Publicado: mayo 31, 2025, 11:24 am
Antes de hablar de turismo espacial, experimentos científicos o misiones comerciales, hay algo mucho más básico que necesita cualquier estación espacial: aire respirable. Y eso es justo lo que acaba de validar Haven-1, el módulo desarrollado por la empresa Vast, que se prepara para convertirse en la primera estación privada de la historia en operar en órbita.
Su sistema de control ambiental, encargado de filtrar sustancias tóxicas y mantener una atmósfera saludable, ha superado con éxito las pruebas pertinentes en las instalaciones de la NASA.
El ensayo, realizado en el Centro Marshall de Vuelos Espaciales, consistió en inyectar contaminantes en una cámara cerrada para comprobar si el sistema podía mantener el aire limpio. Y lo consiguió.
“Las pruebas de los sistemas y subsistemas de control ambiental son cruciales para garantizar la salud y la seguridad de las futuras tripulaciones de estaciones espaciales comerciales”, explica Angela Hart, directora del Programa de Desarrollo de Órbita Terrestre Baja Comercial de la NASA en el Centro Espacial Johnson de la agencia en Houston. Y añade: “A través de los acuerdos de la NASA con Vast y otros socios de la industria, la agencia aporta experiencia técnica, tecnologías, servicios e instalaciones para apoyar a las empresas en el desarrollo de estaciones comerciales”.
El aire es clave
Evidentemente, el buen funcionamiento del sistema de aire es clave para cualquier proyecto espacial.
El sistema probado forma parte del subsistema de soporte vital de Haven-1 y está diseñado para depurar compuestos químicos producidos por los propios astronautas, el equipo técnico e incluso los materiales a bordo. Se trata de contaminantes tan sutiles como peligrosos: formaldehídos, alcoholes, amoníaco… compuestos que se acumulan en un entorno cerrado como una estación espacial si no se eliminan correctamente.
La prueba se llevó a cabo en la misma cámara en la que se testearon los sistemas de la Estación Espacial Internacional, lo que garantiza la validez de los resultados y refuerza la confianza en la tecnología de Vast.
Un diseño compacto, pero ambicioso
Con 4,4 metros de diámetro, más de 10 de altura y un volumen habitable de 45 metros cuadrados, Haven-1 está pensada para alojar a cuatro personas durante misiones científicas o comerciales. Su lanzamiento está previsto para mayo de 2026, y si todo va según lo previsto, será el primer paso hacia una nueva era de presencia privada en el espacio.
En lugar de competir con la Estación Espacial Internacional, Haven-1 busca complementar el ecosistema orbital como parte del nuevo enfoque de la NASA: delegar en empresas privadas el desarrollo de infraestructuras espaciales y convertirse en cliente de estos servicios. Por eso, la agencia apoya técnicamente el proyecto, proporciona instalaciones y comparte su experiencia acumulada durante décadas en la ISS.
Aunque el foco esté puesto en Haven-1, los datos recogidos durante las pruebas también servirán para acelerar el desarrollo de su sucesora, Haven-2.