Publicado: septiembre 5, 2025, 12:23 pm
Juan Carlos Unzué, Miguel Ángel González, Ángel Zubieta… Pese a ser una enfermedad relativamente rara, la Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA) parece afectar de manera desproporcionada a los futbolistas, sin que esté muy clara cuál es la razón de esta conexión.
Se han propuesto diversas hipótesis, que van desde una mayor frecuencia de traumatismos en la cabeza, el uso excesivo de medicamentos antiinflamatorios o la exposición a pesticidas. Ahora, un grupo de investigadores italianos sugiere que el ruido elevado en los estadios también podría jugar un papel.
El ruido, un factor oculto
Según explica un artículo en la revista especializada Medical Hypotheses, el riesgo de desarrollar ELA es bastante más elevado en los futbolistas profesionales que en la población general. Concretamente, entre los italianos y americanos llega a ser hasta seis veces mayor. Sin embargo, sabemos que la actividad física no parece incrementar el riesgo, ya que no se observa el mismo pico de casos entre quienes practican otros deportes como el ciclismo.
De la misma manera, los otros factores propuestos tampoco terminan de explicar por qué esta incidencia elevada se da mayoritariamente en atletas de élite, y no en otros niveles. Esto ha llevado a los autores a contemplar otros factores, como la contaminación acústica en los estadios (el sonido puede alcanzar en ellos los 123-140db, comparables a un concierto de rock o al despegue de un avión).
De momento, la idea es meramente una hipótesis (este es el objeto del medio en el que publican), que, esperan, marque un camino para la búsqueda de datos clínicos o epidemiológicos. Hasta que eso ocurra, el escepticismo hacia la idea es natural y deseable.
Una teoría elaborada
Hay que tener en cuenta que la exposición al ruido elevado se produce en muchas profesiones. Una particularidad en el caso de los futbolistas es que concurre simultáneamente con actividad física de alta intensidad y anaeróbica. Según los autores del artículo, la permeabilidad de la barrera hematoencefálica (el ‘filtro’ que separa la sangre del tejido cerebral) podría ser la clave que una los dos factores, ya que existen evidencias de que la exposición a sonidos lo bastante altos puede aumentarla (y, de hecho, han llegado a usarse ultrasonidos para administrar fármacos directamente en el cerebro.
Así, creen que la exposición repetida al ruido, combinada con actividad física de gran intensidad e inflamación sistémica de sesiones intensas y repetidas podrían generar un estado fisiológico favorable al daño neurotóxico, una vez que se compromete la permeabilidad de la barrera hematoencefálica. El intenso requerimiento físico en los partidos induce altos niveles de subproductos metabólicos y citoquinas proinflamatorias, que de alcanzar el tejido cerebral podrían resultar extremadamente neurotóxicas. De la misma manera, también sería más fácil el ingreso al cerebro de productos químicos dañinos (como los herbicidas y pesticidas usados en los campos de juego) si la barrera entre la sangre y el cerebro se ve debilitada por la alta intensidad del sonido ambiental.
Esto podría ayudar a explicar por que la concentración de casos de ELA es mayor en los atletas de deportes, países y ligas que reúnen a grandes multitudes, y sin embargo esto no se observa a niveles inferiores o en actividades menos populares. De todas maneras, apuntan, de ser cierta la hipótesis también debería observarse una mayor frecuencia de la enfermedad en otro grupo expuesto a altos volúmenes y a actividad física intensa: músicos de rock y pop.
Referencias
Roberto Maggio, Irene Fasciani, Maria Francesca Coppolino, Francesco Petragnano, Mario Rossi. Sounding the alarm: Could stadium crowd noise contribute to amyotrophic lateral sclerosis risk in soccer and football players? Medical Hypotheses (2025). DOI: https://doi.org/10.1016/j.mehy.2025.111732