Espinosa de los Monteros: "La derecha no puede vivir sólo en el anti sanchismo, nosotros queremos aportar ideas e ilusión" - España
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Espinosa de los Monteros: «La derecha no puede vivir sólo en el anti sanchismo, nosotros queremos aportar ideas e ilusión»

Publicado: septiembre 21, 2025, 1:07 am

En su gira de presentación del ensayo ‘España tiene solución’, con foros en su mayoría abarrotados de personas, era común que algún asistente animara a Iván Espinosa de los Monteros a regresar a la primera línea política para liderar una opción nueva de derechas. Petición que el ex dirigente de Vox respondía confirmando su voluntad de hacer política, pero no en un partido convencional, sino en el campo de las ideas. Ese momento ya ha llegado y este jueves 25 presentará en Madrid la fundación Atenea, un think tank liberal conservador.

¿Por qué decide impulsar este proyecto y cuál es su propósito inicial?
Primero, la sensación de que estamos viviendo un momento verdaderamente crítico en España y en Occidente. Un momento de incertidumbre en el que se pone en cuestión cosas que no se habían cuestionado para bien en las últimas décadas y se vuelven a proponer ideas, como alternativa, que ya se han demostrado en el pasado que son muy perjudiciales. Un momento crítico en el que los partidos están centrados en el tema del día, cuestiones inmediatas. Y lo entiendo. Pero también creo que España necesita un programa reformista integral, profundo, ambicioso y pensando en el medio y largo plazo. Unas reformas que requieren de gente competente en diferentes materias que no estén absorbidas por la actualidad. Y Atenea quiere ser una plataforma para estas personas competentes en el sector público y privado que quieren opinar y aportar propuestas sobre asuntos públicos -por ejemplo, la aplicación en la administración de la IA-, pero sin pertenecer o militar en un partido.
¿Empezó a pensar en la necesidad de una plataforma como Atenea cuando estaba en la dirección de Vox, o después de su marcha?
Yo propuse un think tank de estas características cuando estaba dentro de Vox, pero al final se creó otra fundación que ha tomado otra deriva que no es la que yo planteé. Atenea será un sitio donde no habrá sueldos, todos seremos voluntarios, donde pondremos dinero, tiempo, esfuerzo. He dado este paso también porque la izquierda es muy activa en crear sociedad civil: sindicatos, agrupaciones, plataformas, fundaciones, ONG… Todo regado con dinero público. Y esta sociedad civil de izquierdas es la que influye en el debate público -por ejemplo, cuando Amenábar hizo Mar Adentro en defensa de la normalización de la eutanasia- y va cambiando la ventana de Overton, opinadores en los medios, generando una demanda social que luego los partidos de izquierdas satisfacen con su oferta y cambian el paradigma.
Esta es, justamente, la hegemonía cultural que la izquierda disfruta desde hace décadas en España.
Esto pasa, en parte, porque la derecha española le falta una sociedad civil más fuerte. Hay algunas, que a mí me encantan, que tienden a ser muy sectoriales. Nosotros queremos ser más transversales y aunarlo todo, con mucho trabajo colaborativo. La derecha no puede desaparecer del debate público y menos en un momento en el que la libertad de expresión está amenazada. Recordemos el atentado de Charlie Hebdo. Pero ojo. Este ataque a las voces discrepantes las hace también la derecha. Esta semana con el despido del comentarista televisivo norteamericano Jimmy Kimmel por comentarios irónicos y críticas a Trump. Hay un nuevo wokismo de derechas que está haciendo la misma censura que criticaba del wokismo. Si tú verdaderamente crees en la libertad de expresión aceptas las opiniones contrarias. Hay que estar en la batalla cultural, en la discusión con argumentos, pero no en la censura, la amenaza, la cancelación…
En su gira por España presentando el libro, con notable éxito de público, ¿qué mensajes le transmitían en los actos? ¿Le llamó algo la atención?
