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Un simple escáner cerebral determina la velocidad a la que envejecemos

Publicado: julio 1, 2025, 12:23 pm

Una herramienta diseñada por científicos de las universidades de Duke y Harvard (EE.UU.), y la Universidad de Otago (Nueva Zelanda) puede determinar la velocidad a la que envejece una persona. A partir de una sola resonancia magnética cerebral, la herramienta puede estimar el riesgo de padecer en la mediana edad enfermedades crónicas que suelen aparecer décadas más tarde. Esa información podría ayudar a motivar cambios en el estilo de vida y la dieta que mejoren la salud. En las personas de edad avanzada, la herramienta puede predecir si una persona desarrollará demencia u otras enfermedades relacionadas con la edad años antes de que aparezcan los síntomas, cuando es posible que tengan más posibilidades de ralentizar el curso de la enfermedad. «Lo realmente interesante de esto es que hemos captado la rapidez con la que las personas están envejeciendo, utilizando datos recopilados en la mediana edad», asegura Ahmad Hariri , profesor de psicología y neurociencia en la Universidad de Duke. «Y nos está ayudando a predecir el diagnóstico de demencia entre personas mucho mayores». Los resultados se publican en la revista ‘ Nature Aging ‘. A pesar de que se han desarrollado diferentes algoritmos para medir el grado de envejecimiento de una persona, la mayoría de estos « relojes del envejecimiento » se basan en datos recopilados de personas de diferentes edades en un momento determinado, en lugar de seguir a las mismas personas a medida que envejecen. «Lo que parece un envejecimiento más rápido puede deberse simplemente a diferencias en la exposición» a factores como la gasolina con plomo o el humo del tabaco, que son específicos de su generación, señala Hariri. El reto, añade, es encontrar una forma de medir la rapidez con la que se desarrolla el proceso que no se vea afectada por factores ambientales o históricos ajenos al envejecimiento. Para ello, los investigadores se basaron en los datos recopilados de unas 1.037 personas que han sido estudiadas desde su nacimiento como parte del Estudio Dunedin , llamado así por la ciudad neozelandesa donde nacieron entre 1972 y 1973. Cada pocos años, los investigadores del Estudio Dunedin buscaban cambios en la presión arterial, el índice de masa corporal, los niveles de glucosa y colesterol, la función pulmonar y renal y otras medidas de los participantes, incluso la retracción de las encías y la caries dental. Utilizaron el patrón general de cambio en estos marcadores de salud a lo largo de casi 20 años para generar una puntuación de la rapidez con la que cada persona estaba envejeciendo. La nueva herramienta, denominada DunedinPACNI, se entrenó para estimar esta puntuación de la velocidad de envejecimiento utilizando únicamente la información de una única resonancia magnética cerebral que se recogió de 860 participantes en el Estudio Dunedin cuando tenían 45 años. A continuación, los investigadores la utilizaron para analizar resonancias cerebrales de otras bases de datos de personas del Reino Unido, Estados Unidos, Canadá y América Latina. Los investigadors descubrieron que las personas que envejecían más rápido según esta medida obtenían peores resultados en las pruebas cognitivas y mostraban una contracción más rápida del hipocampo, una región del cerebro crucial para la memoria. También eran más propensas a sufrir un deterioro cognitivo en años posteriores. En un análisis, los investigadores examinaron escáneres cerebrales de 624 personas de entre 52 y 89 años de edad, procedentes de un estudio norteamericano sobre el riesgo de padecer la enfermedad de Alzheimer. Las personas que, según la herramienta, envejecían más rápidamente cuando se incorporaron al estudio tenían un 60 % más de probabilidades de desarrollar demencia en los años siguientes . También comenzaron a tener problemas de memoria y de pensamiento antes que las personas que envejecían más lentamente. Los investigadores también descubrieron que las personas cuyas puntuaciones en el DunedinPACNI indicaban que estaban envejeciendo más rápidamente eran más propensas a sufrir un deterioro general de su salud, no solo en su función cerebral. Las personas con puntuaciones de envejecimiento más rápido eran más frágiles y propensas a sufrir problemas de salud relacionados con la edad, como ataques cardíacos.

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