Publicado: julio 26, 2025, 5:23 am
Telefónica ha cerrado una etapa con la salida de Chema Alonso, uno de los rostros más visibles de la compañía en los últimos años. Su nombre ha estado vinculado al impulso de proyectos relacionados con inteligencia artificial, big data y digitalización, áreas clave para la transformación tecnológica del grupo.
La salida, sin embargo, se produjo sin comunicado oficial por parte de la compañía. Simplemente se limitó a mencionarlo dentro de una publicación en la que se anunciaba al nuevo consejero delegado:
«Sebas Muriel se incorpora de nuevo a Telefónica asumiendo la posición de Chief Digital Officer. […] El Consejo de Administración ha agradecido a Chema Alonso, hasta la fecha Chief Digital Officer, su gran impulso a la transformación digital de Telefónica durante los últimos 13 años, así como su liderazgo en la ejecución de las plataformas Data-Centric de la compañía y la creación del nuevo ecosistema de relación con la industria y OpenGateway en su última etapa».
Chema Alonso se incorporó a Telefónica en 2012 tras la adquisición de su empresa Informática 64, rebautizada después con el nombre de ElevenPaths. En 2016 fue nombrado Chief Data Officer, coincidiendo con la llegada de José María Álvarez-Pallete a la presidencia de la compañía. Durante esa etapa era el responsable, entre otros aspectos, de la ciberseguridad global y de las áreas de Big Data e Inteligencia Artificial de la compañía, así como de proyectos como AURA o Movistar Home.
En esos primeros años, Alonso se convirtió en un icono interno y externo del cambio. Participaba en conferencias, entrevistas, vídeos corporativos y presentaciones estratégicas. Su lenguaje hacker, adaptado al mundo empresarial, ofrecía una narrativa refrescante en un entorno de corbatas y jerga corporativa.
Desde 2023, su cargo Chief Digital Officer le permitió liderar en Telefónica proyectos en innovación, datos, plataformas y productos y servicios digitales. Su figura era claramente clave para Álvarez-Pallete, quien lo introdujo ese año también como consejero en el Consejo Asesor de la compañía.
Aura, la gran apuesta de IA que no llegó a consolidarse
Uno de los proyectos más relevantes en los que participó fue Aura, el asistente virtual basado en inteligencia artificial que Telefónica presentó en 2018 como parte de su nuevo modelo de relación con los clientes. Era la respuesta de la compañía a las Siri y Alexa del momento y se integraba dentro de la app de Mi Movistar, aunque también estaba disponible en otros canales como Facebook.
Aura prometía ofrecer una experiencia más personalizada y transparente en la gestión de servicios y datos del usuario.
A pesar de la inversión realizada y del impulso mediático inicial, su adopción fue limitada. Según la web de Telefónica, Aura cuenta con 400 millones de interacciones al año. Sin embargo, desde hace años ha desaparecido del discurso corporativo.
Movistar Home, el altavoz inteligente que no logró consolidarse
Otro de los productos impulsados desde el área digital fue Movistar Home, un dispositivo con pantalla y control por voz que funcionaba como hub del hogar conectado e integraba a Aura como asistente. Se lanzó como alternativa a los altavoces inteligentes de empresas como Amazon o Google, con funcionalidades centradas en el ecosistema de Movistar: realizar llamadas, controlar el router, reproducir contenidos o consultar información.
Su implantación fue reducida y, aunque formó parte de promociones y campañas de marketing, no alcanzó una base de usuarios significativa. Actualmente, el dispositivo ya no figura entre los productos activos de la compañía, si bien según el site de Movistar puedes pedirlo gratis si eres cliente.
Oficialmente este proyecto se convirtió hace unos meses en una aplicación para Android.
Crisis de WannaCry
Uno de los momentos más delicados para la imagen pública de Alonso dentro de Telefónica fue el ciberataque global de WannaCry, ocurrido en mayo de 2017. El ataque afectó a empresas e instituciones de todo el mundo y tuvo un impacto especialmente visible en Telefónica, que fue una de las primeras compañías en España en reconocer públicamente la infección por este ransomware.
En aquel momento, Alonso era ya Chief Data Officer y uno de los rostros más visibles de la transformación digital del grupo. Sin embargo, su ausencia durante los días críticos del ataque generó controversia. El hacker se encontraba de vacaciones fuera del país y no apareció públicamente para dar explicaciones ni asumir un papel activo en la gestión de la crisis, lo que fue interpretado por algunos sectores como una falta de liderazgo en un área que, precisamente, debía estar bajo su supervisión.
Pese a que la respuesta técnica fue liderada internamente por los equipos de seguridad y no se produjeron filtraciones de datos, el episodio dejó en evidencia la exposición mediática de Alonso y alimentó las críticas sobre su peso real dentro de la estructura operativa de Telefónica en temas clave como la ciberseguridad.
Reducción de su presencia interna
Según fuentes cercanas, en los últimos años el peso de Alonso en la toma de decisiones se había reducido, especialmente tras la incorporación de nuevos responsables. También se habría visto afectado por los cambios organizativos y por la evolución de la estrategia digital de la empresa, en un contexto marcado por la necesidad de reducir costes, priorizar inversiones y adaptarse a un mercado cada vez más competitivo.
Su figura había estado asociada a la presidencia de Álvarez-Pallete, y con el fin de esta su salida también se hizo efectiva.