Publicado: mayo 18, 2025, 7:23 pm
Portugal se ha abonado a la inestabilidad y en las elecciones legislativas de este domingo mantiene su confianza en el centroderecha y en Luis Montenegro, que se impone en las urnas, según los primeros resultados del recuento (47% escrutado). La alianza liderada por el PSD alcanzaría el 39% de los votos, por delante del PS (23%) y de la ultraderecha de Chega, que superaría el 20% canalizando el descontento popular y peleando por la segunda plaza. Más lejos quedan Iniciativa Liberal o el Partido Comunista, así como el Bloco. La participación final ha sido de un 60,88%.
El país luso ha celebrado estas elecciones en un clima de mucha tensión y descontento social; fueron unos comicios anticipados después de menos de un año de Gobierno de Montenegro en minoría (con el apoyo inicial de los socialistas). Ese Ejecutivo cayó después de perder una moción de confianza en el Parlamento en torno a un caso de posibles fondos recibidos por la empresa fundada por el propio primer ministro: ese dinero habría llegado a la entidad cuando él ya era líder de los conservadores portugueses. Con todo esto, Portugal se ha convertido en el segundo país de la UE -solo por detrás de Bulgaria- que ha celebrado más elecciones en los últimos diez años.
La campaña electoral precisamente se ha centrado en temas como la ética en la política, la corrupción, la economía, la vivienda y la inmigración. La participación ciudadana será crucial para determinar el rumbo político del país. El PSD sabe que tiene mucho trabajo por hacer y cree que puede liderar el nuevo Gobierno, además de justificar que Montenegro tuviera una empresa familiar «cuando estaba fuera de la política». Para recuperar el pulso, el primer ministro se ha asegurado una campaña muy de calle, con temas como el acceso a la vivienda y la recuperación económica como base de su programa.
«En un día donde los extremos levantan sus banderas, nosotros somos el elemento de moderación«, avisó Montenegro durante la campaña, cerrando la puerta de nuevo a cualquier pacto con la extrema derecha, incluso pese a que el resultado de Chega pudiera ser histórico.
Además, ha querido ser muy claro a la hora de explicar su programa. El PSD propone una reducción importante de los impuestos para jóvenes y familias numerosas, y aspira a un salario mínimo de 1.000 euros y uno medio de 1.750. También plantea una disminución progresiva del Impuesto de Sociedades hasta el 15% en 2027. En vivienda quiere facilitar el acceso para una compra de primera casa, además de facilitar la entrada en viviendas sociales. Por otro lado, el centroderecha quiere criminalizar el enriquecimiento ilícito, regular a los grupos de interés y reforzar la investigación penal. Finalmente, en inmigración, propone notificar a 18.000 inmigrantes irregulares para abandonar el país, impulsar políticas de natalidad y establecer una inmigración digna y regulada, en un tema que ha sido clave en la batalla del voto con la derecha radical.