Publicado: junio 14, 2025, 6:35 am
En 1987, se estrenaba una de las sitcoms más descaradas de la televisión norteamericana: Matrimonio con hijos.
Un hijo bastante trasto, una adolescente explosiva, una esposa irreverente y un marido de mediana edad, Al Bandy, vendedor de zapatos, que cerveza en mano desde el sofá soñaba con sus días de gloria como jugador de fútbol americano en el instituto.
La serie se convirtió en una sátira de la familia tradicional y en todo un fenómeno cultural, haciendo famosos a todos sus protagonistas y consolidando especialmente a O’Neill como un actor cómico de referencia.
Matrimonio con hijos dejó de emitirse en 1997, y durante esa década y aun después O’Neill participó en varias películas, casi siempre en papeles secundarios, hasta que en 2009 le llegaría su otro gran papel, por el que casi todo el mundo lo conoce hoy día: el de Jay Pritchett, el patriarca de la exitosísima Modern Family.
Sin embargo, una de las facetas más importantes de la vida del actor desde la década de los ’90 es su dedicación a las artes marciales. Desde hace más de veinte años, O’Neill practica jiu-jitsu brasileño.
Empezó a entrenar con los hermanos Gracie, unos pioneros en esta disciplina dentro de los EE.UU. y, según el propio actor, conseguir su cinturón negro fue uno de los logros «más duros y satisfactorios» de su vida, solo comparable a «una carrera universitaria».
El canal Jiu-Jitsu Times compartió en su momento el vídeo donde O’Neill conseguía el cinturón negro, y pronto se convirtió en uno de los más vistos de la plataforma, siendo recompartido por decenas de seguidores tanto del jiu-jitsu como del actor.
A sus setenta y nueve años, O’Neill opta ya por proyectos más discretos y selectivos, en ocasiones con papeles de tinte más dramático que cómico, y no deja su entrenamiento físico.
En Jiu-Jitsu Times dijo recientemente que sigue practicando jiu-jitsu como una forma de disciplina y meditación.
