Publicado: octubre 30, 2025, 3:23 am
El invierno aún no ha llegado, pero el mercado energético europeo ya se ha puesto a temblar. Y no porque haya nuevos problemas con los gasoductos rusos.
El invierno que nos espera. La advertencia que lanzaba el analista Pedro Cantuel ilustra el problema: «Las regasificadoras más importantes de Europa, las de Países Bajos, están operando al máximo de su capacidad».
No es un dato positivo. Estas terminales son la principal puerta de entrada del gas natural licuado al corazón industrial de Europa. Su saturación es el preludio de precios más altos en el gas. Y el gas es lo que marca la factura de la luz en gran parte de Europa.
¿Y las regasificadoras españolas? Aunque España posea la mayor capacidad de regasificación de la Unión Europea, con seis terminales activas, su capacidad para aliviar la sed de gas de Europa es limitada. El problema: la escasa interconexión gasista con Francia. El actual cuello de botella de los Pirineos apenas permite exportar entre 7.000 y 8.500 millones de metros cúbicos al año.
Por eso, todos los ojos están puestos en los Países Bajos. Sus terminales, principalmente las de Gate en Róterdam y Eemshaven, son el verdadero punto de entrada para Alemania y la industria europea.
En cifras. Países Bajos es el principal importador de GNL de la UE. Solo entre junio y agosto de 2025 regasificó más de 2.000 millones de metros cúbicos de gas. Pero según los datos de Gas Infrastructure Europe, sus terminales están rozando constantemente el máximo histórico.
Los puertos neerlandeses están saturados, no cabe más GNL. Y esto tiene un efecto directo en Alemania, que desde las sanciones a Rusia importa el 25% del gas de Países Bajos. Con las terminales del país vecino al 90-100% de su capacidad, el margen de maniobra por un pico de demanda ante una ola de frío o cualquier retraso de un buque metanero tensará inmediatamente el sistema.
Cómo afecta a la factura. Como hemos visto los últimos años, cualquier dificultad de acceso al gas natural deriva en precios más altos. La Agencia para la Cooperación de los Reguladores de la Energía documenta en sus informes una correlación directa entre las altas tasas de utilización de las terminales de GNL en el noroeste de Europa y el aumento de la volatilidad y los spreads (diferencias de precio) en el índice de referencia del gas en Europa.
Hemos cambiado la dependencia de un solo proveedor (los gasoductos rusos) por la dependencia de una sola infraestructura que ahora puede convertirse en el nuevo cuello de botella se ha movido del gasoducto a (los puertos europeos).
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Ya se están realizando esfuerzos para ampliar la capacidad de los puertos. Gate, por ejemplo, está construyendo un cuarto tanque para llegar a 20.000 millones de metros cúbicos al año. Pero no estará listo hasta 2026, así que la realidad para este invierno es la que es: el sistema está operando al límite de su capacidad.
Imagen | Vopak
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La noticia
Si esperabas luz barata este invierno, tenemos malas noticias: Holanda
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Matías S. Zavia
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