Polémica por la mudanza de Lina, hermana de Sofía de Suecia, a una residencia real a precio reducido - Estados Unidos (ES)
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Polémica por la mudanza de Lina, hermana de Sofía de Suecia, a una residencia real a precio reducido

Publicado: octubre 14, 2025, 10:58 am

Los privilegios. Ese es el centro de la polémica que ahora mismo sacude a Suecia después de que se haya sabido la última noticia relacionada con la casa real escandinava. Porque es bastante comprensible que las familias de quienes entran a ser royals sin ser de sangre azul pasen a su vez a convertirse en motivo de escrutinio por parte de la prensa, llegando incluso en ocasiones a acaparar titulares. Pero cuando también reciben tratos preferenciales o se aprovechan de su nueva situación, sobre todo en tiempos difíciles para quienes no tienen su posición, llega la controversia. Y ese ha sido el caso de Lina Hellqvist.

Lina es la hermana de Sofía de Suecia, la esposa desde 2015 del príncipe Carlos Felipe de Suecia, el segundo de los hijos de los reyes Carlos XVI Gustavo y Silvia de Suecia. Además, se trata de una mujer que siempre ha estado muy unida a sus hermanas pequeñas —Lina nació en 1982, Sofía en 1984 y la pequeña, Sara, en 1988—, a quienes ha protegido y con quienes habla casi a diario. De ahí que la noticia de que dentro de muy poco tiempo se vaya a mudar a una de las residencias que forman parte del patrimonio de la monarquía sueca no haya sentado especialmente bien.

Y la razón, además, es que es una propiedad, además, gestionada por la propia casa real, lo que supone que, de no ser así, tendría un alquiler muchísimo mayor del que va a acabar pagando Lina junto a su pareja, Mattias Wikström. Porque, como publican desde la revista sueca Hänt —y en España se ha hecho eco Vanitatis—, el matrimonio y sus dos hijas, Ellie Blue, de tres años, y Lily Rose, de uno, ya incluso han dejado la casa en la que vivían hasta ahora en Järfälla, al norte de Estocolmo.

Es más, algo que ha molestado especialmente ha sido que no están faltos de dinero, pues la susodicha anterior vivienda, de 142 metros cuadrados, la vendieron hace unos meses por 6,6 millones de coronas suecas, lo que se traduce en unos 544.500 euros. Es decir, unos 72.700 euros —800.000 coronas— más de lo que pagaron por ella cuando la adquirieron hace seis años, en 2019.

Pero ahora, según han confirmado fuentes cercanas al Stockholms slott (palacio real de Estocolmo), el matrimonio ha recibido el beneplácito del gobernador real y están a la espera de realizar la mudanza a la nueva vivienda. Y esto a su vez se enmarca dentro de un alquiler que se gestiona a través de un sistema exclusivo y bastante hermético, que es el que ha provocado la polémica, dado que está reservado para miembros de la familia real, empleados de la monarquía y, por último, personas con conexiones con los Bernadotte —la casa real que rige Suecia—.

Se trata de lo que se llama «disposiciones reales» (kunglig dispositionsrätt en su idioma original), apartamentos y casas en lugares privilegiados como lo son, puntualizan desde el citado medio, en Gamla Stan, Östermalm, Djurgården y cerca de Drottningholm. Dichas disposiciones reales son un derecho histórico por el que el monarca tiene la potestad de elegir quienes residen en dichas propiedades sin que tengan que esperar al sistema público de listas de espera, y cuya gestión a su vez está en manos del Ståthållare, el gobernador real, que es quien decide y supervisa las personas a las que se les asigna las residencias.

Todo ello, claro, con unos alquileres muy por debajo del actual mercado inmobiliario de la capital sueca, disfrutando sus inquilinos de viviendas de lujo a precios mucho más reducidos que los de sus vecinos —siempre y cuando cumplan con una serie de requisitos ya impuestos por la familia real y que rara vez se incumplen—. Así, ejemplifican desde el portal español, una vivienda de 132 metros cuadrados en Gamla Stan le costará a los seleccionados por unos 800 euros mensuales, 8.800 coronas aproximadamente, si bien una propiedad similar, si no fuera una «disposición real», costaría más del doble: superando incluso las 20.000 coronas —1.814 euros— al mes.

Por tanto, estos alquileres, que ya le han dado más de un quebradero de cabeza al monarca para con el gobierno sueco incluso antes del caso de Lina, quedan casi exclusivamente reservadas para la élite del país, una perpetuación de las clases sociales que ha enfrentado al monarca con ciertas opciones políticas de Suecia.

Sin ir más lejos, el pasado marzo el gobierno buscó que todas las residencias propiedad de la corona fuesen alquiladas —lo cual añadiría dicha renta a sus presupuestos e ingresos generales—, y ante lo que Carlos XVI Gustavo se mostró disconforme, ya que algunas de dichas viviendas desocupadas desde hace años, como dos de 170 y 135 metros cuadrados, están alrededor del propio Palacio de Drottningholm, su residencia, la cual quiere mantener totalmente hermética al exterior y sin vecinos.

En este tiempo, Lina Hellqvist y su familia están viviendo junto a su hermana Sofía, Carlos Felipe y los cuatro hijos de estos, Alejandro, Gabriel, Julián e Inés, en Villa Solbacken, una mansión al este de Estocolmo en la que en su momento ya vivieron hasta su fallecimiento Bertil y Lilian, tíos abuelos del príncipe. Un movimiento temporal hasta que se trasladen a su nueva residencia, si bien todavía queda por ver si la polémica cambia de alguna forma sus planes de futuro o si esperarán a que sea el tiempo —o alguna medida referente a los alquileres— el que amaine los ánimos del pueblo.

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