Publicado: julio 7, 2025, 6:53 am
Ricky Rubio se ha abierto como nunca en una entrevista ‘Lo de Évole’ este domingo en la que ha contado cómo ha vivido su depresión y en la que ha desvelado los momentos más oscuros de la vista. El internacional español, además, ha explicado cómo fue el momento en el que dejó abandonar el Mundial 2023, instante en el que pidió auxilio y decidió dejar la Selección para cuidar su salud mental.
«No quería ni coger el teléfono, porque yo sabía que me había roto. Mi primera reacción es: ‘esto no me ha pasado a mí, pero se van a cagar, y voy a volver más fuerte que nunca’. Estoy todo un año con una sensación que no la entiendo, que estoy enfadado con el mundo. Vuelvo a jugar. Hago toda la recuperación, la preparación para el Mundial. Y me voy al Mundial, pero tengo una sensación rarísima dentro. Me veo en el espejo y digo: ‘algo no va bien’. No duermo durante dos o tres días, sueño cosas oscuras, pedí ayuda como supe», explicó sobre aquella convocatoria con España.
«Una de las noches que estaba en el hotel dije: ‘no quiero seguir, ya no con el baloncesto, con la vida’. Tengo una familia, tengo un hijo, me sentí así por un segundo. Algo toma el control. Puedo entender a mucha gente, tanto que está en el momento de éxito como, por desgracia, muchos se han quitado la vida, o como gente normal, que dice, no puedo seguir. Porque hay momento en el que todo te pesa tanto. En el Mundial, cuando digo paro, parece que me muero y que mi vida no tiene sentido», añadió.
Así paró Rubio, el niño oro de España que llegó a la NBA casi siguiendo un guion, sin estar satisfecho nunca por lo conseguido, siempre queriendo más. «Para mí nunca nada era suficiente. Uno de los espejos ha sido Pau Gasol, en cuanto al nivel de lo conseguido, y a mí me parecía que tenía que superarle», confesó.
«Le pregunté ahora, demasiado tarde, si lo había pasado bien. Yo cuando salía a una cancha pensaba que era el peor, le dije, y me contestó: ‘yo saltaba y pensaba que era el mejor'», afirmó, reconociendo que el día que dejó la selección sabía que era algo «grave» y que «no iba a volver a la NBA».
La sensación de cumplir con «las expectativas», seguir el guion de «la presión social», acompañó al base catalán desde que, de carambola, se vio con el primer equipo del Joventut con 14 años. «Jugaba porque me enamoraba la sensación de estar en un equipo, me gustaba ser el pillo, ver más allá, disfrutar de un instinto que tenía. Yo pensaba que podía con todo. A mi hijo le diría que no. No estás preparado. Todo viene de esa pretemporada», explicó.
El canterano Rubio se unió a la ‘Penya’ en un entrenamiento y lo demás es historia, el jugador más joven en debutar en la ACB. «Huertas es de los mejores compañeros que he tenido, tuve la suerte de eso. Otras posiciones y compañeros, es una jungla. Ves que tienen un lado oscuro. Ves un mundo de adulto, aunque yo lo veía todo bonito. Me hubiese gustado vivir con esas gafas un poco más», dijo.
El base repasó la presión mediática a la que hizo frente. «Vende muchos titulares, pero hay una persona detrás, alguien que con 14 años el cerebro no lo tiene desarrollado, no tendría que estar en ese foco, no estás preparado para vivir este mundo. Tienes que tener unas bases desde el inicio para soportar eso. Yo he tenido una base y unos valores que me han podido servir, pero que juegan también en mi contra: no creértelo nunca», afirmó.