Publicado: mayo 27, 2025, 3:24 am
No han pasado ni tres meses desde que SpaceX lanzara por última vez Starship , el megacohete con el que Elon Musk quiere viajar primero a la Luna, después a Marte y luego más allá. No obstante, aún queda un largo trecho para demostrar que este gigante, formado por dos etapas (la base, Super Heavy, de 70 metros y 30 motores Raptor; y la superior, Ship, de 50 metros de alto y 6 motores Raptor) que funcionan una vez separadas como entes independientes y reutilizables, está listo. Lo que será la novena prueba de Starship se producirá en la tarde del martes 27 de mayo, a partir de las 18.30 (madrugada del miércoles en España, concretamente a la 1.30 AM) en Boca Chica, Texas, la ciudad que ha creado -y constituido legalmente como tal- Elon Musk para su fábrica de cohetes. La prueba será retransmitida en directo a través de la red social X (propiedad del magnate) y podrá ser seguida a través de ABC.es. La gran novedad de este nuevo intento será que, por primera vez, será reutilizada la etapa Super Heavy, que ya voló en la séptima prueba, que acabó, igual que la octava, con la explosión de la otra etapa sobre los cielos de Florida (y con el consecuente desvío del tráfico aéreo de la zona ante peligro de choque con los restos del fuselaje). Para evitar esta problemática, en esta ocasión se ha ampliado la zona de exclusión para el vuelo. Se espera que la bautizada como misión Starship Flight 9 dure poco más de una hora y que replique la trayectoria de su predecesora inmediata, la Starship Flight 8 de marzo, antes de que esta fracasara. SpaceX esperaba intentar un simulacro de despliegue de varias réplicas de satélites Starlink (entre otras pruebas y experimentos científicos de su interior) antes de intentar un aterrizaje suave en el océano Índico y hundirse. «Los simuladores Starlink estarán en la misma trayectoria suborbital que Starship y se espera que desaparezcan al entrar. También está previsto el reencendido de un motor Raptor durante la misión», explica la compañía. Lo que no se podrá ver en esta ocasión, tal y como informa la compañía en su web , será cómo los enormes palillos de la base Mechazilla, en el mismo lugar de lanzamiento, recogen a Super Heavy. En su lugar, intentará un aterrizaje suave en el Golfo de México y será desechado. Esto se debe a que es la primera vez que SpaceX intenta reutilizar un cohete tan grande. Si no se pudiera lanzar el martes 27, la ventana de lanzamiento estará abierta hasta el próximo jueves 29 (madrugada del 30 en España), por lo que habrá más oportunidades para ver volar el megacohete de SpaceX. «Se ha ordenado el cierre de la playa de Boca Chica y la autopista 4 para proteger la salud y la seguridad públicas durante las pruebas de vuelo de SpaceX el 27 de mayo de 2025, entre las 10:30 a. m. C.S.T. y las 9:30 p. m. C.S.T., y, alternativamente, el 28 de mayo de 2025, o el 29 de mayo de 2025, entre las 10:30 a. m. C.S.T. y las 9:30 p. m. C.S.T., del mismo día», escribió el juez del condado de Cameron, Eddie Treviño Jr., en un comunicado . «Si SpaceX no completa sus pruebas de vuelo planificadas para el 27 de mayo de 2025, podrá utilizar las fechas alternativas para completarlas». Tanto el séptimo como el octavo vuelo de Starship acabaron en llamas y explosiones sobre el Océano Atlántico, visibles desde Florida, las Bahamas y las Islas Turcas y Caicos. Ambos accidentes resultaron, a simple vista, parecidos: el número siete se produjo por una fuga de propelente y un incendio en la zona superior de Ship, lo que provocó su explosión y pérdida. En paralelo, el vuelo ocho siguió una trayectoria muy similar, pero las llamas se pudieron ver al final del cohete, en la zona de propulsores, lo que dio como resultado su fulminante declive. Según ha informado SpaceX en un comunicado, el problema del último vuelo se produjo en uno de los motores, que acabó apagándose. Este hecho afectó al empuje del resto de propulsores, provocando que la nave acabara dando tumbos sin control. Una vez se cortó la comunicación con los controles de tierra, se activó el protocolo de autodestrucción. «La causa más probable de la pérdida de Starship se identificó como un fallo de hardware en uno de los motores Raptor centrales de la etapa superior, que provocó una mezcla y ignición involuntaria del propulsor», escribió SpaceX. Y aunque aparentemente Super Heavy fue recogido por el ‘abrazo’ de la base ‘Mechazilla’, la compañía ha declarado que tampoco se salvó de los incidentes. Solo 11 de los 13 motores del propulsor del Vuelo 8, utilizados en su combustión inicial de refuerzo, lograron reencenderse. En la combustión de aterrizaje, al acercarse a la torre de lanzamiento, 12 de los 13 motores se volvieron a encender, incluyendo uno de los motores previamente apagados de la combustión de refuerzo. SpaceX atribuye la causa al sobrecalentamiento, por lo que se ha reforzado las zonas afectadas con aislamiento adicional. SpaceX afirma que su investigación incluyó más de 100 pruebas de larga duración del motor Raptor en las instalaciones de la compañía en McGregor, Texas, y que sus esfuerzos fueron supervisados por la Administración Federal de Aviación (FAA), en colaboración con la NASA, la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte y la Fuerza Espacial de EE. UU. Ahora, la FAA confirma que Starship está lista para volar de nuevo. El objetivo final es utilizar esta nave para llevar a los astronautas de la misión Artemis 3 a pisar la Luna de nuevo. Un lanzamiento que ha sido retrasado hasta septiembre de 2026, en parte porque Musk no tiene a punto aún su cohete. Aparte, la intención del magnate es usar su nueva nave para, al menos, tres vuelos espaciales privados, dos de ellos para transportar a los primeros turistas espaciales que orbitarán nuestro satélite. Starship es también el cohete más grande jamás construido: tiene una altura 122 metros y el doble de potencia que el Space Launch System (SLS), el cohete de la NASA que ahora mismo se está utilizando en el programa Artemis, y que ostenta el actual récord. Sin embargo, la intención de SpaceX es ampliarlo en el futuro otros diez metros más. Además, la Luna no será el único destino del megacohete de Musk: la idea es que transporte a la primera generación de astronautas que pisen Marte. «Los aprendizajes de esta y de las pruebas de vuelo posteriores seguirán haciendo que todo el sistema Starship sea más confiable a medida que nos acercamos a la reutilización completa y rápida», finaliza SpaceX, que vuelve a prometer «emoción asegurada» para su nuevo intento.