Publicado: agosto 23, 2025, 1:15 pm
Esta semana, la Secretaría de Salud de México lanzó una advertencia sobre los efectos nocivos del consumo excesivo de refrescos, presentada en la conferencia de prensa matutina de la Presidenta Claudia Sheinbaum, lo que puso nuevamente el foco en los peligros de las bebidas azucaradas.
Sin embargo, la alerta se extiende también a sus supuestas alternativas más saludables: los refrescos «light» o «sin azúcar», que a pesar de su popularidad, son productos que distan mucho de ser una opción segura para nuestra salud.
Más allá del azúcar: riesgos ocultos en las bebidas «cero»
Aunque las bebidas «cero» o «light» prometen ser una solución para evitar el exceso de azúcar, la Secretaría de Salud señaló que el consumo diario de dos refrescos de este tipo puede aumentar el riesgo de sufrir un infarto o hemorragia cerebral hasta en un 31%.
La principal preocupación radica en los edulcorantes sintéticos que sustituyen al azúcar, los cuales se ha demostrado que son responsables de causar lo que se ha denominado una «cero salud intestinal».
Estos edulcorantes, como el aspartame, el acesulfame K y la sucralosa, alteran la microbiota intestinal, promoviendo el crecimiento de bacterias dañinas y reduciendo las protectoras. El acesulfame K, por ejemplo, ha sido relacionado con el aumento de peso y la inflamación crónica.
Además, el consumo de edulcorantes sin azúcar (ESA) está asociado con un mayor Índice de Masa Corporal (IMC) y un riesgo más alto de obesidad en estudios a largo plazo. Esto contradice la creencia popular de que ayudan a perder peso, ya que pueden interferir con los centros de saciedad e incentivar un mayor consumo de alimentos.
Los refrescos «sin azúcar» y las enfermedades crónicas
La Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que el uso de edulcorantes sin azúcar a largo plazo no ofrece beneficios en la reducción de la grasa corporal y, por el contrario, podría tener efectos indeseables como un mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares (ECV).
Estos productos también se han relacionado con enfermedades renales y cerebrovasculares, e incluso con el cáncer de páncreas.
En México, el panorama es alarmante. Se estima que el consumo de bebidas azucaradas, incluidas las «light», contribuye a uno de cada tres nuevos casos de diabetes mellitus y a uno de cada siete nuevos casos de enfermedades cardiovasculares.
Las cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) revelan que en 2024 se registraron 192,563 muertes por enfermedades cardiovasculares y 112,641 por diabetes mellitus, lo que subraya la urgencia de fortalecer las estrategias de prevención.
Dieta balanceada, tomar agua y checar etiquetados
Ante este panorama, la OMS recomienda no usar edulcorantes sin azúcar como estrategia para controlar el peso o prevenir enfermedades, con la excepción de personas que ya tienen diabetes.
La recomendación se extiende a niños y adultos de todas las edades, incluyendo mujeres embarazadas y lactantes.
El verdadero foco debe estar en promover el consumo de agua potable como sustituto principal de cualquier bebida endulzada. También se sugiere fomentar la ingesta de alimentos con azúcares naturales, como la fruta, y bebidas sin endulzar.
Por su parte, la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) en otras ocasiones ha hecho llamados a la ciudadanía a leer y entender el etiquetado de los productos.
La leyenda «sin azúcar» no garantiza que el producto sea bajo en calorías, ya que podría contener otros endulzantes que aportan energía.
La mejor forma de reducir grasas y azúcares es a través de una dieta balanceada y una cocina adecuada, sin depender de productos procesados que, a menudo, son más caros y menos saludables.