Publicado: mayo 20, 2025, 12:23 pm
Sentencia pionera en el Reino Unido contra el tráfico de personas. Ahmed Ramadan Mohamad Ebid , un ciudadano egipcio de 42 años que llegó al país en una pequeña embarcación en octubre de 2022 y que se encontraba en plena solicitud de asilo, ha sido sentenciado a 25 años de prisión tras ser hallado culpable de facilitar la entrada ilegal de más de 3.700 inmigrantes a Europa. Según reveló la Agencia Nacional contra el Crimen (NCA, por sus siglas en inglés), Ebid desempeñaba un papel de liderazgo dentro de una red criminal organizada que operaba desde el norte de África. Su misión era coordinar y ejecutar los traslados de cientos de personas desde las costas de Libia hasta Italia, utilizando precarias embarcaciones pesqueras para realizar travesías extremadamente peligrosas por el Mediterráneo. La magnitud del delito es escalofriante: siete barcos con un total de 3.781 inmigrantes fueron movilizados bajo su coordinación, en operaciones que generaron más de 12 millones de libras esterlinas para la organización delictiva. Cada inmigrante pagó una media de 3.200 libras para embarcarse en estos viajes que, más que una promesa de futuro, eran una apuesta contra la muerte. Durante la audiencia, el juez Adam Hiddleston calificó de «asombroso» el volumen de dinero generado por esta red a costa de las «duras y desesperadas» economías de los inmigrantes. «Fueron explotados con una crueldad y cinismo estremecedores», señaló el magistrado. También dejó claro que Ebid no era una simple pieza del engranaje, sino un actor principal motivado por el afán de lucro . Rechazó categóricamente la versión del acusado, que trató de minimizar su participación. La fiscalía presentó pruebas contundentes: el teléfono móvil de Ebid fue conectado hasta en 34 ocasiones en dos días con el satélite de una de las embarcaciones que luego fue rescatada por la guardia costera italiana. También se hallaron imágenes de barcos, conversaciones sobre la compra de nuevas naves, vídeos de inmigrantes a bordo y datos sobre transferencias de dinero. Más allá de la logística y las cifras, la crueldad del negocio quedó retratada en una conversación grabada por la NCA con un micrófono oculto . Ebid advirtió a un colaborador de que los migrantes no debían llevar teléfonos móviles en las embarcaciones. «Diles que cualquiera que sea atrapado con un móvil será asesinado y arrojado al mar», llegó a advertir. Tim Burton , fiscal especializado en inmigración de la Corona, señaló que Ebid «desempeñó un papel principal en una operación que violaba la ley migratoria y ponía vidas en peligro por beneficio económico propio y ajeno». Por su parte, Jacque Beer , de la NCA, describió la red como una maquinaria que se alimentaba de la desesperación ajena. «Su crueldad quedó al descubierto en la frialdad con la que hablaba de matar a los inmigrantes que no cumplían sus reglas», sentenció.