Publicado: septiembre 29, 2025, 12:23 pm
Mientras en Europa empiezan a correr rumores e ideas de todo tipo ante el órdago de Moscú, en Ucrania las defensas tratan de repeler los continuos ataques rusos. El fin de semana, de hecho, se produjo uno de los mayores ataques aéreos desde el inicio de la invasión. La respuesta de Kiev es un arma muy diferente a las que ha desarrollado hasta ahora, una que busca anticipar el poder naval del enemigo.
Toloka: el bicho submarino. Durante la Defense Tech Valley 2025 de Leópolis, Ucrania presentó la familia de drones submarinos Toloka, un salto tecnológico que redefine la guerra naval en el mar Negro. La gama incluye tres modelos con características complementarias. El TLK-200 es un dron compacto de apenas 20 centímetros de diámetro, propulsado eléctricamente, con 100 kilómetros de alcance, hasta 15 kilos de carga útil y capacidad para operar durante 15 días en misiones de exploración, enlace de radio o ataques puntuales.
El TLK-400 representa un salto intermedio: híbrido, con 1.200 kilómetros de autonomía, dos meses de resistencia y una carga de 500 kilos, está diseñado para minado, reconocimiento y ataques directos a infraestructuras. En el extremo superior se encuentra el TLK-1000, un ingenio de 12 metros y 1,5 metros de diámetro, capaz de transportar cinco toneladas de explosivos a más de 2.000 kilómetros, con autonomía de dos meses y navegación basada en redes neuronales ópticas, térmicas, acústicas e inerciales. Su función principal es la destrucción de grandes objetivos fijos y la apertura de nuevos escenarios de guerra submarina.
La amenaza sobre Crimea. El nuevo arsenal ucraniano se inserta en la campaña estratégica contra infraestructuras rusas en el mar Negro. El puente de Kerch, ya golpeado en varias ocasiones mediante atentados y ataques con drones navales, aparece como el blanco prioritario para el TLK-1000, cuyo potencial destructivo multiplica por cinco las cargas empleadas en intentos anteriores.
Si lograse derribarlo, se cortaría el enlace logístico vital entre Rusia y la península de Crimea, además de infligir un golpe simbólico de primer orden. Más allá del puente, las plataformas marítimas reconvertidas en puestos de radar y defensa aérea, así como los puertos donde la flota rusa se refugia tras barreras físicas y redes antisabotaje, se convierten en objetivos vulnerables a un sistema que puede colocar explosivos de manera encubierta y persistente.
Comparativa internacional. La apuesta por los drones Toloka evidencia la diferencia doctrinal entre Kiev y las potencias navales tradicionales. Estados Unidos, Reino Unido o China desarrollan grandes submarinos no tripulados como el Orca XLUUV, sofisticados y de coste altísimo, orientados a misiones auxiliares.
Ucrania, en cambio, produce sistemas más baratos, rápidos de fabricar y concebidos como armas ofensivas desechables, capaces de alterar el equilibrio estratégico con innovación en lugar de números. Lo que hicieron los drones FPV en tierra o las lanchas no tripuladas en Sebastopol, los Toloka pueden replicarlo bajo el agua, inaugurando una nueva etapa en la guerra naval.
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Implicaciones estratégicas. El simple anuncio de estos drones obliga a Moscú a multiplicar esfuerzos en defensa submarina: más sensores, dragaminas y helicópteros antisubmarinos, con un coste creciente y un beneficio incierto. La eventual destrucción del puente de Kerch tendría un efecto logístico devastador y un impacto psicológico comparable al hundimiento del crucero Moskva en 2022, demostrando que la innovación ucraniana puede superar la defensa rusa.
Además, con ese alcance de hasta 2.000 kilómetros, los Toloka extienden el radio de amenaza hasta puertos e infraestructuras muy alejadas, erosionando la sensación rusa de control en el mar Negro y forzando un replanteamiento de su estrategia naval.
Reacción rusa y la OTAN. Con toda seguridad, Rusia reforzará sus defensas con barreras, sonares y patrullas antisubmarinas, pero la experiencia muestra que sistemas mucho más rudimentarios ya han penetrado esas líneas en el pasado. Por su parte, para la OTAN los Toloka son un laboratorio del futuro: prueban que plataformas autónomas, de coste reducido y en serie, pueden rivalizar con flotas convencionales.
Dicho de otra forma, si Ucrania logra hundir un objetivo estratégico con estos submarinos no tripulados, no solo habrá infligido un golpe demoledor a Moscú, sino que habrá establecido el rumbo doctrinal de la guerra naval del futuro.
Imagen | Militarnyi, X
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La noticia
Ucrania ha encontrado el antídoto a las defensas de Rusia: se llama Toloka, es inmenso y tiene tres niveles de destrucción
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Miguel Jorge
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