Publicado: agosto 21, 2025, 4:23 pm
El cosmódromo de Baikonur, en Kazajistán, ha sido testigo del lanzamiento del cohete Soyuz-2.1b que ha puesto en órbita la misión Bion-M No. 2. Este proyecto de la agencia espacial rusa, Roscosmos, es un paso crucial en la investigación de los efectos de la microgravedad, y sobre todo, la radiación cósmica, sobre los organismos vivos. Pero a bordo no van humanos, sino que viajan moscas o ratones, entre otros organismos.
Una variada tripulación en la nave. Como si del arca de Noé se tratara, en esta nave se encuentran ahora mismo 75 ratones, más de 1.000 moscas de la fruta, cultivos celulares, microorganismos y semillas de plantas. Durante un mes, estos ‘bionautas’ orbitarán la Tierra en una trayectoria polo a polo, a una altitud que los expondrá a los niveles de radiación cósmica significativamente más altos que los que se experimentan en la Estación Espacial Internacional.
Un «hotel para ratones» de alta tecnología. Los verdaderos protagonistas de esta misión son los 75 ratones, que viajarán en un habitáculo especialmente diseñado: un «mini hotel» espacial. Cada unidad está equipada con sistemas de alimentación, iluminación, ventilación y eliminación de residuos para garantizar su bienestar durante el viaje. Además, se han implantado chips en algunos de los roedores para poder monitorizar las constantes en tiempo real.
Los científicos han dividido a los ratones en tres grupos para poder comparar los resultados. El primero permanecerá en la Tierra en condiciones normales, que es lo que denominamos en ciencia ‘grupo control’. El segundo vivirá en un laboratorio terrestre en equipos de vuelo idénticos a los del satélite. El tercer grupo, por supuesto, será el que viaje al espacio. De esta manera, se podrán aislar los efectos del vuelo espacial de otras variables.
Por qué se eligen a ratones. Se ha convertido ya en una imagen icónica ver como en investigación biomédica se usa al ratón como el ‘sujeto de pruebas’ ideal. Y no es una casualidad. El ratón tiene una genética muy similar a la humana, tienen un ciclo de vida corto para poder ver cambios a lo largo de varias generaciones y son muy económicos de mantener y alimentar.
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Por otro lado, para esta investigación en concreto los ratones son muy sensibles a la radiación, por lo que lo convierten en los sujetos ideales para darnos más información del efecto de este fenómeno físico.
Tiene importantes implicaciones para nuestra salud. El objetivo de esta misión es claro: saber cómo afectará esta radiación a los astronautas que viajen a la Luna o Marte. La radiación cósmica a largo plazo puede dañar el ADN celular, aumentando drásticamente los riesgos de cáncer a largo plazo, y lo que se quiere es cuantificar el daño real y probar contramedidas como blindajes para naves y fármacos que eviten estos efectos indeseables.
Pero también tiene aplicaciones médicas aquí en la Tierra. Sus resultados nos puede dar más armas para luchar contra el envejecimiento, ya que la rápida pérdida de masa ósea y muscular que sufren los astronautas es un modelo perfecto para estudiar osteoporosis y sarcopenia para poder encontrar nuevos tratamientos.
Hay más investigaciones aparte de los ratones. En colaboración con el Instituto Vernadsky de Geoquímica y Química Analítica, la misión transporta 16 tubos de ensayo con simulaciones de polvo y rocas lunares. El objetivo es estudiar cómo la radiación y el vacío del espacio afectan a estos materiales, una información de gran valor para el futuro desarrollo de bases lunares.
Otros experimentos a bordo investigarán la susceptibilidad de los organismos a la radiación, el desarrollo de nuevos sistemas de soporte vital y los posibles beneficios médicos en la Tierra derivados de la investigación biológica espacial.
Continuando el legado de la Bion-M No. 1. Esta misión se lanzó en 2013 y también estuvo 30 días en la órbita. Sin embargo, la nueva misión orbitará a una inclinación de 97 grados, lo que aumentará la exposición a la radiación cósmica en comparación con su predecesora.
No es la primera vez que se investiga en el espacio. Son muchos los precedentes que existen de misiones espaciales que han tenido como objetivo la investigación. Por ejemplo, se analizó los potenciales riesgos de la fertilidad en el espacio en ratones o incluso los japoneses quisieron ver si se puede procrear en el espacio a través de embriones de ratón.
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La noticia
Rusia quiere saber cómo nos van a afectar los viajes a Marte, así que va a lanzar mil moscas y 75 ratones en un cohete
fue publicada originalmente en
Xataka
por
José A. Lizana
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