿Qué papel aspira a tener la Unión Europea?
R.- La Unión Europea aspira a tener un papel más de actor de relevancia que simplemente de contribuyente. Aunque de forma directa la Unión Europea no haya formado parte de esas conversaciones, indirectamente la Unión Europea y sus Estados miembros sí, con todo el esfuerzo que han hecho en los últimos meses tanto aportando asistencia humanitaria a Gaza como, entre otras cosas, el acuerdo que consiguió la alta representante con las autoridades israelíes para facilitar la entrada de la ayuda. Toda la presión que ha puesto la Unión Europea sobre Israel en la mesa. La solidaridad que la Unión Europea expresó con Israel en el momento del atentado. Todo el esfuerzo que hemos hecho en mantener que la Autoridad Palestina siga en pie y la esperanza y un horizonte político para una solución de dos Estados… Yo creo que todo eso ha pesado mucho en llevar a buen puerto las negociaciones exitosas que ha llevado la Administración Trump.
Belén Martínez posa en el Hotel OrfilaMUNDO
P.- El Gobierno de España ha tenido una postura coherente desde el principio pidiendo la solución de dos Estados, pidiendo que se revisase el marco de asociación con Israel… al que parece que después la Unión Europea se ha sumado. ¿Cuánto ha pesado dentro de la Unión Europea la postura de España?
R.- La postura de España con la postura de otros Estados miembros ha pesado mucho. La posición de la Unión Europea en temas de política exterior es la zona común donde se encuentran los 27. Y en ese juego de equilibrios que llevan a facilitar una posición de la Unión Europea, lógicamente la de España y otra serie de países ha pesado mucho. Pero la Unión Europea siempre ha apoyado los dos Estados y la perspectiva de un horizonte político para la región y para Palestina… eso es algo donde todos nos encontramos.
P.- Pero ¿por qué cuesta tanto entre 27 países que tienen en común la democracia, el multilateralismo… que haya una voz común en temas tan sensibles como por ejemplo Israel?
R.- Cuesta mucho porque cada país tiene una historia muy distinta que lo define y la historia de España es muy distinta de la historia de Alemania y es muy distinta de la historia de Letonia. Eso lleva que el análisis de las realidades y los intereses políticos y las percepciones de los ciudadanos en los distintos países de la Unión sean diferentes. Lo cual lleva a que cuando esas se representan por medio de las voces de sus actores políticos en Bruselas, el punto de partida sea distinto. El valor añadido de la Unión Europea es encontrar ese punto de encuentro donde todas esas voces acaban comprendiendo ciertos elementos de interés común. Y es un proceso largo pero que es parte de formar consensos y de avanzar en la construcción europea.
P.- Me habla de un proceso largo, muchos no entendían por qué se ha tardado tanto en revisar ese acuerdo de asociación con Israel y algunas posturas. ¿No hay manera de agilizar los tiempos en la diplomacia?
R.- Estoy totalmente de acuerdo en que sobre todo en los tiempos que vienen el proceso de todas las decisiones en la Unión Europea y en cualquier administración tiene que ser mucho más rápido. Se está haciendo mucho en este sentido a lo mejor no tanto en el ámbito de la política de seguridad exterior común pero en otros ámbitos, en ámbitos regulatorios por ejemplo, intentando simplificar la legislación, los procedimientos de decisión… entonces se va avanzando poco a poco. La virtud también de la Unión Europea que al avanzarse poco a poco se avanza a 27.
P.- Y siguiendo con la paz en Oriente Próximo, ¿qué papel puede jugar Europa ahora que ya estamos hablando del día después en la reconstrucción, en el mantenimiento de la paz?
R.- Europa puede aportar mucho, porque tenemos una serie de instrumentos que tienen un valor añadido cualitativo ¿a qué me refiero? Llevamos trabajando muchos años en reforzar a la Autoridad Palestina, y eso es fundamental para que el día de mañana pueda asumir una serie de competencias que hoy en día no está capacitada. Tenemos dos misiones de la Unión Europea, en Cisjordania y en la frontera entre Gaza y Egipto. Y estas misiones están ahí. La alta representante puede considerar en cualquier momento, con el apoyo de los Estados Unidos, reactivarlas y eso sería de nuevo un apoyo muy cualitativo que otros donantes no pueden dar. La Unión Europea debería tener un papel muy importante en todo lo que es el futuro de Gaza del horizonte político para los dos Estados y de la estabilidad en la región.
P.- Me imagino que el jueves en la reunión en París, la alta representante tomaría nota de qué países ofrecían qué.
R.- Sí, desde luego que tomó nota y ella puso sobre la mesa las posibilidades del potencial que tienen los distintos instrumentos de la Unión Europea para contribuir a esta solución que por ahora va en buen camino y esperamos que siga en buen camino porque el acuerdo está hecho y realmente Estados Unidos ha jugado un papel muy positivo que hay que alabar y que reconocer. Ahora tenemos que apoyar a Estados Unidos y a todos aquellos que quieren trabajar en aras a una estabilidad y una situación sostenible para que esto se lleve a buen puerto.
