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Unos neurocientíficos creen haber encontrado el truco para resolver los problemas más complicados: echarse una siesta

Publicado: junio 27, 2025, 8:23 pm

Unos neurocientíficos creen haber encontrado el truco para resolver los problemas más complicados: echarse una siesta

Seguramente, en alguna ocasión te has obcecado en encontrar la solución a un determinado problema y, por más que te empeñas en encontrar una solución, nada, no hay forma. Sin embargo, otro día, sin venir a cuento, ¡zas! Una solución brillante y creativa aparece ante ti como una revelación. Enhorabuena, eso es un «momento Eureka«.

Nadie sabe con exactitud qué mecanismos en el cerebro activan ese momento de iluminación creativa espontánea, aunque un grupo de neurocientíficos del Instituto de Psicología de la Universidad de Hamburgo, creen haber encontrado un culpable: el sueño ligero o N2, que se alcanza principalmente a tomar una siesta. Pero una breve, que nos conocemos.

El sueño N2 y las conexiones creativas

Un grupo de neurocientíficos ha publicado un estudio en la revista científica PLOS Biology que apunta a que dormir una (o varias) siestas ligeras durante el día puede ser la clave para desbloquear la creatividad y la capacidad de resolver problemas difíciles.

Este descubrimiento no solo llama la atención por su sencillez, sino que también pone en valor una práctica tan saludable como es dormir la siesta. Los resultados del estudio sugieren que, lejos de ser una pérdida de tiempo, dormir unos minutos puede activar determinados mecanismos involucrados en la creación de conexiones neuronales y en el procesado de conceptos abstractos.

Para llegar a estas conclusiones, los científicos reclutaron a 90 voluntarios jóvenes y sanos. A cada uno se le asignó una tarea aparentemente sencilla, pero no se les reveló que había un truco para resolverla de forma más sencilla, por lo que debían descubrirlo por sí mismos.

Tras cuatro rondas de ensayos, los voluntarios fueron invitados a dormir una siesta de 20 minutos mientras monitorizaban su actividad cerebral con un electroencefalograma. Los resultados mostraron que todos los grupos mejoraron su rendimiento tras la siesta, pero la diferencia fue notable dependiendo de la fase de sueño se alcanzada.

Siesta

Un 85,7% de quienes llegaron a la fase N2 del sueño, es decir, un estado de sueño ligero, lograron descubrir la solución al problema. En cambio, sólo el 63,6% de los que se quedaron en la fase N1 (un nivel de sueño más superficial) lo consiguió. Solo el 55,5% de los que permanecieron despiertos encontró el truco para resolver la tarea.

«Los datos del EEG del sueño mostraron que el sueño N2, pero no el N1, aumenta la probabilidad de tener lucidez mental después de una siesta, lo que sugiere un papel específico del sueño más profundo. Encontramos un efecto beneficioso del sueño N2 en la probabilidad de tener una visión posterior a la siesta, lo que sugiere la necesidad de un sueño más profundo para tener una visión», señalan los investigadores en el estudio.

«Lo que realmente me impactó al compartir estos hallazgos con mi entorno, especialmente con las personas creativas, fue la gran repercusión que tuvieron. Muchos se identificaron con nuestros resultados y experimentaron personalmente un gran avance (creativo) después de una siesta», aseguraba a Newsweek Anika Löwe, una de las autoras del estudio.

Limitaciones y matices del estudio

Aunque los datos son prometedores, los propios autores advierten que el método empleado no permite concluir con precisión si el beneficio observado se debe exclusivamente a entrar en un determinado estado de sueño, al simple descanso, o a otros factores mentales que ocurren durante la pausa.

No obstante, como señalan en su investigación, los resultados obtenidos solo delimitan un incremento de las probabilidades de conseguir un momento Eureka tras alcanzar una fase de sueño N2, pero reconocen que no pueden determinar con exactitud el motivo por el que se produce esa inspiración espontánea.

«En resumen, nuestros hallazgos sugieren un papel del sueño N2 en la facilitación de la inspiración, pero se necesita más trabajo para determinar los mecanismos precisos y para distinguir los efectos del sueño de otros factores como la desconexión de la tarea o el descanso», lo que implica que aún quedan preguntas abiertas sobre los mecanismos exactos que facilitan estos momentos Eureka.

Alejarse del problema para encontrar la solución

El descanso, el cambio de enfoque o el simple hecho de «tomar distancia» del problema podrían estar jugando un papel tan importante como el propio sueño en sí mismo. Por tanto, aunque la fase N2 parece estar asociada a un mayor número de probabilidades de tener un momento Eureka, no se puede descartar que otros elementos, como la relajación mental o la desconexión temporal de la tarea, también sean determinantes.

En declaraciones a Eldiario.es, Pablo Barrecheguren neurocientífico experto en sueño, destaca que los candidatos fueron expuestos a la prueba sometidos a una falta de sueño del 30% durante la noche anterior, por lo que «Además, al realizar solo siestas muy cortas, el trabajo tampoco da información sobre cuál es el efecto de dejar a los sujetos dormir siestas más largas hasta alcanzar los estados más profundos del sueño».

Más allá de los detalles técnicos y las dudas sobre los mecanismos neuronales implicados, el mensaje principal es claro y aplicable a la vida cotidiana: si te enfrentas a un problema complejo y no logras encontrar la salida, lo más recomendable es cambiar de actividad, tomar distancia y, si es posible, dormir una breve siesta.

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«A menudo se informa que la inspiración ocurre durante períodos de descanso o sueño, cuando la mente está desconectada del problema en cuestión», por eso los momentos Eureka acostumbran a aparecer en la ducha, cuando friegas los platos o mientras conduces. Son momentos en los que el cerebro no está enfocado de forma consciente en el problema y puede activar su capacidad de abstracción.

Esta idea no es nueva. Genios como Thomas Edison o Salvador Dalí ya practicaban la siesta creativa para estimular su ingenio propiciando la aparición de estos momentos de revelación. Friedrich August Kekulé, aseguró haber descifrado el secreto de la cadena de benceno tras despertarse de una siesta.

Ahora, la ciencia empieza a demostrar que, efectivamente, dormir una siesta ligera puede ser el truco definitivo para resolver los desafíos más difíciles. Si no funciona, pues eso que te llevas.

En Xataka | «No hacer nada» es una técnica estupenda para mejorar tu productividad. La neurociencia lo tiene claro

Imagen | Unsplash (Mika Ruusunen, Adrian Swancar)

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La noticia

Unos neurocientíficos creen haber encontrado el truco para resolver los problemas más complicados: echarse una siesta

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Xataka

por
Rubén Andrés

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