El caso de Eugenia, periodista y líder de Madres por la Discapacidad, en prisión por matar a su hija autista: "Sólo tú sabías el sufrimiento" - España
Registro  /  Login

Otro sitio más de Gerente.com


El caso de Eugenia, periodista y líder de Madres por la Discapacidad, en prisión por matar a su hija autista: «Sólo tú sabías el sufrimiento»

Publicado: septiembre 17, 2025, 1:07 am

El enigmático mensaje lo subió a sus redes sociales Eugenia Paiz, periodista y poeta canaria, presidenta de la asociación Madres por la Discapacidad, el domingo 7 de septiembre. Al día siguiente presuntamente abrió la llave del gas butano con la intención de acabar con la vida de su hija Rebeca -de 32 años y afectada por un autismo severo- y de la suya misma.

En el post en cuestión, que ahora hay que interpretar como una despedida, se ve una fotografía, un plano medio de madre e hija. Eugenia de perfil, son los ojos cerrados y el rostro muy sereno, recibe un beso en la mejilla derecha de su hija, también con gesto plácido. Rebeca lleva una camiseta del rapero estadounidense Tupac, asesinado de cuatro disparos cuando tenía 25 años. Junto a la imagen, un breve texto: «Las calles se han hecho más estrechas y hay que abrirlas con las manos», escribió.

Aproximadamente a las 22.30 horas del lunes 8 de septiembre, la pareja de Eugenia Paiz accedía a la vivienda donde residían, una casa unifamiliar en la localidad de Breña Alta, 7.400 habitantes en la isla canaria de La Palma. El hombre abrió la puerta y percibió enseguida el fuerte olor a gas. A Rebeca se la encontró ya fallecida, aparentemente intoxicada por gas butano; Eugenia yacía semi inconsciente, pero aún con vida. Fue trasladada urgentemente a un hospital e ingresada en la UCI. A la casa acudieron agentes de Policía, ambulancias y también los bomberos por si el escape hubiera sido accidental, extremo que se descartó enseguida. Así, el juzgado de guardia de Santa Cruz de La Palma abrió en principio diligencias previas por una «presunto delito de homicidio». «La presunta autora de los hechos sería, según las primeras pesquisas, su madre, que se encuentra hospitalizada porque supuestamente después de su acción intentó quitarse la vida igualmente inhalando gases tóxicos», informaba el Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC).

No hay reproches ni condena en los cientos de mensajes que, tras trascender los hechos, allegados de Eugenia han dejado bajo esa fotografía en la que la besaba su hija. Al contrario. «Solo tú, mi querida Eugenia, sabías el sufrimiento y la lucha sin tregua que tenías día a día… No podemos, no debemos juzgar… Con tristeza mi apoyo infinito», le dice Carmen. «No puedo más que darte todo mi apoyo. Las quiero y siempre las querré, besitos al cielo para Rebeca y a ti, mi amiga querida, brindarte mi mano de corazón, ¡¡¡ayyy mi niña cuánto dolor!!!», escribe Virginia.

En la misma línea le escribe también a Eugenia en su muro de Facebook la abuela paterna de la presuntamente asesinada. «Siento mucho el fallecimiento de mi nieta Rebeca y espero que salgas pronto de la UCI. Besos al cielo», le dice en un mensaje. «Gracias por existir, siento mucho lo pasado, Madre Coraje. Sólo tú sabes lo que te llevó a lo sucedido… Mi niña querida DEP. No caigas, luchadora eres y siempre lo has demostrado, no sólo con palabras, también con hechos. Hay que ser empática y ponerse en los zapatos de los demás cuando hay por medio enfermedad mental. Besos al cielo a mi nieta y a ti recupérate pronto. Dios nunca te abandona», ahonda en otro tratando de darle aliento.

Cuatro días después del suceso, el viernes 12 de septiembre, Eugenia se había recuperado, al menos lo suficiente para prestar declaración ante la autoridad judicial, que, tras escucharla, acordó su ingreso en prisión provisional comunicada y sin fianza a elevó el presunto delito de homicidio a «asesinato con la agravante de ser la víctima persona de especial vulnerabilidad (autista)», informaba el TSJC.

Eugenia Paiz, de 53 años -la mitad los cuales ha ejercido como periodista en medios de prensa, radio y televisión canarios-, tuvo a Rebeca muy joven, con sólo 20 años. Enseguida le diagnosticaron, «autismo kanneriano o síndrome de Kanner, una discapacidad grave asociada a un retraso intelectual, y cognitivamente, tiene la mente de un niño de dos años», según ella misma ha revelado en alguna ocasión. Puesto que el padre siempre estuvo ausente -desapareció pronto de la escena y luego falleció-, crió a Rebeca sola.

Gran parte de la conmoción e incredulidad que el suceso ha provocado en La Palma y la explicación a tantos mensajes de apoyo a Eugenia pese a lo que supuestamente ha hecho, se debe en gran parte a que a quienes la conocían le sobraban muestras de cuánto ha luchado por su hija y por quienes sufrían algún tipo de discapacidad como ella.

En abril de 2012, por ejemplo, la ingresó en el Centro para Discapacitados Triana, de donde Rebeca salía para pasar los fines de semana en casa. Así contó a Efe lo que encontró cuando fue a visitarla seis días después: «La niña de 21 años que yo había dejado, que iba de compras conmigo y había hecho terapia para mejorar su conducta, estaba en silla de ruedas, babeándose y con morados en las manos por las sujeciones que llevaba». Su denuncia al Cabildo destapó los abusos a los que el director y psicólogo del centro estaba sometiendo a los internos. Se les vertía garrafas de agua fría en las piernas para corregirles el descontrol de esfínteres. Se les restregaba heces y orines por la cara y boca con el mismo fin. Se les sometía a sujeciones mecánicas -en las camas o en sillas, camisas de fuerza- de forma abusiva. Se les aislaba en el denominado «Espacio Reeducativo». Gracias a ella, el director del centro fue apartado, juzgado y condenado a tres años y nueve meses de prisión.

La imagen que acompaña a estas líneas pertenece a su intervención en el Parlamento de Canarias, como presidenta de la Asociación Madres por la Discapacidad, en abril de 2021, durante la pandemia, en la que luchó para que se suavizaran los encierros para personas como su hija.

Y ahí está su libro de poemas, Expiación (2018) . «Es una especie de recorrido vital por algunos momentos de la vida de mi hija Rebeca, a quien dedico el libro, es un tributo a ella y también a la verdad, que me gusta defender siempre, la verdad por encima de todo», le dijo a La Palma Ahora sobre la obra.

Por todo ello, por su esfuerzo personal y dedicación en el ámbito humano, le fue concedido en 2023 el premio Damo. «La premiada es mi siamesa, Rebeca, la mujer con alma de niña y la niña con mirada de mujer. Gracias hija por regalarme tus manos y tu mirada para construirnos juntas».

Related Articles