Publicado: agosto 25, 2025, 11:23 am
Es probable que alguna vez hayas utilizado Airbnb, una de las plataformas de alquiler vacacional más populares del mundo. Según los últimos datos disponibles, más de 5.200 pueblos y ciudades de España reciben viajeros a través de este servicio.
Cada vez hay más oferta dentro de la aplicación y, aunque muchos de los alojamientos son gestionados por inmobiliarias o empresas, todavía quedan abundantes anfitriones particulares. Normalmente, en el imaginario colectivo, son ellos ‘el malo de la peli’ y los que reciben las quejas, pero un caso que se ha hecho viral este verano da la vuelta a los papeles: la dueña de un piso de alquiler temporal no daba crédito cuando recibió una factura de unos 1.300 euros por una estancia de tres semanas.
¿El motivo? El huésped se había montado una estación de carga para vehículos eléctricos y, más importante, estuvo minando criptomonedas desde la casa alquilada.
86.000 euros en tres semanas
La anfitriona contó lo sucedido en TikTok y explicaba que todo parecía estar en orden cuando terminó el periodo de alquiler e incluso, añadía, se calificó la estancia como de cinco estrellas en la aplicación.
Los problemas llegaron después: recibió una factura de alrededor de 1.500 dólares, unos 1.300 euros al cambio, lo que le hizo sospechar. Revisó las cámaras del exterior de su casa —aclara que no las tiene en el interior— y descubrió que se habían introducido diez ordenadores en el domicilio y que se había instalado un punto de carga de coches EV.
“No solo montó una estación de carga para vehículos eléctricos, que generalmente ya es cara, sino que este hombre también pasó una semana empleando mi casa para la criptominería”, aseguraba en su vídeo Ashley, la dueña del piso.
Según medios locales de Estados Unidos, el usuario que llevó a cabo la minería logró obtener notables beneficios en un breve periodo de tiempo: reconoció que había ganado 100.000 dólares (unos 86.000 euros) durante esas semanas de actividad.
Queda prohibido minar criptomonedas
Ante semejante beneficio, la propietaria decidió reclamar el gasto de la factura de electricidad. Ashley explica en su vídeo que tuvo que pelearlo con la plataforma, pero que finalmente consiguió recuperar el dinero.
También cuenta que ahora tiene dos nuevas y “raras” reglas para sus huéspedes: no se pueden instalar estaciones de carga para vehículos eléctricos y no se pueden minar criptomonedas desde la casa.