Belén Martínez posa en el hotel OrfilaMUNDO
P.- Hemos hablado de Gaza, del flanco Este… hablemos del flanco sur, de la Unión Europea, que es una prioridad para España, ¿cuáles son los planes de la Unión Europea en la frontera sur?
R.- Pues la Unión Europea lleva trabajando mucho en los últimos meses en lo que será el pacto por el Mediterráneo y ha habido una serie de consultas muy intensas con todos los países del Mediterráneo porque somos conscientes de que esta agenda política de traer más estabilidad a la región de Oriente Medio y por ende a todo el Mediterráneo solo puede funcionar si tenemos unas agendas políticas, económicas y de seguridad en las que podamos compartir con esos países y en breve pondremos sobre la mesa el pacto por el Mediterráneo que trabaja mucho todos los temas de competitividad, de crecimiento económico. Además de afianzar lazos en temas de seguridad también con los países del flanco sur.
P.- Junto a este pacto por el Mediterráneo, otras de las prioridades de la diplomacia española y, así lo ha expresado el ministro, es lograr que se consiga el uso de las lenguas cooficiales en las instituciones europeas. No sé hasta qué punto esto preocupa dentro de la diplomacia europea.
R.- La diplomacia europea es sobre todo inglés y francés. La cuestión de las lenguas cooficiales es un tema más de competencia nacional y de otras formaciones del Consejo que no entran dentro de la política exterior.
P.-¿Y cómo valora la contribución de España a nivel de iniciativas dentro de la política exterior?
R.- Muy positiva. Siempre digo que la política exterior se enriquece mucho de las distintas perspectivas de Estados miembros que han tenido fuertes tradiciones diplomáticas. En el caso de España, tiene fuertes lazos no ya con América Latina, que es lo más obvio, pero sobre todo con el Mediterráneo Sur, con el África Subsahariana, con el Sahel… son áreas donde la aportación de España es muy importante. Tanto en lo que es la comprensión de las realidades de estas zonas geográficas como aportar ideas y soluciones.
P.- Ahora que se habla del fin del multilateralismo, quería preguntarle por las grandes potencias. Primero por China.¿Cómo se debe gestionar esa relación?
R.- La gestión de la relación con China es muy compleja porque es un gran actor global económicamente sobre todo y nosotros tenemos grandes dependencias económicas con China. Esta relación viene definida por el tríptico de competidor, rival sistémico y a veces socio en algunos ámbitos como el de la lucha contra el cambio climático. Pero la vía para gestionar la relación con China es en primer lugar ser muy francos en explicar los temas en los que estamos en desacuerdo y el apoyo indirecto que China está dando a Rusia facilitando la agresión rusa sobre Ucrania y la amenaza existencial que esto supone para la Unión Europea es algo que nuestros dirigentes no dejan de mencionar. Por otro lado, las dependencias económicas que tenemos con China se ven dificultadas por los desequilibrios de balanza comercial y de enfoques en la política comercial de China versus la Unión Europea. Ahí tenemos que reequilibrar esas balanzas, porque ahora mismo la situación no es la que quisiéramos que fuera. Pero eso no impide que sigamos discutiendo, que sigamos trabajando. A nivel multilateral China tiene una agenda muy interesada que muy elegantemente presenta sobre un prisma de interés y altruismo a favor de todos los países, sobre todo del G77, pero tampoco debemos engañarnos: si alguien que vela por sus propios intereses es China.
P.- ¿El papel de España que parece que tiene una relación muy buena con China, no sé si es privilegiada dentro de la Unión Europea, o si afecta a la diplomacia a nivel europeo?
R.- La relación de España con China, que tiene un diálogo quizás más fluido que otros países de la Unión Europea, es precisamente uno de esos valores que España puede aportar contribuyendo a pasar ciertos mensajes como parte de su relación positiva y constructiva con China.
P.- Pero después de tantos años de experiencia y tras decirme que China sí que vela por sus intereses, ¿preocupa que esa relación que ahora puede ser útil se convierta en un lastre?
R.- En cuanto España respete y en cierta medida siempre respeta las políticas que se hayan decidido a nivel de los 27, no creo que haya ningún problema.
P.- Hablemos ahora de Rusia. ¿Hay algún plan a largo plazo más allá de las sanciones?
R.- Ahora mismo la amenaza es tan elevada que el plan es poner presión contra Rusia y apoyar a Ucrania, que es defender la seguridad de la Unión Europea. Nuestra estrategia hacia Rusia pasa por tres vectores. Uno, frenar a Rusia directamente a través de sanciones y minimizar su economía de guerra, perjudicar su economía de guerra. En segundo lugar, reforzar a Ucrania apoyándola militarmente y financieramente, apoyando que Ucrania tenga unas estructuras de gobierno más resilientes. Y en tercer lugar, a través de una diplomacia multilateral y con países terceros, explicando que no es en beneficio de nadie las violaciones que Rusia ha hecho de la Carta de Naciones Unidas y que por tanto debemos todos aquellos que defendemos la Carta de Naciones Unidas explicar y hacer todo lo necesario para que la regresión rusa de Ucrania cese.
