Publicado: julio 28, 2025, 5:13 am



Laura Branigan tenía exactamente treinta años cuando su nombre, y sobre todo su voz, dio la vuelta al mundo. La mayoría la recuerda por ese grito desgarrado de ¡Gloria!, que hacía temblar los altavoces y encendía las pistas de baile.
Era 1982, y su versión del éxito italiano de Umberto Tozzi se convirtió en un himno pop en EE.UU. gracias a su fuerza vocal y a una interpretación emocional que la llevaron al número 2 del Billboard y la mantuvieron treinta y seis increíbles semanas en la lista.
Pero Branigan, a pesar de lo que muchos todavía hoy creen, no fue una one hit wonder: durante los años ’80, y gracias a su mezcla de pop dramático con actitud rockera, continuó encadenando éxitos como Self Control, Solitaire o How Am I Supposed to Live Without You, esta última escrita por Michael Bolton.
Fue a mediados de la década de los ’90 cuando su presencia en los medios empezó a desvanecerse. Branigan se retiró temporalmente de la industria para cuidar y acompañar a su marido, Larry Kruteck, que fue diagnosticado con un cáncer terminal. Él falleció en 1996, y ella nunca volvió a relanzar su carrera.
Dio algunos conciertos para un público pequeño y concedió alguna aparición en televisión, e incluso llegó a participar interpretando a Janis Joplin en el musical Love, Janis del off-Broadway, pero durante todo ese tiempo la cantante se debatió entre sus ganas de volver y una salud que empezaba a flaquear.
Branigan contaba que sufría enormes y frecuentes dolores de cabeza que atribuía al estrés por intentar recuperar su carrera tras la muerte de su marido, pero en 2004 murió repentinamente mientras dormía a causa de un aneurisma cerebral no diagnosticado.
Veinte años después de su muerte y más de cuarenta años después de su gran éxito internacional, el legado de Branigan todavía perdura en la industria musical. Su Gloria se sigue cogiendo prestada como himno en competiciones, festivales y causas, y en plataformas que ella no llegó a conocer, como YouTube o TikTok, su interpretación sigue provocando reacciones de sorpresa por su potencia vocal y su energía inquebrantable.