Si el catolicismo está volviendo en España desde luego no se refleja en sus sacramentos: cada vez nos bautizamos y casamos menos

Publicado: diciembre 14, 2025, 11:23 am

En plena discusión sobre si la religiosidad está o no recuperando terreno en España, con Hakuna moviendo multitudes, Rosalía luciendo atavíos de monja y ‘Los Domingos’ triunfando en taquilla, la Iglesia se ha encontrado con un jarro de agua fría. Su anuario de 2024 muestra que cada vez menos gente recurre a sus sacramentos. Caen todos: bautizos, primeras comuniones, confirmaciones y bodas. Solo las unciones de enfermos se mantienen más o menos estables.

La pregunta es… ¿Qué significa eso?

¿Qué dicen las cifras? Muestran un claro retroceso de los sacramentos. Así lo refleja al menos el último anuario de la Confederación Episcopal Española (CEE), presentado esta semana y que recoge los datos de 2024. A lo largo de ese año la Iglesia contabilizó 146.370 bautizos, 154.677 primeras comuniones, 103.535 confirmaciones y 31.462 bodas. Suponen, respectivamente, caídas del 3,97%, 4,86%, 3,37% y 6,08% si se comparan con los datos del anuario de 2023.

Solo las unciones de enfermos y los bautizos entre adultos dan un respiro a la Iglesia católica. Los primeros se mantuvieron prácticamente estables, con 26.013 sacramentos dispensados, solo un 0,41% menos que el año anterior. En cuanto a los segundos, suponen el único indicador realmente positivo para la Iglesia. En 2024 los sacerdotes oficiaron 13.323 bautismos para personas mayores de siete años, sensiblemente por encima de los 11.835 registrados un año antes.

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¿Y si se mira más allá? La caída es aún más pronunciada. Hace solo una década, en 2014, la CEE contabilizó 240.282 bautizos, 244.2525 comuniones, 116.787 confirmaciones y 52.495 enlaces. De nuevo el único sacramento que crece es el de la unción de enfermos: en 2014 se registraron 23.624, casi 2.500 menos que el año pasado. Si echamos la vista a 2007, primer ejercicio documentado por la Confederación Episcopal Española en su web, el retroceso es mayor. A modo de referencia, ese año se realizaron más del doble de bautismos que en 2024.

¿Y qué dice la Iglesia? Relacionan el retroceso con el «movimiento natural de la población» en España y el «cambio social y demográfico» que se registra hace tiempo. «El INE actualizó la semana pasada sus datos. España gana 1,2 millones de solteros en los últimos tres años y solo 105.000 casados. Al final esto también, como es lógico, se puede reflejar en los sacramentos que se reciben en nuestro país», comenta Ester Martín, de la Oficina de Transparencia de la CEE.

Desde la Confederación de Obispos se pone el foco en otro aspecto, la «tendencia al alza» de los adultos que optan por bautizarse. «Hacen una incorporación plena a la Iglesia y su grado de compromiso y responsabilidad se presupone mayor, ya que nace de un convencimiento personal y en un contexto sociocultural donde ya no hay una fe cultural en la que a todos los niños se les bautiza», reflexiona el secretario general de la organización, Francisco César García.

¿Cuál es el telón de fondo? A la hora de analizar los datos de la CEE viene bien manejar algunas claves. Por ejemplo, que la población española se sitúa en niveles récord, con unos 49,5 millones de habitantes. Esa era al menos la ‘foto’ al cierre del tercer trimestre del año, cuando España registraba un aumento anual de población de alrededor de 474.400 personas. Otra clave es a qué se debe ese incremento, que el INE relaciona básicamente con la llegada de inmigrantes, fenómeno que coincide con la expansión del evangelismo en el país.

Otra clave es la que deslizaba García: los españoles hemos cambiado. Tenemos menos hijos, nos convertimos en padres mucho más tarde y en general también nos casamos menos, ya sea ante un altar cristiano o en un juzgado. 

Si bien los últimos datos del INE muestran que la población casada sigue siendo mayoría entre los adultos, lleva tiempo estancada. Por el contrario crecen (y no poco) los solteros, que suman ya 14,5 millones de personas en nuestro país. En paralelo surgen nuevas tendencias que, si bien son minoritarias, desplazan en cierto modo los sacramentos tradicionales, como los bautismos civiles.

¿Por qué es importante? Por el contexto. Los datos de la Confederación Episcopal llegan en un momento interesante: tras el éxito de Hakuna, ‘Si no estás’ y ‘Los Domingos’ y con Rosalía vistiéndose de monja y hablando sin tapujos sobre su espiritualidad, ha quedado botando una pregunta: ¿Está abrazando España de nuevo la fe católica? ¿Se detecta un cambio de sensibilidad en la Generación Z? El último anuario de CEE no es el única informe que invita a la cautela.

Hace poco se divulgó un estudio de Fundación Pluralismo y Convivencia que muestra que los jóvenes son efectivamente más espirituales que la media del país, pero no más cristianos y desde luego están lejos de la ortodoxia de Roma. Creen en la existencia del alma, pero menos de un tercio (29%) se consideran católicos y se muestran particularmente permeables a la astrología o la videncia.

En junio Funcas lanzó otro informe que tampoco invita al optimismo: si bien la mayoría de españoles se identifican como católicos (55%), su porcentaje está lejos del que alcanzaban en los 70 (90%). A eso se añade un aumento de agnósticos, indiferentes y ateos y un claro avance de la secularización entre los jóvenes.

¿Dice algo más el anuario? Sí. Más allá de los sacramentos (vitales por su papel en la liturgia cristiana), los últimos datos de la CEE dejan algunas lecturas positivas para la Iglesia. Por ejemplo, el número de practicantes que acuden con regularidad a misa se mantuvo estable en torno a los 8,3 millones (un 0,3% más que en 2023). En cuanto al apartado económico, los fieles aportaron cerca de 400 millones de euros a través de colectas, cuotas parroquiales… una cifra a la que se añaden 326 millones captados a través de la X en la declaración de la renta.

Imagen | Josh Applegate (Unsplash)

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La noticia

Si el catolicismo está volviendo en España desde luego no se refleja en sus sacramentos: cada vez nos bautizamos y casamos menos

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Xataka

por
Carlos Prego

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