P.- El otro día Von der Leyen dijo que estamos en guerra ¿Cree que en España los gobernantes deberían endurecer el discurso para concienciar a la opinión pública?
R.- Creo que la opinión pública y lo que los dirigentes españoles van muy definidos por los intereses de esa opinión pública, entonces en España la opinión pública solicita que se hable más de Oriente Medio. Pero creo que cada vez los líderes y de los actores políticos españoles perciben que la amenaza rusa no es sólo en el flanco oeste. Esta guerra híbrida a la que estamos siendo cada vez más sometidos es una guerra que nos afecta a todos.
P.- Se intentó impulsar una compra masiva de todos los países europeos de armamento y munición para ahorrar costes y agilizar los periodos de entrega pero parece que eso no ha salido adelante, no sé si están trabajando también en unir esfuerzos en ese sentido.
R.- Hay dos cosas distintas, por un lado iniciativas que ha habido en este sentido de facilitar la rapidez de las provisiones militares a Ucrania, eso ha ido evolucionando mucho y ahora mismo es bastante ágil. Ciertamente que con lo que es la Facilidad Europea de Paz ahí nos encontramos con dificultades porque no conseguimos avanzar a 27, pero se han encontrado otros muchos mecanismos para agilizar la compra y la provisión de armamento a Ucrania. Eso es a lo que se refiere Ucrania, pero luego en los últimos meses y desde que ha entrado la nueva comisión, toda la agenda de seguridad y defensa se ha agilizado muchísimo y ahora mismo se está preparando, se presentará en breve una hoja de ruta sobre seguridad y defensa para asegurarnos que la Unión Europea tiene cubiertas ciertas capacidades que necesita de aquí a 2030.
P.- ¿Y qué capacidades le faltan?
R.- Hay algunas que son muy obvias y de las que llevamos hablando mucho tiempo como movilidad militar, estar seguros que el día que podemos mover los distintos equipos militares, se pueden mover a lo largo de la Unión Europea y en esas se lleva trabajando mucho tiempo. Hay otras que son más actuales, más presentes, que es toda la capacidad de producir drones y de contener los ataques de los drones, de las defensas aéreas, la defensa espacial, todo eso son temas que estarán dentro de esta hoja de ruta que se va a presentar en los próximos días.
P.- Y volviendo a Estados Unidos, me decía que estamos mucho mejor que hace 6 meses, pero ¿cree que el riesgo de que la relación se debilite más con esta administración Trump, donde es todo tan volátil? ¿Cómo cree que evolucionará esta relación?
R.- Nadie puede predecir el futuro, pero ahora mismo lo que yo he visto es que hemos ido construyendo una relación con Estados Unidos bastante más positiva de lo que la gente esperaba. Los compromisos que los países de la Unión Europea presentaron en la OTAN en la cumbre de la OTAN en el mes de junio, que no era tanto una respuesta al llamamiento americano sino además una toma de conciencia de que Europa tiene que desarrollar sus capacidades autónomas de decisión en términos de seguridad y defensa y eso supone un nivel de inversión en seguridad y defensa mucho mayor. Luego todo lo que fueron las discusiones sobre Ucrania, donde yo creo que hemos avanzado muchísimo y la percepción del presidente Trump de la situación en Ucrania y a quien realmente quiere la paz y quien no la quiere ha también evolucionado mucho y ahora mismo yo creo que la agenda en lo que se refiere a intentar conseguir la paz, a poner presión sobre Rusia, es bastante compartida. Entonces yo veo una evolución más que una impredecibilidad. Y luego en tercer lugar ha sido toda la negociación comercial, donde yo creo que los negociadores de la Unión Europea han hecho un papel estupendo, han llegado a acuerdos en los que gana todo el mundo y sobre todo son acuerdos muy positivos en el marco de lo que es la nueva política comercial de la administración Trump.
P.- Me hablaba del gasto en defensa y parece que es inevitable que todos los países tienen que gastar más en defensa, ¿no?
R.- Sí, yo creo que sí, que eso es inevitable. No es una elección, es una necesidad. Las circunstancias, el contexto geopolítico en el que vivimos, las amenazas que nos rodean, principalmente en el flanco Este y por parte de Rusia, pero también otros actores. Hay que armarse no para hacer la guerra sino para prevenir la guerra, para defender la paz, hay que estar preparados para la guerra. Y yo creo que esa es la toma de conciencia de la Unión Europea ahora mismo.
P.- Para terminar, ¿qué papel debe aspirar a tener Europa en el nuevo orden mundial?
R.- Yo creo que un actor global, fiable, creíble y que quiere y puede defender una serie de valores y principios que la fundaron, básicamente.