Roomba cambia de manos y es adquirida por una empresa china: qué ocurrirá ahora con los mapas de millones de hogares - Estados Unidos (ES)
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Roomba cambia de manos y es adquirida por una empresa china: qué ocurrirá ahora con los mapas de millones de hogares

Publicado: diciembre 15, 2025, 11:23 pm

Fueron los pioneros en un mundo dominado por escobas y aspiradores con cables interminables que se enredaban en las sillas y nos hacían maldecir cada rincón de la casa. Fueron los primeros robots que entraron en nuestros hogares y los primeros en hacernos sentir que el futuro —ese futuro con el que llevábamos décadas fantaseando— había llegado por fin.

Fueron signo de pertenecer al segmento más premium de la población. Incluso hoy, en la quiebra, todavía la mayoría de las personas usa el nombre de su producto de forma genérica, como el que llama ‘Danone’ al yogur, ‘Kleenex’ a los pañuelos o ‘dodotis’ a los pañales.

Todos los robots aspiradores de nuestras casas son ‘roombas’ y, sin embargo, ya ninguno lo es. La marca que inventó el concepto, que dominó el mercado durante más de una década y que marcó la pauta de toda una industria, acaba de perderlo todo.

Qué ha pasado con iRobot, la empresa de la mítica Roomba

iRobot, la empresa que convirtió a los robots aspiradores en un electrodoméstico cotidiano, ha terminado declarando la bancarrota en Estados Unidos. Lo ha hecho bajo el Capítulo 11, un mecanismo que permite continuar operando mientras se reestructura, pero que deja claro que la compañía ya no podía sostenerse sola.

En paralelo, ha firmado un acuerdo para que la china Shenzhen Picea Robotics —su mayor proveedor y uno de sus principales prestamistas— adquiera el 100 % de la empresa.

La operación lo cambia todo: iRobot pasará a ser una compañía privada, desaparecerá del Nasdaq y dejará de pertenecer a los accionistas que la han acompañado desde 2005. Para ellos, la empresa ya lo ha dicho sin rodeos: no recuperarán su inversión. Para los usuarios, en cambio, el mensaje es distinto: “todo seguirá funcionando como siempre”.

Los robots seguirán limpiando. La app seguirá respondiendo. El soporte seguirá operando.

Pero la empresa que hay detrás ya no es la misma. Y eso abre un nuevo capítulo para una marca que fue gigante.

De pioneros a quebrados: la caída de un símbolo

Durante años, iRobot jugó en una liga propia. No solo inventó un producto: inventó un mercado entero. Aquellos primeros Roomba, aunque todavía torpes, parecían magia comparados con los aspiradores de cable que se atascaban en cuanto miraban una pata de sofá. Con cada nueva generación, el robot aspirador se volvió más inteligente, más autónomo y más capaz. Era el futuro doméstico, empaquetado en un disco de plástico.

Fundada en 1990 por ingenieros del MIT, iRobot lanzó en 2002 el primer Roomba comercial, un dispositivo que inauguró el segmento del robot aspirador y situó a la compañía como referente mundial en robótica doméstica. Durante más de una década, la marca mantuvo una posición dominante gracias a la fiabilidad de sus productos y a un nivel de innovación que marcó el estándar de la industria.

Ese liderazgo comenzó a erosionarse a partir de mediados de la década de 2010 con la irrupción de fabricantes asiáticos como Xiaomi, Roborock o Dreame, que aceleraron el ritmo de desarrollo tecnológico y presionaron los precios del mercado global. Estos competidores incorporaron antes que iRobot funciones como la navegación mediante láser (LiDAR), sistemas híbridos de aspirado y fregado o estaciones de autovaciado avanzadas, características que elevaron las expectativas del consumidor y redujeron la ventaja competitiva de Roomba.

A esta creciente presión se sumaron otros factores determinantes: el impacto de los aranceles entre Estados Unidos y China en su cadena de suministro, la caída de la demanda tras el auge pandémico, el aumento de los costes operativos y una dependencia cada vez mayor de fabricantes externos. La compañía reconoció en marzo de 2024 la existencia de “dudas sustanciales” sobre su capacidad para continuar operando, un indicio claro de su deterioro financiero.

El intento de compra por parte de Amazon —anunciado en 2022 y cancelado dos años después ante las objeciones de la Comisión Europea por posibles riesgos para la competencia y la privacidad— representó una oportunidad fallida de estabilización. Tras la ruptura, iRobot inició un plan de reestructuración que implicó recortes de plantilla superiores al 50 % y la cancelación de proyectos estratégicos, sin lograr revertir la tendencia negativa.

La ironía es que el mercado que iRobot creó terminó devorando a su creadora.

Las dudas sobre la privacidad: un viejo fantasma que vuelve

La pregunta más repetida ahora no tiene que ver con motores, cepillos ni baterías, sino con algo mucho más invisible: los datos que Roomba recopila dentro de nuestras casas. Porque un robot aspirador no solo limpia: aprende, mapea, interpreta y guarda.

Sabe dónde está la cocina, cuántas veces limpias el pasillo, qué zonas evitas y a qué hora sueles estar en casa. Con los modelos más avanzados, puede identificar muebles y obstáculos. Incluso mascotas. Toda esa información, en conjunto, es un retrato bastante preciso de tu vida doméstica.

Esta no es la primera vez que aparecen dudas sobre el valor de este tipo de datos. Ya surgieron antes con Amazon.

Cuando el gigante de Seattle quiso comprar iRobot en 2022, varias organizaciones alertaron de un riesgo evidente: si Amazon pasaba a controlar tu Roomba, también podría controlar los mapas de tu hogar —y el de millones de usuarios—. La Comisión Europea compartió esa preocupación y la operación terminó hundiéndose en medio de advertencias sobre competencia, privacidad y vigilancia en el hogar inteligente.

Pero hay un antecedente aún más revelador: en 2017, el propio CEO de iRobot, Colin Angle, dijo a Reuters que contemplaban vender los mapas de las casas a terceros como parte de una estrategia comercial. Luego dieron marcha atrás tras la polémica, pero el mensaje quedó claro: para iRobot, los datos del hogar eran un activo estratégico.

¿Qué dice su política de privacidad? Que los datos se cifran, que no se venden sin consentimiento, que se consideran información sensible y que se almacenan de forma segura. Y todo eso es cierto mientras la política siga siendo la misma.

Shenzhen Picea Robotics, también conocido como 3irobotix, es uno de los mayores fabricantes del sector de los aspiradores robot. Y por ello la duda que surge es qué ocurrirá con los datos de los usuarios cuando se complete la adquisición y se integre todo en la misma infraestructura.

Porque tu Roomba seguirá funcionando igual. Pero la custodia de tus datos ya no estará en manos de la empresa que inventó el robot aspirador, sino de otra que acaba de quedarse con todo su negocio, incluyendo los mapas de millones de hogares.

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