Publicado: septiembre 8, 2025, 3:23 am
La historia se repite y después de este verano caliente por incendios y los drones ya estamos iniciando una segunda Guerra Fría, sucesora de la que a lo largo de 40 años del siglo pasado nos mantuvo en vilo, y a menudo muertos de miedo a un temible duelo nuclear. Entonces la amenaza estaba en el enfrentamiento entre la OTAN y el Pacto de Varsovia que representaba a la desaparecida URSS.
Ahora una de las partes, la OTAN, sigue intentando garantizar sin éxito la paz, como se está viendo en Ucrania o en Gaza, y la otra, el Pacto de Varsovia, ya no existe, pero se está reconstruyendo con nuevos miembros, tutelados por esa imagen del nuevo Hitler llamado Vladimir Putin, quien desde su encierro en el Kremlin intenta algo tan anacrónico como es la recuperación del imperio de los zares. La invasión de Ucrania, país al que considera una finca suya, refleja bien sus intenciones.
Esta segunda versión de la Guerra Fría acaba de consolidarse en una cumbre celebrada en Pekín entre los máximos dirigentes de China, Corea del Norte y, lógicamente, Rusia, además del primer ministro indio, a primera vista menos implicado en el acuerdo. Para los historiadores enb el futuro ha sido una conferencia clave que partió desde la invasión de Ucrania hace dos años bajo el argumento de la condición cultural e idiomática rusa de algunos de sus territorios. Un hecho que resulta bastante similar a la invasión en 1938 de los Sudetes con la que los nazis anticiparon la Segunda Guerra Mundial.
Uno de los bloques a enfrentarse, si es que no lo han hecho ya, está claro. El otro, Occidente, por definirlo de algún modo, tiene una organización defensiva con experiencia, aunque con una cohesión dudosa, por no decir débil. Tener al frente a un personaje tan imprevisible y voluble como Donald Trump, que no es precisamente Roosevelt ni Eisenhower, dista mucho de ofrecer garantías defensivas tranquilizadoras, más bien lo contrario. La doble realidad siempre es la misma, la historia se repite y la paz, por mucho que nos pese, es imposible.
