Publicado: septiembre 7, 2025, 3:56 am
Si la moda tuviera un botón de ‘previsualizar’, muchas marcas dormirían mejor. Esa es la promesa de Onversed, fundada por Raquel Pérez y Mariana Flink, un tándem que mezcla oficio de taller y código para reducir tiempos, costes y residuos en el ciclo de una colección. «Onversed nace de la convicción de que la moda necesitaba una herramienta digital que conectara creatividad y negocio», explica Raquel Pérez, CEO de Onversed. «A todo esto, se suma la falta de conocimiento y equipo técnico para que la tecnología existente sea accesible a los más pequeños de la industria, lo que con nosotros está al alcance de cualquier marca», añade Pérez. La operación se resume en un gesto: del boceto al gemelo virtual listo para vender. «Creamos versiones digitales hiperrealistas de prendas y colecciones partiendo de un figurín o boceto. Con ellas, las marcas pueden presentar, vender y testar sus diseños tanto en sus e-commerce, como en los catálogos que hacen para el equipo de ventas cuando trabajan con multimarca; antes de producir físicamente, reducen costes, tiempos y desperdicio», detalla la CEO. «Nosotros le damos a las marcas y a los diseñadores, la capacidad de ver antes de tener, y para ello, combinamos modelado 3D, inteligencia artificial y entornos virtuales inmersivos», explica Pérez. La sostenibilidad no es un adorno, sino parte del proceso: «Para nosotras es muy importante el enfoque sostenible: menos prototipos físicos, más validación digital», subraya, y completa: «Cero envíos de prendas para ‘shooting’ digitales, menor impacto ambiental». El encaje natural está en diseñadores de autor y marcas independientes en España y Latinoamérica, además de escuelas e instituciones. «En pocos meses hemos pasado de un prototipo a trabajar con varias marcas españolas como Álvaro Calafat, Rod Almayate, Julieta Brand, Moncho Heredia o Johanna Calderón», comenta Pérez. En paralelo, el modelo de negocio es B2B y pivota sobre cuatro líneas: digitalización de colecciones, ‘shootings’ con IA, suscripciones de ‘try-on virtual’ y proyectos a medida para escuelas e instituciones, como el Museo del Automóvil y de la Moda de Málaga. La ventaja competitiva, dice, está en hablar el idioma del taller y el del software. «Somos diseñadores de moda que trabajamos con tecnología, por eso hablamos el mismo idioma que cualquier marca que haga moda de autor», resume la CEO. El mayor freno fue cultural, más que técnico: «El principal ha sido demostrar el valor de lo digital en un sector tan físico como la moda. Convencer a diseñadores y consumidores de que un gemelo virtual no es una copia, sino una herramienta de validación y crecimiento», reconoce Pérez. Incluso el nombre funciona como tesis. «’Onversed’ proviene de la unión de ‘on’ (conectados, en línea) y ‘versed’ (experiencia, conocimiento)», explica la directiva. Y los principios que vertebran el proyecto hacen de guía operativa. «Innovación con sentido, cada avance tiene un para qué», enumera; «Sostenibilidad radical, diseñamos sin destruir»; «Tecnología humanizada, procesos sencillos, impacto profundo»; «Accesibilidad creativa, democratizando el acceso a la moda digital». La conclusión, en clave de impacto sectorial, es nítida. «Que la tecnología, cuando se aplica con sensibilidad, no aleja de la moda, sino que la humaniza: permite que más voces, estilos y propuestas lleguen a la gente sin las barreras tradicionales», cierra Pérez.