Publicado: octubre 26, 2025, 1:23 pm
El jugador internacional español del Atlético de Madrid Marcos Llorente provocó un debate hace unas semanas con sus controvertidas opiniones sobre salud. Por ejemplo, el futbolista usa lentes amarillas y dice que no lleva nunca gafas de sol «ni se deberían llevar. No estás dejando que a los ojos les entren los rayos necesarios».
Desde entonces, diversos profesionales han matizado o directamente desmentido las opiniones de Llorente. Es el caso de Vicente Miralles, oftalmólogo del Hospital Universitario Henares, en Coslada (Madrid).
En declaraciones recogidas por eldiario.es, Miralles explica que «aunque es cierto que la luz natural ayuda a sincronizar el ritmo circadiano, y que pasar más tiempo al aire libre puede disminuir la incidencia de miopía en niños, no significa que debamos prescindir de la protección de la radiación ultravioleta».
«La utilidad real de las gafas de lentes tintadas depende más de la protección ultravioleta que del color. Lo importante es que las gafas filtren el 100% de la radiación ultravioleta (UV400), ya que eso reduce daños acumulativos en la córnea, el cristalino y la retina», agrega el doctor.
«Las gafas de sol homologadas nos protegen de patologías como el pterigium o la pinguécula», añade Miralles, que dice que no hay evidencia científica sobre que el color de las lentes pueda dañar la vista en condiciones normales.
«Los tintes grises reducen el brillo y el deslumbramiento sin alterar en exceso los colores, por lo que son los más versátiles para uso diario y deporte al aire libre. En cambio, los amarillos o ámbar claro pueden mejorar el contraste en días nublados o con niebla, como ocurre en el ciclismo o el esquí», explica el oftalmólogo.
En todo caso, las lentes amarillas «en general, no están indicadas para tratar ninguna enfermedad ocular en la población sana». «Pueden ser de ayuda, por ejemplo, en pacientes con baja visión por causas como albinismo, maculopatías o nistagmus, ya que pueden mejorar el contraste, reducir el deslumbramiento y aliviar la sensibilidad a la luz», matiza Miralles.