Ha sido una gran experiencia. Me ayudó a reafirmar lo que veo en la calle todos los días, porque tengo la suerte de que se me acerca más gente a hablar que cuando estaba en política hace dos años. Al no ser de un partido, se me acerca gente de todo tipo. ¿Y qué detecto? Una desesperación con lo que hay hoy en España, y una falta de ilusión con las posibles alternativas a Pedro Sánchez. Aunque luego vayan a votar a PP, Vox, lo que sea. Irán a votar, pero no hay una ilusión. Por eso espero que las ideas que vamos a ir desarrollando en la plataforma vayan generando un tejido que los políticos de PP y Vox puedan hacer suyas y utilizarlas. Queremos plantear proyectos optimistas, factibles, pero también disruptivos. Debemos cambiar cosas en España.
¿Ha hablado con las direcciones del PP y Vox sobre Atenea, y su voluntad de que sea una fundación cuyas propuestas y estudios les sean útiles también a ellos?
Los partidos en general son muy reacios a todo lo que viene de la sociedad civil. En Vox cuando me fui les dije que estaba a su disposición para cualquier cosa. Han pasado dos años y no me han llamado. En el Partido Popular, en cambio, sí veo un poco más de interés con nuestro proyecto. Me preguntan, hablamos, doy mi opinión, a veces me hacen caso, otras no. Pero es importante que Atenea esté al margen de los partidos. El jueves cuando la presentemos en público se verá cómo habrá gente involucrada que ha pasado antes por la política activa, del PP, Ciudadanos y Vox, y habrá altos funcionarios del Estado también, empresarios…
El centro derecha español está muy concienciado y movilizado en combatir el sanchismo, pero esto, ¿no puede ser contraproducente? Es decir, ¿que el combate ideológico y político con Sánchez le esté haciendo olvidar otros campos en los que debería plantear propuestas y alternativas?
A eso es a lo que me refiero: que hay mucha gente que no es de izquierdas ni separatista que desea sacar a Sánchez del Gobierno, pero hay muy poco entusiasmo por la alternativa. Los partidos están trabajando el no a Sánchez, pero descuidan qué proponen además. El día después del sanchismo. Debemos combatir la izquierda, claro está, pero con ilusión y un programa de propuestas.
¿La agenda reformista que usted va a plantear desemboca, tarde o temprano, en una reforma de la Constitución?
Se puede hacer mucho todavía sin reformar la Constitución, porque es muy amplia y tolerante, y creo que hay cosas que se deben mejorar del texto. Pero no estamos en el momento de abrir este debate debido a la gran división política existente. La polarización es brutal y si se abre el debate de la Constitución puede salir cualquier cosa. Por este motivo, creo que lo que está a la derecha de la izquierda debe buscar puntos de entendimiento. No digo que se fusionen PP y Vox, digo que todo lo que no sea la izquierda, partidos, medios de comunicación, ciudadanos, asociaciones, deben buscar y trabajar para más y mejores puntos de encuentro. Y si soy más ambicioso aún, creo que si somos capaces de hacer que la derecha social y política se entienda mejor entre sí, lo siguiente es empezar a buscar puntos de encuentro con la izquierda. No con Sánchez y Podemos, que es imposible. Sino con españoles de ideología socialdemócrata y centro izquierda razonable. Si llegamos a eso, será la hora de abrir el debate constitucional.
Sin embargo, en la derecha española y europea también hay una creciente tendencia antisistema, casi nihilista, que se asemeja a la izquierda radical…
. Veo y leo cosas, a veces de gente a la que valoro y aprecio, que me preocupan. Por ejemplo, cuando el año pasado en las protestas contra Sánchez delante de la sede del PSOE en Ferraz aparecen unos tipos, que se hacen llamar Noviembre Nacional, y llevan la bandera de España con el escudo recortado para atacar a la monarquía. Y que este movimiento sea apoyado por cierto partido, pues es preocupante. Atacan a la monarquía, atacan a la iglesia, atacan a los medios de comunicación… Yo no soy antisistema, soy reformista. Debemos ser más civilizados. No podemos incrementar la tensión. Estamos en un momento muy delicado para España y Occidente.

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