Publicado: noviembre 20, 2025, 7:23 pm
¿Qué ocurre cuando un profesor utiliza inteligencia artificial para preparar sus clases, un alumno la usa para hacer los deberes y, finalmente, ese mismo profesor vuelve a recurrir a la IA para corregirlos? Puede que aún no sea la norma, pero ese escenario ya no suena tan lejano. La velocidad a la que estas herramientas se han integrado en las aulas ha abierto un debate de fondo: ¿qué aprendemos realmente si dejamos que la tecnología haga el trabajo por nosotros? ¿Y qué pierde el sistema educativo si ese proceso se convierte en hábito?
El aterrizaje de la IA en educación no es casual ni reciente. Herramientas tecnológicas llevan años presentes en las aulas, con plataformas como Google Classroom o Moodle. La novedad no está en usar tecnología, sino en apoyarse en sistemas capaces de generar contenido, proponer soluciones o incluso ser utilizado decisiones pedagógicas. Ahí es donde los grandes desarrolladores —Google, Microsoft, Anthropic y, más recientemente, OpenAI— han decidido ir un paso más allá y posicionarse en el centro del debate educativo.
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Aquí OpenAI aterriza con una propuesta dedicada para profesores en Estados Unidos. Estamos hablando de una versión de ChatGPT diseñada para educadores de primaria y secundaria, gratuita para docentes verificados, con controles administrativos para centros y distritos escolares. A diferencia del servicio que casi todos conocemos, OpenAI asegura que los datos generados en estos entornos no se utilizarán, por defecto, para entrenar sus modelos.
Qué ofrece ChatGPT para profesores
- Asistencia personalizada. Permite introducir nivel escolar, currículo y formato deseado para que las respuestas se adapten al estilo real del aula. Es el profesor quien controla esa configuración.
- Integración con recursos habituales. Puede generar presentaciones con Canva, importar planes de clase o documentos desde Google Drive y Microsoft 365, y arrancar una conversación con ese contexto ya activado.
- Ideas de otros docentes. Muestra ejemplos reales de profesores que ya utilizan ChatGPT en sus clases, directamente debajo del editor, como fuente de inspiración.
- Colaboración docente. Facilita la creación de GPT personalizados y plantillas compartidas para planificar unidades, lecciones o evaluaciones entre colegas del mismo centro o distrito.
- Gestión desde el centro. Ofrece un espacio de trabajo administrable, con cuentas seguras y roles diferenciados para docentes y responsables académicos.
¿Qué persigue OpenAI con esto?
Entre los 800 millones de usuarios semanales de ChatGPT hay muchos profesores. La compañía explica que estos están usando la herramienta para diseñar unidades didácticas, adaptar el currículo a estándares regionales o generar ejemplos que ayuden a evaluar a sus alumnos. Veamos algunos de los ejemplos de uso que ha compartido:
Generar ejemplos para una tarea
Eres un profesor de inglés experto. Utilizando las indicaciones de las lecturas adjuntas, genera siete ejemplos de respuestas diferentes.
Las respuestas deben tener un párrafo de extensión y variar en calidad, desde muy bien escritas hasta muy deficientes. Deben redactarse siguiendo el formato RACES (reformular, responder, citar, explicar y resumir). Incluya una justificación para cada respuesta, indicando su nivel de redacción.
Planifique una unidad de varias semanas
Mi departamento de ciencias está rediseñando el currículo de ciencias físicas de octavo grado y necesito ayuda para crear una unidad didáctica basada en los objetivos adjuntos. Por favor, elaboren un plan para una unidad de 20 días con clases de 55 minutos. Necesito una pregunta guía para cada día que ayude a centrar el aprendizaje. Proporcionen actividades prácticas para que los estudiantes exploren estos temas.

Como podemos ver, la IA ha llegado para quedarse, y pretender ignorarla no es una opción. La cuestión real está en cómo utilizarla sin que sustituya el acto de aprender, que es mucho más que cumplir una tarea. Porque si el profesor recurre a la IA para resolver lo que tiene que preparar, y el alumno hace lo mismo para entregar lo que se le exige, ¿qué queda de ese proceso más allá del cumplimiento? El sistema educativo no se sostiene sobre la capacidad de entregar resultados, sino sobre la capacidad de pensar, equivocarse y argumentar con conocimiento propio.
Un estudio del MIT aporta datos que empiezan a iluminar el debate: los usuarios que escribían ensayos con ChatGPT producían el texto un 60% más rápido, pero su esfuerzo cognitivo relevante se reducía un 32%. Es decir, logran un resultado más pulido, pero con menor trabajo mental. Otro estudio, en este caso de la SBS Swiss Business School, señala que el aumento de uso de la IA está vinculado al deterioro de las habilidades de pensamiento crítico.
Todavía no sabemos qué efectos tendrá esta dinámica a medio o largo plazo. Lo que sí sabemos es que el aula se ha convertido en un territorio donde las grandes tecnológicas quieren estar. Y que el verdadero desafío educativo de la próxima década no será decidir si usamos IA, sino decidir cuánta parte del proceso educativo estamos dispuestos a delegarle.
Imágenes | Xataka con Gemini 3 | OpenAI
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La noticia
OpenAI acaba de lanzar ChatGPT para profesores. La duda ahora es cuánta educación estamos dispuestos a delegar en la IA
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Javier Marquez
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