Publicado: septiembre 22, 2025, 6:07 am

El apoyo del Ayuntamiento de Badalona al denominado Pacte Nacional per la Llengua constituye un grave error político y una nueva concesión a la agenda nacionalista en materia lingüística. Bajo el pretexto de «cohesionar la sociedad catalana» en torno al catalán, lo que se persigue en realidad es imponer un modelo uniformizador, contrario a la libertad de los ciudadanos, que ignora la pluralidad lingüística de esa ciudad y de Cataluña en su conjunto.
Badalona, ciudad mayoritariamente castellanohablante
Badalona es una ciudad diversa. Más de la mitad de su población tiene el castellano como lengua materna por lo que pretender que el catalán sea la lengua de cohesión social es desconocer su realidad sociolingüística y fomentar una artificial ingeniería cultural orientada a modificar los usos lingüísticos de los ciudadanos. El español no solo es la lengua mayoritaria, sino también la lengua común de cohesión entre los catalanes y entre éstos y el resto de los españoles. Además, no se puede ignorar que es una lengua internacional.
Un plan de coacción y sanción
El apoyo al «Pacte» puede traducirse en líneas de subvención para actividades de promoción exclusiva del catalán y a entidades que se dedican a interponer sistemáticamente denuncias lingüísticas y a exigir que los ayuntamientos realicen labores de policíalingüística. En otras palabras, lo que pretende el «Pacte» es que los ayuntamientos destinen recursos públicos a fiscalizar la vida privada de los ciudadanos y a penalizar la libertad de empresa y la libertad de expresión de sus trabajadores en lugar de favorecer la convivencia. No se puede ignorar, además, que de aplicarse ese plan se pondrán en peligro los puestos de trabajo de muchas personas.
Una visión excluyente y nacionalista
El «Pacte« no pretende el «acuerdo», sino imponer un pacto nacionalista. En su momento, el actual Consejero de Política Lingüística, Sr Vilà, despreció las aportaciones que hizo la asociación Impulso Ciudadano porque primaban el bilingüismo institucional y la libertad de usos lingüísticos en el ámbito privado. En realidad, lo que se quiere conseguir es amedrentar a todos los catalanes y apartar socialmente a los que defendemos un marco de convivencia basado en la cooficialidad real de las lenguas. El «Pacte» asume la premisa de que el catalán debe ocupar una posición de preeminencia en relación con el castellano. Esa política, además de inconstitucional e ilegal, es contraria al interés general, al sentido común y profundamente indigna. Desprecia a más de la mitad de los habitantes de Cataluña.
El «Pacte» no trata de promover el conocimiento de todas las lenguas oficiales, sino de forzar un cambio en los hábitos lingüísticos de los ciudadanos. Es claramente contrario al libre desarrollo de la personalidad y al pluralismo lingüístico.
Lamentablemente, el ayuntamiento de Badalona ha caído en la trampa preparada por el PSC, ERC y las entidades nacionalistas que desprecian la defensa de la convivencia lingüística y de la libertad individual en favor de un proyecto que instrumentaliza la lengua como herramienta de construcción nacional.
Una alternativa: libertad y pluralidad
La asociación Impulso Ciudadano defiende que un buen pacto es el que garantiza los derechos lingüísticos de los ciudadanos ante las administraciones públicas; que asegura la rotulación pública en las lenguas oficiales de Cataluña; que trabaja para que los Ayuntamientos atiendan en la lengua que elijan los administrados; y que ampara la libertad de uso en el ámbito privado.
El error del grupo municipal popular es fácilmente corregible mediante la presentación de una nueva moción en el que deje claro que:
1.- Defiende políticas lingüísticas contrarias a la uniformización lingüística, respetuosas con el bilingüismo institucional y favorables a la libertad de usos lingüísticos en el espacio privado.
2.- Rechaza políticas contrarias al intervencionismo nacionalista
3.- Considera normal la realidad sociolingüística de su ciudad que cuenta con una mayoría castellanohablante que debe ser también objeto de protección y respeto.
Pepe Domingo es presidente de Impulso Ciudadano.