Publicado: mayo 15, 2025, 11:14 am
De un tiempo a esta parte, la vida de Thomas Markle ha dado un giro importante. Y no, nada tiene que ver con que se haya reconciliado o se vaya a reconciliar —de hecho, hay muy pocas probabilidades de que lo hagan nunca— con su hija, Meghan Markle, quien ya cortó su relación con él hace muchísimos años y de la que hoy en día vive él dando noticias y exclusivas declaraciones precisamente sobre su mala relación. Verbigracia, sus declaraciones el pasado marzo, después de que saliera el último documental de la duquesa de Sussex, que además admitió no haber visto entero.
«Todo lo que dice lo ha planeado y ensayado con anterioridad. Me río porque conozco todas sus miradas y expresiones. Sé cuando está fingiendo delante de las cámaras. Se esfuerza mucho por ser perfecta, se pone tensa cada vez que le enfoca una cámara», afirmó Thomas sobre Con amor, Meghan, el programa que la esposa del príncipe Harry ha hecho con Netflix y en el que atacó a su hija asegurando que su madre —por la abuela de Meghan— la «quería mucho» y que se sentiría «muy decepcionada» de saber que ella no usa su apellido, sino que prefiere usar el Sussex.
«Mi madre estaba orgullosa de ser una Markle, yo también. Ella nunca tuvo problemas con el apellido hasta que conoció al príncipe Harry. Ahora tengo que decir que soy el padre de Meghan Sussex», añadió en unas polémicas declaraciones a las que la madre de Archie y Lilibet hizo, como casi siempre en el caso de su progenitor, oídos sordos. Pero quizá Thomas lo que buscaba era dar algo de contenido, titulares que le permitieran el siguiente paso en su vida, porque se acaba de mudar al otro confín del mundo.
Fue en enero cuando, en una conversación con el Daily Mail, el consuegro del rey Carlos III de Inglaterra fue claro con su futuro. «Estoy listo para un cambio», declaró, «llevo un tiempo sintiéndome estancado y me siento preparado para conocer gente nueva y experimentar lo que significa la amabilidad». Y precisamente en ese entonces añadió que, de todo lo que conocía del mundo, le llamaba especialmente el sudeste asiático, y que estaba considerando mudarse allí.
«Viajé por esa parte del mundo cuando era más joven. La gente allí es muy amable y acogedora, y se le tiene respeto a los ancianos. Es un lugar lleno de cultura y belleza y, a los 80 años —cumplirá 81 a mediados de julio—, es hora de ir a un sitio donde tus vecinos sean personas encantadoras y donde pueda disfrutar de una vida más tranquila y confortable», explicitó, añadiendo que, «en el Sudeste Asiático, la atención médica es buena, se puede vivir a un precio razonable y la comida es sana».
«Ante todo, solo quiero paz. Cuando tienes 80, ninguno sabe el tiempo que le queda. Y quiero que sea cual sea ese tiempo, lo viva en paz, sin los horribles dramas de los últimos años», finalizó. Y dicho y hecho, pues Thomas, según se ha sabido recientemente, se acaba de ir a vivir a Filipinas, a un piso en Cebú, en la costa oriental de la isla homónima, en la región de Bisayas Centrales, por el que paga casi 600 euros mensuales.
Hasta ahora, Thomas Markle había estado viviendo durante una década en un bungaló junto a la playa en Rosarito, en México —curiosamente, a unos 400 kilómetros de la propiedad de Meghan y Harry en Montecito, California—, pero sus recientes problemas de salud, habiendo sufrido dos infartos y un derrame cerebral, le han hecho cambiar su modus vivendi y trasladarse a Cebú, si bien algunos creen que no es precisamente un cambio a mejor, dado que el clima tropical de la zona puede ser un desafío para las personas mayores con afecciones como las que él ha vivido.
«Solo hay dos tipos de clima en Cebú: cálido y húmedo, y cálido y húmedo pero con lluvia. Es duro incluso para la gente mucho más joven, y Thomas parece estar pasándolo mal», ha declarado una fuente cercana a la situación después de que en los últimos días se alcanzaran los 33º y unos niveles de humedad cercanos al 90%, que además irán a más. De hecho, los lugareños ya han podido ver al director de iluminación de Hollywood jubilado —llegó a ganar un Emmy— usando un bastón para caminar por las calzadas irregulares y con el denso tráfico que pasa tan cerca de su nuevo hogar.
Porque además esta nueva vivienda se encuentra muy cerca de una transitada carretera de siete carriles, si bien la zona es considerada de lujo para los estándares locales —el ingreso promedio anual en el país es de unos 8.250 euros—, máxime en Cebú, con una población cercana a los tres millones de personas, con un tercio de las cuales sobreviviendo por debajo del umbral de la pobreza.
Según se ha podido saber, la mudanza se produjo después de que trasladaran casi todas sus pertenencias personales a la isla —incluyendo, se dice, varios álbumes de fotos de Meghan—, y de que estuviesen durante un tiempo quedándose en un hotel de tres estrellas. Por ahora, el padre de la duquesa está acompañado de su hijo, también llamado Thomas, de 58 años, quien ha sido fotografiado saliendo de la casa de la mano de una joven.
Para más inri, el pasado 6 de mayo Meghan celebraba a través de su Instagram el sexto cumpleaños de su primogénito, Archie, con una fotografía suya de espaldas ante un hermoso atardecer. La fotografía, tal y como han recalcado varios medios, podría haber sido tomada en México.